París prorroga por otros seis meses los controles permanentes en la muga
El Gobierno francés ha comunicado ya a la Unión Europea su decisión de prorrogar medio año más los controles fronterizos. Una decisión, justificada por «la persistencia de la amenaza terrorista» y la crisis sanitaria, que impacta de lleno en la movilidad interna de Euskal Herria.
La delegación francesa ante la Unión Europea fue la encargada de informar al grupo de trabajo sobre fronteras de la carta remitida al secretario general del consejo de la Unión Europea, M. Jeppe Tranholm-Mikkelsen, con fecha de 30 de setiembre de 2021.
Ese correo entró en el registro oficial de la secretaría general de la UE el pasado 7 de octubre y en el mismo París comunica su decisión de mantener otros seis meses más, exactamente entre el 1 de noviembre y el 30 de abril de 2022, los controles en fronteras internas terrestres –también aéreas y marítimas– con Bélgica, Luxemburgo, Alemania, Suiza, Italia y el Estado español.
Ya 2 de abril de 2021 las autoridades francesas comunicaron a la Comisión Europea la renovación por un semestre – entre el 1 mayo 2021 y el 31 de octubre de 2021– de los controles en las fronteras interiores.
Las carpas blancas en las que montan guardia los agentes de fronteras se han convertido así en una constante en los pasos que comunican Gipuzkoa con Lapurdi, mientras que en otras mugas menos frecuentadas los controles son, por lo habitual, más laxos.
La eurorregión, una realidad menos visualizable
A punto de expirar ese último periodo de suspensión del Tratado de Schengen (1985), el Ejecutivo galo ha optado por comunicar a Bruselas su intención de mantener en el congelador los acuerdos de libre circulación de personas y mercancías, una decisión con impactos directos en la movilidad interna de Euskal Herria, cuyos tres espacios administrativos –Nafarroa, Comunidad Autónoma Vasca y Mancomunidad de Ipar Euskal Herria– interactúan en el marco más amplio de la eurorregión.
A esa queja institucional a la que el Gobierno francés no ha dado respuesta se sumaba una intensa movilización ciudadana.
Durante los primeros meses de 2021 se sucedieron los actos de denuncia por la decisión de la Prefectura de Pirineos Atlánticos de cerrar ocho pasos de muga.
Del puente de Santiago (Hendaia-Irun) al paso de Izpegi, pasando por Baigorri o el alto de Lizarrieta, solo por citar algunos escenarios, la protesta en favor de la reapertura de los pasos logró que la situación se relajara, en parte. En marzo, se reabrieron los pasos de Sara-Venta Beruet, Lizuniaga y Lizarrieta.
Con las mugas abiertas, mejoraba la situación, pero para las personas que deben cruzar cada día los pasos por razones familiares o laborales, los controles permanentes, además de generar molestias, recuerdan que no se ha vuelto a aquella añorada etapa de puentes despejados.
Dos argumentos, y un tercero que no se cita
El Gobierno francés explica la decisión de prolongar en el tiempo los controles, que hará que Emmanuel Macron asuma la presidencia de turno de la UE el próximo 1 enero de 2022 con una imagen poco compatible con la publicitada «Europa sin fronteras», citando dos motivos principales: la «amenaza terrorista» y la crisis sanitaria derivada de la covid-19.
«La amenaza terrorista de inspiración yihadista se mantiene en un nivel elevado en Francia, donde desde principios de 2021 se ha producido un ataque y tres más han sido evitados, por lo que se mantiene «el nivel de seguridad reforzada por riesgo de atentado» de acuerdo al Plan Vigipirate, en vigor desde el 5 de marzo de 2021», explica la notificación francesa.
París habla de una vigilancia más intensiva motivada por el contexto del juicio por los atentados de 2015. «La cobertura mediática del proceso judicial podría dar lugar a otros atentados, como ocurrió con el juicio por el atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo», explica. Las autoridades galas respaldan su diagnóstico en un informe de Europol.
En la misiva en la que anuncia la prórroga de los controles en las fronteras intra Schengen, París defiende la eficacia de esos dispositivos, asegurando que impidieron, solo entre el 1 de marzo y el 31 de agosto, que «25.032 personas objeto de fichado en sistemas nacionales y europeos» entraran en su territorio.
Sin alusión expresa, es evidente que esos controles se justifican por razones de política migratoria.
Con todo, París solo cita, además de «la amenaza terrorista», los riesgos ligados a la epidemia de la covid, «que siguen siendo elevados».
«En este contexto las fronteras interiores no pueden convertirse en una falla en la lucha contra la circulación del virus y debe ser posible aplicar controles sanitarios mientras siga siendo necesario», estima.
«Todos estos elementos explican la necesidad de continuar controlando la circulación transfronteriza dentro del espacio Schengen «para garantizar la seguridad y el orden público».
«Limitar las incidencias en la fluidez del tráfico»
Dicho esto, la notificación remarca que París velará por que los controles en fronteras intra Schengen «no obstaculicen la libre circulación de personas y mercancías más allá de lo estrictamente necesario» y asegura que tomará las disposiciones oportunas para «limitar las incidencias en la fluidez del tráfico a la que podrían evocar estos controles».
«En este contexto el ministro de Interior enviará una carta a las autoridades de los estados miembros limítrofes para informarles de la decisión y de la voluntad de Francia de asegurar una cooperación transfronteriza eficaz», concluye la carta remitida por la delegación francesa al Consejo General de la Unión Europea.