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Lakua e Iruñea buscan atajar un repunte de contagios con características propias

Con una incidencia de 460 casos entre 6 y 12 años, el doble que el siguiente grupo, los datos de Osakidetza muestran que el repunte se centra en gran medida en los menores no vacunados, aunque la tendencia es al alza en todas las franjas. Lakua explica hoy sus medidas e Iruñea también prevé cambios.

Las pruebas de detección del covid cada vez dan más resultados positivos. (Idoia ZABALETA I FOKU)

Osakidetza publicó ayer su informe epidemiológico semanal, y los datos no dejan lugar a dudas sobre la rápida expansión de los contagios de covid en la CAV. Con una incidencia acumulada de 181 casos por cien mil habitantes, la afección triplica la que había cuando hace algo más de un mes se levantaron las restricciones. Además, la incidencia semanal –117 casos– y la alta positividad, del 7,5% el domingo, indican que va a seguir empeorando una situación que ya se hace notar en los hospitales, donde hay 134 personas ingresadas, 30 de ellas en la UCI.

Aunque no todos los herrialdes están igual, pues la incidencia acumulada en Gipuzkoa, que es de 308 casos por cien mil habitantes, triplica la de Araba, que está con 99 casos, y casi la de Bizkaia, que tiene 120 casos. En una situación intermedia está Nafarroa, que ayer reportó 130 contagios y cuya incidencia en dos semanas ronda los doscientos por cien mil habitantes.

En este contexto de crecimiento acelerado, y tras semanas a la expectativa, los Gobiernos de Lakua e Iruñea han decidido intervenir, aunque aún no se sabe cómo. En el caso del Ejecutivo de Iñigo Urkullu será hoy, tras el Consejo de Gobierno, cuando concrete el anuncio realizado el domingo en una nota en la que informó de que prepara «nueva directrices» ante «la evidencia la tendencia al alza de los contagios y la necesidad de frenarla cuanto antes».

Preguntado ayer al respecto, el lehendakari no concretó el sentido de las medidas, que explicará la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, aunque por lo adelantado la víspera parece que afectarán a los municipios donde la transmisión del virus sea alta –hay ocho localidades en zona roja, seis de ellas en Gipuzkoa– y estarán dirigidas a «evitar aglomeraciones».

Por su parte, el vicepresidente primero y portavoz del Gobierno de Iruñea, Javier Remírez, avanzó que el Ejecutivo se reunirá esta semana con el sector hostelero y cultural «para evaluar la situación y, entre todos, tratar de acertar con las medidas». Unas medidas, «quirúrgicas, concretas, y que vayan a atajar esos escenarios», que «generan mayor riesgo en personas que no han cumplido con la pauta completa de vacunación».

«Está claro dónde se producen los escenarios de mayor riesgo: en espacios cerrados, donde conviven personas que exceden a la propia unidad convivencial, y donde existen condiciones en las que se relajan las medidas preventivas tanto de distancia como de uso de mascarillas, sobre todo a la hora de consumir comidas o bebidas», dijo, insistiendo en el mensaje que se ha repetido durante la pandemia.

Los menores de 12 años

Sin embargo, sin restarle validez a estas palabras, que siguen vigentes, lo cierto es que este repunte otoñal tiene características propias que hace que sea distinto a oleadas anteriores.

Y es que, si la ola del verano ya fue diferente, con una incidencia altísima en población joven a causa de viajes de estudio y fiestas, que acabó afectando al resto de grupos etarios, en esta ocasión los contagios se están centrando en gran medida entre los menores de 12 años de edad.

Es algo que tiene sentido, pues es el único grupo al que aún no han llegado las vacunas. Con el resto de colectivos masivamente vacunados, la mayor afección del covid se está dando ahora entre los niños y niñas, y a este respecto son elocuentes los datos del informe de Osakidetza, que muestra una incidencia acumulada de 460 casos por cien mil habitantes entre los menores de 6 a 12 años, mucho mayor que ningún otro grupo.

De hecho, la siguiente franja más afectada es la de 3-5 años de edad, con una incidencia de 240 casos. Luego, las cifras bajan drásticamente entre quienes ya han tenido acceso a la vacuna, pues entre 13 y 16 años la incidencia es de 98 casos, y entre 17 y 18 años, de 64. Nada que ver.

A este respecto, el domingo en la CAV se detectaron 65 contagios en menores de 6 a 12 años, y otros 19 entre los 3 y 5 años, mientras que los jóvenes de 17 y 18 años solo contabilizó un positivo. Es un dato muy llamativo, pues este último grupo, cuya incidencia llegó a superar los 5.000 casos por cien mil habitantes en verano, es el que más sale y socializa de noche, en ambiente festivo, junto al de 20-29 años, cuyos datos de incidencia también son bastante bajos: 118 casos por cien mil habitantes.

Estos números parecen indicar que los contagios ahora no se están dando tanto en esos espacios de ocio a los que habitualmente se alude, con motivo, sino entre menores no vacunados y su entorno cercano, el que convive con ellos. El tercer grupo más afectado, con 232 casos de incidencia, es el de 40-49 años, quizá el de los padres y madres de esos niños y niñas.

En todo caso, aunque a diferente ritmo, la afección está creciendo en todos los grupos, y quienes acaban hospitalizados sigue siendo los de mayor edad.