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Consenso entre los expertos para levantar las medidas restrictivas

Tras año y medio de aciertos y errores a la hora de contener la epidemia, Nafarroa ha decidido ser la primera en levantar las restricciones, salvo la mascarilla en interiores. GARA ha contrastado la decisión con algunos de los expertos y les ha preguntado si, de verdad, ha llegado la hora. 

Gente paseando en Iruñea en el primer fin de semana sin limitaciones. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

«Desconozco si ha influido en la decisión del Gobierno navarro el que hayamos bajado la tasa por debajo del umbral epidémico o si ha sido coincidencia. No obstante, es un argumento más que apoya la decisión», explica Jesús Castilla, epidemiólogo del Instituto Salud Pública y Laboral de Navarra (Ispln).

Para este científico, este momento es bastante adecuado para levantar restricciones. «Desde hace un tiempo el covid había dejado de tener un impacto en la salud de la población mayor que el de algunas otras enfermedades. Si en esta situación se mantienen medidas especiales, por coherencia habría que implantarlas también todos los años durante las ondas de gripe, por ejemplo».

El Ispln dio por terminada la circulación a nivel epidémico del virus en su informe correspondiente a la semana del 13 al 19 de setiembre. Resulta una afirmación controvertida, que a muchos expertos (incluidos Yamir Moreno y Salvador Macip, consultados también para elaborar este artículo) les ha sorprendido por arriesgada. Castilla defiende su criterio.

«El umbral que usamos es el que se definió hace años para la gripe y, tras la última revisión, lo tenemos establecido en 40 casos semanales por 100.000 habitantes. Se calculó en base a la casuística y experiencia de la circulación de virus respiratorios en Navarra desde 2006. La transmisión del covid y la gripe no son muy diferentes, por lo que esta experiencia previa puede ser útil y ayuda a unificar criterios», sostiene el epidemiólogo navarro.

«Otras comunidades autónomas no han usado este umbral, pero también es cierto que pocas lo tenían tan validado como en Navarra, donde se obtuvo de forma objetiva y no mediatizada por las circunstancias de la actual pandemia», continúa Castilla.

De los cuatro peldaños en que se divide la circulación de un virus respiratorio (ausencia, esporádica, local y epidémica), el Ispln coloca al virus en el tercero de ellos. Y es que la incidencia del covid-19 no está muy por debajo del umbral epidémico y está por ver qué sucederá los próximos días.

La experiencia del Ispln con otros virus apunta a que, si el SARS vuelve a sobrepasar ese umbral, habrá una subida durante un mes, pero que no dejará de ser parecida a una onda estacional como las que genera la gripe o el VRS y que, por tanto, resulta asumible por el sistema. 

Ahora bien, Castilla pone una condición para una vuelta a la normalidad exitosa y es que la ciudadanía interiorice algunos comportamientos. «Hemos de pasar de ser prudentes porque la ley nos obliga a ser prudentes por estar convencidos que es lo mejor para nosotros y para los que nos rodean». 

Sin descuidar la vigilancia

La codirectora del Laboratorio de Coronavirus del CSIC en Madrid, la también navarra Isabel Sola, cree que la situación ha cambiado lo suficiente como para que tengamos «alas para volar». Pero pone como requisito que no decaiga la vigilancia.

«La incidencia ahora en Navarra, con menos de 50 casos a 14 días, es baja. Establecer un número es difícil, pero esta es una de las cifras de las que siempre se ha hablado para tener la situación bajo cierto control. Además, en Navarra se ve de forma sostenida el descenso. No es un dato casual», comenta Sola.  

«Hay que ir poco a poco por la incertidumbre que aún existe y poner atención a los espacios inseguros: mascarilla en interiores y continuar ventilando», advierte la coronaviróloga. Y, sobre todo, seguir haciendo test. «Hacerse un test de antígenos no es costoso, tenemos que aprender de lo que hemos vivido. El virus está ahí y no sabemos cómo va a ser la evolución ni del virus ni de la inmunidad», manifiesta esta experta. 

Sola recuerda que la vacuna no es esterilizante, por lo que el virus va a seguir circulando. Por ello, entiende que habrá nuevas ondas y, aunque se cuida mucho de dar por hecho que estas estarán ligadas a la climatología, Sola recuerda que el resto de coronavirus que infectan a los seres humanos (y que llevan más tiempo evolucionando y adaptándose a su huésped) generan ondas estacionales.

Gran Bretaña, la experiencia 

Otro experto al que ha recurrido GARA para testar la decisión de eliminar las restricciones que ha adoptado Nafarroa (y que previsiblemente el resto de comunidades del Estado seguirán en cascada) es Salvador Macip, investigador de la Universidad de Leicester. Y que vive, por tanto, en un estado donde ya no existen restricciones. Ni siquiera hay mascarilla en interior.

«Subida de casos va a haber si se quitan las restricciones. La sexta ola va a venir. Igual casi no la notaremos pero, si se relajan las medidas de seguridad, los casos van a aumentar», adelanta Macip.

El científico catalán (investiga también para la UOC) tiene una perspectiva singular. En Gran Bretaña, el «freedom day» en que cayeron todas las restricciones llegó el 19 de julio. Hoy se sabe que fue demasiado pronto.

«Boris Johnson declaró el fin de las restricciones con una cobertura vacunal menor que allá por cálculo político. Aquí todavía siguen vacunando a jóvenes. Las consecuencias han sido más muertes y unas tasas de incidencia diez veces más altas que en España», comenta Macip. 

Pese a conocer el riesgo que suponen las prisas en este último tramo, Macip sostiene que «no es mal momento; hay pocos virus y la tasa de vacunación es alta» como para intentar relajar las restricciones. Pero teniendo muy claro que la pandemia no ha acabado y que quizás haya que dar pasos atrás en algún momento futuro.

Por eso, a lo que de verdad teme Macip es a un cambio de concepción en la sociedad. «El riesgo es que, una vez llegue la idea de que esto se ha terminado, cerremos los ojos y que pase lo que Dios quiera. Cuando aquí vieron que los casos subían, no hicieron nada», se lamenta. 

«Ahora mismo, si te pones la mascarilla para entrar a un bar eres el único. Pareces el tonto. Los demás han pasado pantalla», ejemplifica Macip, quien añade que «en la Universidad ya no podemos obligar a ningún joven a llevar mascarilla. Por contra, en el edificio donde estamos los investigadores del coronavirus la llevamos todos». 

La perspectiva matemática

La pandemia está llena de números y Yamir Moreno, director del Instituto de Biocomputación y Física Compleja de la Universidad de Zaragoza, es uno de los científicos que trata de ordenarlos para predecir escenarios futuros y avisar al Ministerio sobre qué puede pasar. Y también Moreno cree que es el momento de tomarse un respiro. 

«Lo mejor para disminuir el virus y tener menos casos es limitar el contacto entre personas. Eso no ha cambiado. Sin embargo, el coste económico, social y sicológico tiene que entrar ya en la ecuación», expone.

«Siempre que se levanten las restricciones, habrá un repunte. Podría no ser inmediato, porque el tiempo aún acompaña. Cuando sea más difícil ventilar, quizá la ola se agudice», vaticina.

Pero la ola no será igual. «El número a infectar ahora en una onda es menor, porque la carga viral dura menos. Y tampoco se reflejará como antes en incidencia hospitalaria, porque hay un factor de corrección», adelanta.

La clave a futuro pasa por separar a infectados de infectables. Y esto –explica Moreno– se hace mejorando el rastreo. Es en lo que hay que invertir ahora.