El consejero Gimeno recula con los horarios escolares, pero para enero
A destiempo, porque el cambio de última hora no entrará en vigor hasta enero, el Gobierno navarro trató el viernes de corregir el entuerto creado por la decisión, unilateral, de imponer una jornada continua con extraescolares a cuenta de cada centro.
El Departamento de Educación de Nafarroa anunció el pasado viernes que cada centro escolar podrá elegir el tipo de jornada que ofrece. Eso sí, a partir de enero. El departamento encabezado por Carlos Gimeno adecuó así las medidas en los centros educativos a la buena situación epidemiológica, saltando al paso de las unánimes críticas que había desatado en el sector la decisión intermedia de imponer en todos los centros una jornada continua, pero con extraescolares a cuenta del propio centro.
Con todo, el hecho de que la flexibilización anunciada el viernes no entre en vigor hasta enero obliga, en principio, a los centros a ofrecer extraescolares cuatro días a la semana, hasta las 17.00 horas, lo cual genera no pocos quebraderos de cabeza entre los responsables de los centros.
La medida fue anunciada el 6 de setiembre, y aunque era una de las opciones que estaban encima de la mesa de cara al inicio del curso, a los directores de los centros les pilló a contrapié, en mitad de un escenario epidemiológico aparentemente más estable. «Una de nuestras demandas era que, si todo estaba bien, cada centro eligiese su jornada. Pero desde Educación nos comunicaron que el tema del comedor seguía siendo peligroso para el alumnado que no está vacunado. Y optaron por esta medida intermedia argumentando que con estas actividades no se va a quedar tanta gente en el comedor y se va a dar pie a que muchas familias puedan conciliar más fácil», señaló a GARA esta semana, antes de conocer la noticia del viernes, Nekane Lasa, directora de la escuela San Frantzisko de Iruñea y miembro de NIZE (Nafarroako Ikastetxeetako Zuzendaritzakideen Elkartea).
Sin embargo, la programación de actividades requiere tiempo. «Tienes que ver qué vas a ofertar, cómo.... pero en este sprint, con tan poco tiempo, básicamente se está ofertando el cuidado. Es imposible ofrecer nada extraordinario», explica Lasa. Añade que, además, no todo el alumnado va a tener el derecho a acceder a extraescolares, visto que «va a estar limitado porque el profesorado es limitado a las tardes». «Nos pusieron en el protocolo una serie de requisitos de baremación, y si lo llevas a cabo habrá críos que igual no entran, depende del centro», dice.
La medida busca una uniformidad que no se da en la práctica, lo que ha generado una mayor dificultad en aquellos centros que normalmente tienen la jornada partida. «No estaban preparados, no tienen costumbre de organizar este tipo de actividades ni de organizar el centro de esta manera, en algunos sitios va a ser imposible hacerlo», afirma –también antes de conocer la decisión del viernes– Juan Carlos Turumbay, director de la escuela San Miguel de Noain y presidente de ADIPNA (Asociación de directores de Infantil y Primaria de Navarra).
Tanto él como Lasa coinciden en que la incertidumbre reina en centros que acogen a más de 700 alumnos, pero también en pequeños en los hay pocos docentes. Y es que las actividades extraescolares van recaer sobre la espalda del profesorado, y la intersindical de Educación de Nafarroa ya ha exigido un protocolo negociado y más contrataciones. En la escuela San Miguel, «estamos tirando de horas de cómputo lectivo que nos sirven a los centros para hacer coordinaciones, guardias, trabajos de proyectos que ahora se van a ver mermados en estas circunstancias», explica Turumbay.
En San Frantzisko, «al profesorado que trabaja a las tardes se le compensa con la mañana». «A cada docente le vamos a hacer venir una tarde a la semana. No puede suponer cambios a nivel de personal, se trabaja con la misma dotación que tenemos», remarca, por su parte, Lasa.
La comunidad educativa se ha venido quejando porque las decisiones se han tomado sin tener en cuenta sus demandas, sus necesidades y sus capacidades. Por ejemplo, señalan que no tenía ningún sentido mantener grupos burbuja durante la mañana, si luego por la tarde los alumnos se van a juntar en las actividades extraescolares, porque no hay docentes suficientes para mantener los grupos burbuja. Este es, precisamente, otro de los puntos en los que ha rectificado, con mayor celeridad, el consejero Gimeno, ya que el viernes anunció «la mezcla de grupos estables de convivencia en Educación Primaria con mascarilla en el patio al aire libre, de manera que se puedan mezclar varias clases». Era una de las demandas hasta ahora no atendidas de la comunidad educativa. «Es algo que comunicamos al Departamento de Educación, no le veíamos mucho sentido», indica Turumbay.
Hay otros problemas que, sin embargo, se mantendrán al menos hasta enero. Por ejemplo, las extraescolares se convierten prácticamente en obligatorias para el alumnado transportado, ya que el autobús regresará al finalizar dichas actividades, algo incomprensible para muchas familias. «Se tienen que quedar sí o sí a las extraescolares, a no ser que todas las familias que se van antes lleguen a un acuerdo. Si no lo hacen, tienen que estar hasta las 16.30-16.45», señala Lasa. En los colegios Auzalar y San Miguel de Orkoien, por ejemplo, ya se han organizado diversas movilizaciones contra esta medida que afecta a los habitantes de los pueblos de alrededor.
Respetar la autonomía
Josu Reparaz, director de Ikastolen Elkartea en Nafarroa, reconoce que el anuncio de esta medida intermedia «supuso una gran sorpresa» porque «no correspondía con las demandas que se habían hecho desde las asociaciones de padres y madres». Por otro lado, explica que lo que el protocolo recoge como actividades extraescolares, «en el mundo de las ikastolas esa terminología es distinta. Nosotros llamamos extraescolares a esas actividades que se ofrecen fuera del horario escolar y son impartidas normalmente por expertos en la materia. El alumnado acude de modo voluntario y son pagadas. Ahí estaría la preparación a la escuela de idiomas de inglés o alemán, también ajedrez o teatro», explica. Lo que el Gobierno navarro ha llamado extraescolares, añade, «en realidad son actividades complementarias que no tienen carga curricular».
En este sentido, adelanta que las ikastolas seguirán ofreciendo esa amplia oferta que «históricamente han ofertado las ikastolas», y simultáneamente ofrecerán esas «actividades complementarias» que consistirán en juegos de mesa o la realización de deberes, vigiladas por profesores a los que «no se les pondrán horas por encima de lo que manda el convenio», explica Reparaz. Así, subraya que «las ikastolas reivindicamos nuestra autonomía para organizar todo esto».
Reparaz también habló con GARA antes de conocer la decisión anunciada el viernes por el consejero Gimeno, pero ante las evidencias que apuntaban a que en enero podría haber nuevos cambios en el protocolo, señalaba que «tendrán que volver a reorganizar todo esto, el comedor, transporte… ».
En la misma línea, Lasa advertía de que el inicio de 2022 «puede ser una bomba» de cara a la organización, y concluía: «Semejante lío para solo dos meses».