EEUU ya prepara tercera dosis pese a la llamada de la OMS y las dudas sobre su necesidad
Estados Unidos prepara el plan para inyectar terceras dosis de vacuna desde otoño, aunque no hay consenso sobre su necesidad y la OMS ha reclamado una moratoria para priorizar el impulso a la inmunización en los lugares más desfavorecidos.
EE.UU. está desarrollando un plan para empezar a ofrecer las dosis de refuerzo de la vacuna contra el coronavirus, algo que podría suceder a partir de este otoño, según información obtenida por ‘New York Times’.
El medio, que especifica que sus fuentes son personas conocedoras de la iniciativa, apunta que de administrarse esta tercera dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna, las primeras irían a parar a las residencias de ancianos y a los trabajadores del sector sanitario.
La administración del presidente estadounidense, Joe Biden, que cuenta con unas reservas de 100 millones de vacunas, tiene previsto además inyectar la dosis de refuerzo de la misma farmacéutica que cada uno de los pacientes haya recibido inicialmente, y aunque se ha planteado iniciar el esfuerzo en octubre, no se ha cerrado un calendario definitivo.
Los planes de administrar esta tercera dosis están siendo desarrollados pese a que numerosos expertos aseguran que aun no hay pruebas suficientes de que la protección contra una covid severa que proporciona la vacuna esté descendiendo en EE.UU., pero los representantes de la administración de Biden afirman que no pueden esperar a llegar a un momento crítico y retrasar los esfuerzos logísticos de la tercera dosis, asegura el ‘Times’.
Los nuevos planes de vacunación en EE.UU. se producen en un momento en el que una nueva ola de infecciones está afectando a la nación, y los hospitales de algunos estados como Texas, Luisiana y Mississippi vuelven a recibir un gran número de infectados de coronavirus, la mayoría de los cuales no han sido vacunados.
Las fuentes del periódico neoyorquino señalan que el gobierno de Biden está siguiendo de cerca los datos que salen de Israel, donde algunas cifras sugieren un aumento de los casos severos de covid-19 en los mayores que recibieron la vacuna de Pfizer en la etapa inicial de su campaña de vacunación.
Además, apuntan que la decisión del gobierno estadounidense en torno a la tercera dosis es delicada, puesto que las autoridades no quieren minar la confianza del público en la efectividad de la vacuna, ni quieren sobrevacunar a los estadounidenses cuando muchos otros países aun no han tenido la oportunidad de iniciar su campaña, lo que incrementa el riesgo de que se desarrollen nuevas variantes que eventualmente lleguen a EE.UU.
El pasado día 12, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) autorizó la tercera dosis de Pfizer y Moderna para las personas con un sistema inmune debilitado, puesto que no han respondido como la población general a las vacunas, lo que se calcula supone un 3 % de la población del país.
Ni caso a la OMS
Por otro lado, esa sabido que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido una moratoria global a una tercera dosis de la vacuna hasta finales de septiembre, porque considera que si los países comienzan a administrarla no ayudaría al reparto global de sueros contra la covid, mientras que la Unión Europea ha asegurado que aun no hay pruebas suficientes de que sean necesarias.
Aun así, Francia y Alemania han anunciado planes de empezar a inyectar dosis de refuerzos a los más mayores el próximo septiembre mientras que Israel ya las está administrando a personas mayores de 60 años.