Macron sitúa la reforma de Schengen en el cuaderno de prioridades de la UE
Emmanuel Macron ha expuesto las propuestas que defenderá durante la Presidencia francesa de la Unión Europea. El relanzamiento económico, vía apoyo a un mercado digital europeo, ocupará un lugar central en ese cuaderno de prioridades que incluye la reforma de Schengen para reforzar las fronteras.
Emmanuel Macron ha expuesto este jueves las prioridades que marcarán la presidencia de turno fracesa de la Unión Europea, que se iniciará el próximo 1 de enero de 2022. El presidente francés ha hecho hincapié en la necesidad de que, superados los peores momentos de la pandemia, Bruselas vaya más allá, tanto en la reflexión sobre un nuevo modelo europeo como en su ambición de influencia en el mundo.
La recuperación económica ha centrado el discurso, con algunas propuestas concretas. Macron ha apostado por combatir el monopolio y poner tasas a los gigantes de las nuevas tecnologías, pero sobre todo ha apostado por trabajar por el afianzamiento de un «mercado digital europeo».
Ha aseverado que, más pronto que tarde, los 27 deberán volver a sincronizar los relojes, y superada la pandemia, que ha obligado a hacer fuertes desembolsos públicos, «retornar a la discipliina presupuestaria y fiscal». Ha sostenido que «en ello Europa se juega su credibilidad».
Ha matizado la propuesta con otras iniciativas «para un desarrollo sostenible y de rostro humano», ha dicho, como el avance hacia la implantación de un salario mínimo de referencia «cuya cuantía permita vivir dignamente a los europeos» y de medidas para acabar con la brecha de género, con la implantación de controles suplementarios en empresas y el establecimiento de cuotas en los consejos de administración.
Ha situado en «el reto de la soberanía» otra de las claves del semestre francés, con alusión expresa al tejido industrial y, en particular, al sector energético.
Historiografía y servicio civico europeos
Entre alusiones a la necesidad de que Europa prosiga la construcción de «un proceso de construcción humanista», ha hablado de «una Historia y una cultura común», en singular, para expresar después su pretensión de que durante el semestre francés una comisión historiográfica se encargue de «escribir los materiales que permitan a los alumnos conocer la historia» y sirva de embrión a una futura Academia de Europa.
Ha mostrado su convicción de que esa labor en que quiere implicar a las universidades servirá de antídoto a «los discursos de odio, al racismo, a los extremismos».
Ha remarcado que París quiere dar fuerte protagonismo a la cultura durante esa presidencia de turno de la UE en el que Macron deberá compaginar los cargos de presidente de la República francesa y presidente de turno del Consejo de Europa y que, casi con total seguridad, combinará con su condición de candidato a su propia reelección al frente del Elíseo, dado que en abril se celebrarán las elecciones presidenciales galas.
Siguiendo el espejo francés, donde los jóvenes a partir de los 16 años deben hacer un servicio cívico, destinado a reforzar «los valores republicanos», el presidente galo ha propuesto crear un servicio cívico europeo para los menores de 25 años.
Un discurso de valores, de integración, de «escritura de un futuro común» que Macron ha hecho bascular a la hora de referirse a la cuestión de la seguridad.
«Protegerse mejor» de la crisis migratoria
Emmanuel Macron ha propuesto la creación de «un grupo de trabajo sobre el Tratado de Schengen» al que ha confiado esa labor de hacer evolucionar ese acuerdo de confianza mutua entre estados que hizo posible la desaparición formal de las fronteras en en seno de la UE.
La pandemia y la «amenaza islamista» han llevado al Estado francés a hacer perennes los controles en la fronteras interiores que ya aplicaba, aunque de forma periódica, desde 2015.
Nada hace pensar que París vaya a retornar al libre movimiento de personas. Al contrario, Macron ha insistido en otra idea. Ha propuesto una reforma del Tratado de Schengen porque, ha dicho, «Europa debe aprender a proteger mejor sus fronteras» de las crisis migratorias.
«Cabe vez que no hay un compromiso, un cumplimiento de las reglas, en las fronteras externas, se produce ese problema en el seno de la Unión Europa, con mafias que operan con la migración», ha dicho Macron, para condicionar «la vuelta a ese espacio sin fronteras internas» a que los estados miembros «actualicen y doten de mayor armonización» a su política «de protección del territorio europeo».
Ha compensado la afirmación con alusiones genéricas a «mejorar las relaciones con los países de origen», anunciando una cumbre Unión Europea-África, y elevando el tono sobre la necesidad de «actuar con solidaridad y decisión» en el flanco de los Balcanes.