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Quique Domínguez opta a su mejor racha victoriosa en el banquillo de Anaitasuna

Quique Domínguez opta en Benidorm –Palau d´Esports, sábado, 18.00– a su mejor racha victoriosa desde que la campaña pasada ocupase el banquillo de Helvetia Anaitasuna. De ganar en la localidad alicantina, sumaría su cuarto triunfo consecutivo.

Quique Domínguez afronta la posibilidad de encadenar cuatro triunfos seguidos por primera vez en el banquillo de Anaitasuna. (Andoni CANELLADA/FOKU)

Sumar su cuarta victoria consecutiva es el reto que se ha marcado Helvetia Anaitasuna en su visita al Benidorm, una cifra que supondría la mejor racha de triunfos seguidos desde que Quique Domínguez ocupa el banquillo de la escuadra navarra, en esta su segunda temporada.

El entrenador gallego ha valorado el hecho de que el club haya seguido confiando en el trabajo del staff técnico, pese a las tres primeras derrotas ligueras, lo que ha servido para que el grupo acabase puliendo pequeños errores y llegasen finalmente los buenos resultados.

«Veo en ellos ganas de prolongar esa racha, son conscientes de la dificultad de la visita a Benidorm, pero las victorias siempre ayudan y te dan más optimismo y posibilidades de ganar el siguiente choque», ha indicado respecto al estado de ánimo de sus pupilos.

Insistiendo en ello, ha comentado que sus jugadores se encuentran «animados y motivados» después de haber doblegado al Torrelavega (37-34), Valladolid (27-30) y Huesca (29-24), confirmando así la trayectoria ascendente del equipo en las últimas jornadas.

Buena parte de culpa de ello la está teniendo el poder anotador que está mostrando el bloque blanquiverde, especialmente un Arthur Pereira que ya acumula nada menos que 38 goles, la última docena lograda ante el Huesca. El lateral brasileño está haciendo gala de su potente lanzamiento exterior.

En cuanto a su rival, Domínguez ha elogiado al Benidorm, al calificarlo de «un muy buen equipo», cuya plantilla ha variado ostensiblemente –diez jugadores–, algo que «podría dar lugar a pensar que haría falta tiempo para engrasar la maquinaria« y que, sin embargo, «viéndolos jugar, no parece que haya cambiado tanto».