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Interview
Gari Bravo
Corredor del Euskaltel-Euskadi

«Lo más difícil para mí ha sido dejarlo, al tomar la decisión me he quitado mucha presión»

El lazkaotarra se ha liberado tras decidir dejar el ciclismo. Quería seguir en Euskaltel y le agradece la oportunidad dada estas dos temporadas, como a Odriozola por las cinco de Murias. La pandemia le ha perjudicado más que a los jóvenes sin poder demostrar sus mejores datos de los entrenamientos.

Gari Bravo quiere disfrutar en la temporada de ciclocross y seguir vinculado al ciclismo en el futuro. (Jon URBE/FOKU)

Gari Bravo hace balance al anunciar su retirada como ciclista a los 32 años tras doce como profesional. No se arrepiente de fichar por el Euskaltel en 2013, cuando desapareció. Quiso correr de naranja y con ese maillot ha cerrado su trayectoria y competirá este invierno en el calendario vasco de ciclocross. Después quiere seguir ligado al deporte como preparador.

¿Cómo ha sido la decisión de dejar el ciclismo profesional?

Me hubiese gustado seguir un año o dos más, pero no podía renovar por Euskaltel y con los resultados de estos dos años se me complicaba mucho. No quería seguir en el profesionalismo en condiciones malas. Por eso he tomado la decisión de dejarlo. No me he tomado mal que Euskaltel no me haya renovado. Estoy muy agradecido porque se me ha dado una oportunidad bonita los dos últimos años y no tengo nada malo que decir.

Estoy contento de aguantar hasta ahora. Es muy difícil pasar a profesionales. Algunos pasan, hacen un año o dos, y lo tienen que dejar. Si he aguantado desde 2010 es porque he sido muy válido en todos los equipos. Ahora las cosas no me han salido tan bien. Euskaltel ha querido dar oportunidad a otros corredores y estoy contento de que sea así. Mi hueco se lo merece otro ciclista más joven y con más progresión que yo.

¿La pandemia le ha perjudicado al tener pocos días de competición?

Todo ha afectado. La pandemia y que otros han rendido bien. Entrenando he ido mejor que nunca, he sacado los mejores datos de mi vida, pero en competición no disfrutaba. Era señal de que me veía en los últimos días como profesional. Cuando no disfrutas en competición mal asunto. Lo más difícil para mí ha sido dejarlo. Hasta que no lo he dejado lo he pasado muy mal y, una vez tomada la decisión, me he quitado mucha presión de encima y estoy superfeliz y supertranquilo. Al margen de la pandemia, en el equipo he estado muy a gusto, estoy muy agradecido a Txus Ezkurdia y Jorge Azanza, pero no sé por qué, las cosas no me han salido.

Nunca me ha gustado que me mientan. Es mejor que te digan la verdad. El año pasado hasta el último día no me dijeron que iba a seguir y lo pasé muy mal. Ahora me han dicho con muchísimo tiempo que no iba a seguir, que no contaban conmigo, y les he dado las gracias. Me gusta la gente así, que te digan la verdad porque siempre necesitas prepararte o asimilarlo o moverte para buscar otra cosa y siempre hay que ir con la verdad por delante.

¿Tranquiliza también haber hecho todo lo posible para rendir?

Estos últimos años he invertido más tiempo que nunca en todo, en la alimentación, en los entrenamientos, en el descanso... Al final inviertes tiempo y dinero y no he tenido muy buenos resultados. Me entrenaba muy bien y en las carrera no daba ni la mitad de los datos. Me he dado muchas oportunidades. Andar mal y salir la siguiente carrera a muerte, pero no he sido capaz. Por eso tengo todavía más motivos para dejarlo, porque no puedo hacer más y, si tampoco disfrutas, la cosa no está bien.

¿Cuál es el balance de doce años como ciclista profesional?

En 2010 pasé con Caja Rural y estaba en una progresión y todo iba muy bien hasta fichar por Euskaltel en 2013. En 2014 tuve que emigrar a Portugal y empiezas a ir para arriba y para abajo y te descentras. En Murias pude ir cada vez andando más. Desapareció y tuve la suerte de seguir con Euskaltel, pero ha venido la pandemia, que me ha afectado más con 32 años que a los jóvenes, que han andado más. Pillan antes la forma que los veteranos.

Últimamente en las carreras se ve que los jóvenes cada vez se entrenan mejor y destacan antes y más fuerte. No aguantarán como Valverde hasta los 42 años, pero tendrán diez muy buenos y yo no tenía nada que hacer contra ellos. Es mejor dejar la bici y disfrutar del deporte de otra manera, que lo voy a hacer saliendo en bici, compitiendo en ciclocross, corriendo... Un deporte en modo más saludable cuando te apetece, cuando no llueve y sin estar pendiente de que mañana tengo carrera y que si estoy de pie me canso más y esas pajas mentales. Ya hemos sufrido bastante de cabeza y ahora toca estar más tranquilo porque el factor psicológico pasa mucha factura a los deportistas y a mí me ha afectado, aunque pensaba que no. Por eso también he andado menos de lo que yo pensaba.

¿Fue un freno la desaparición de Euskaltel tras firmar por dos años en 2013 y pasar del World Tour al Efapel continental en 2014?

El de Portugal fue un año perdido, con 25 días de competición. En junio dejé de competir aunque también estoy muy agradecido porque gracias a Efapel seguí. Cuando me llama Euskaltel todo me iba muy bien y lo tenía muy claro. Quería ser corredor del equipo naranja, desde pequeño he soñado con eso. Caja Rural me ofrecía un contrato de tres años y firmé por Euskaltel. Me salió mal, tuve mala suerte, pero no me arrepiento porque estuve corriendo en las mejores carreras del mundo gracias a Euskaltel y a los Galdeano. Lo de Efapel no me vino mal para seguir porque tuve la suerte de que salió el Murias, que si no es por eso probablemente habría dejado la bici hace siete años.

Jon Odriozola confió mucho y usted fue el referente del Euskadi Murias en sus cinco años (2015-19)...

Estoy muy agradecido por los cinco años en Murias a Jon, una muy buena persona. Los cuatro primeros el gran peso de las carreras recaía en mí y me salieron muy bien las cosas. Fui segundo en la etapa reina en Aragón, quinto en la general, en Asturias tercero en el Acebo en la etapa reina y cuarto en la general... Anduve mucho y eso es gracias a que en el equipo me sabían llevar muy bien. En la Itzulia de 2019 estuve tres o cuatro días de líder de la montaña. Hice dos Itzulias muy buenas y acabé muy contento, disfruté mucho con el maillot delante de nuestra gente, subir todos los días al podio fue muy bonito.

¿Es el mejor recuerdo de ciclista?

Lo más bonito fue esa Itzulia sin olvidar la Volta a Portugal de 2011. donde viví una cosa muy buena porque gané el maillot del mejor joven y me sirvió para ir al Tour del Porvenir, pero también la peor. Al día siguiente mis tíos, que habían ido a verme a Portugal, tuvieron un accidente de tráfico y por eso falleció mi tío Alfonso al año siguiente. Fue el golpe más duro, pero me dio la fuerza para ir al Tour del Porvenir y ganar la montaña, que es algo muy difícil, y pude darle un maillot a mi tío.

Estaba en la UCI y me acuerdo que todos los días le ponían la radio para que tuviera la información de lo que hacía en el Tour del Porvenir. Y sabía cómo iba. La memoria la tenía intacta, todo lo demás destrozado. Fui capaz de llevarle el maillot al hospital en el que estaba y fue una llorera que no veas. Ha sido una de las cosas más exitosas que he logrado, me enorgullece haber conseguido el maillot y dárselo. Fue muy bonito. Los últimos años ha faltado mi tío, pero eso no se me olvidará nunca.

¿Apena correr una sola Vuelta con Murias y sin estar bien?

Me hubiese gustado repetir, pero no ha podido ser. Cuando hice la Vuelta la primera etapa me puse enfermo, perdí dos kilos en un día y si empiezas así olvídate. No le pude dar la vuelta. Al año siguiente no se me quiso dar la oportunidad, creían que se me había hecho largo el año. Son decisiones que se toman en los equipos y entonces no me pareció bien, aunque igual tuve parte de culpa y, si le quieren dar la oportunidad a otros, vas a otras carreras y no pasa nada. Pero en ese momento por no ir a la Vuelta me parecía que se me terminaba el mundo. Este año no he ido a la Vuelta y he estado feliz en otras carreras. Los ciclistas a veces nos rallamos si no vamos a las pruebas de nivel y te toca estar con el equipo B, pero no todos tenemos sitio en las carreras que queremos correr. He madurado y eso me vendrá bien para lo que viene ahora.

¿De todas las personas que ha conocido en el ciclismo destacaría a alguien en particular?

Estos últimos años cada uno hace su vida y tiene sus planes y no nos vemos mucho, pero para mí Jon Aberasturi siempre ha sido un tío muy especial, muy buena persona, como su familia, que la conozco muy bien. Y en la grupeta estos últimos años he estado mucho con Jon Irisarri, Joel Nicolau, Álex Aranburu, con Jon Adrián, un cicloturista... He coincidido con masajistas, directores, compañeros, con gente muy buena. En un equipo ciclista desde los corredores hasta los auxiliares hay gente muy currela. Es un trabajo muy duro y agradecido, dentro de cada equipo hay gente que se deja la piel por los ciclistas y cuando vienen los resultados es gracias a todos y no a nivel individual. Es uno de los deportes más duros, pero es muy agradecido y animo a que la gente lo practique, que intenten lograr lo que hemos conseguido nosotros, vivir de esto durante unos años.

Y también destacaría a Patxi Vila y Carlos Jiménez, que ha sido una persona muy importante estos dos años, más que como preparador, como amigo. Me ayuda muchísimo junto a mi pareja Maite, que siempre me ha entendido y mimado. Es muy importante tener eso en casa.

El sábado corrió en Medina de Pomar. ¿Piensa despedirse en la temporada de ciclocross vasca?

Llevo sin competir en ciclocross desde cadetes, que fui al Mundial. Era la modalidad en la que más destacaba, ganaba casi todas las carreras, pero desde juveniles no he podido correr porque a los equipos no les gustaba que hiciera ciclocross. Ahora tengo ganas de competir de otra manera porque no me apetece entrenar la técnica ni la explosividad. Quiero competir sin dejarme la piel, tengo intención de hacer casi todas las carreras. De disfrutar, de hacer un plan de fin se semana con mi primo Beñat, masajista de Euskaltel, y mi pareja. En Medina de Pomar me di cuenta de que siguen los mismos y está bien juntarte con la gente de antes. Y no solo este año, igual en el futuro me preparo y me centro más.

Este domingo estaré en el Memorial Iñaki Lopetegi en Tolosa, una crono de tres kilómetros y luego nos quedamos a comer, y el siguiente fin de semana igual voy el sábado a Trapaga y seguro que corro el lunes en Legazpi y el sábado en Laudio. En principio este año intentaré ir todos los fines de semana, hacer deporte de modo más saludable, no tan profesional. Me gusta, es una prueba de una hora muy intensa, es divertido y bonito para que te vea la familia.

Xabier Murias ha dejado la competición, Aitor Hernández tiene 39 años, ¿se plantea centrarse en el ciclocross como hizo él tras recibir la baja de Euskaltel?

No voy con la intención de destacar. Hay más nivel que antes. Nosotros fuimos con una furgoneta acondicionada como autocaravana y creía que igual éramos los únicos y ahora todo el mundo va con su autocaravana, sus carpas, sus rodillos... Todos van más preparados que nunca. O te entrenas bien o olvídate. Es una especialidad en la que necesitas mucha explosividad, ser muy técnico y, si no lo entrenas, no tienes nada que hacer por fuerza o por ir bien en las rectas. Lo voy a hacer para disfrutar. Todavía quiero competir, también en carreras a pie. El otro día hice una en Donostia. Quiero disfrutar del deporte de modo saludable, salir con los amigos y disfrutar con ellos sin olvidarme de lo más importante. En enero me gustaría empezar a trabajar, es lo más importante. El deporte será secundario.

¿Dónde le gustaría trabajar?

Estoy terminando los estudios de un Grado Superior de Deportes de prácticas con Patxi Vila y Carlos Jiménez y me gustaría seguir vinculado con el ciclismo como entrenador. Ahora hago biomecánicas con ellos, es un mundo que me está gustando y me gustaría centrarme más en ello. Aprender y tirar por ahí. Están en 360 Cycling, trabajan con Movistar y me han llevado la preparación. Para mí son los referentes, me gustaría ser como ellos y dedicarme a la preparación y a hacer biomecánicas. Me han dado la oportunidad de hacer las prácticas y sería un sueño poder trabajar en el futuro para ellos. Para mí sería lo mejor, pero aquí nada es seguro. Lo hemos hablado por encima y si hay trabajo igual tengo una oportunidad y, si no, intentaré tirar por otro lado y seguir con el deporte como entrenador.

Tengo el nivel 3 de director y  eso me puede ayudar a entrar en algún equipo. Más que estar con profesionales, me gustaría estar con la cantera, con los chavales. Marcarles unos objetivos y que los alcancen sería una satisfacción para ellos y para mí. O trabajar con gente que quiere hacer una Quebrantahuesos y bajar de las seis horas... Quiero tirar por ahí y, si no es posible, me ataría a cualquier cosa. Aquí hay que traer la tela a casa.