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¡Abajo las máscaras!


De toda la vida hay gente empeñada en que los cines se cierren, pero por suerte siguen muy abiertos. El nuestro no es un sector al que las administraciones cuiden o protejan, y si lo apoyan yo no me he enterado. Las actuales restricciones sanitarias son un claro ejemplo de discriminación frente al comercio o la hostelería, y el que no se deje comer o beber en las salas de proyección no obedece a imperativos legales, sin más. La situación se agrava de cara a la apertura de nuevas salas, porque aunque parezca mentira todavía hay empresas de exhibición dispuestas a desafíar la falta de sintonía con una industria cultural a la que llevan décadas ninguneando. Es el caso de los cines de Garbera, en Donostia, cuya inauguración está anunciada para finales de este mismo mes.

Hubo multisalas en este centro comercial donostiarra hasta el año 2004, y ahora, en el apocalítico 2021, resurgen de sus cenizas bajo otra marca y con un concepto renovado. Se trata de siete lujosas salas que cuentan con el material más avanzado en técnicas de proyección, así como unas esapaciosas butacas reclinables que permiten ver la película con total comodidad. Pero el servicio especial de la oferta es del catering, con una selección de bebidas y de comida superior a la media. Sería de desear que la injusta normativa vigente cese de inmediato, permitiendo una apertura tranquila y sin sobresaltos.