Merecido reconocimiento a Petra Martínez
Estado español. 2020. 109’ Dtor. y guion: David Martín de los Santos. Prod.: María Barroso, Andrea Gautier, Juan Gautier, Rosa García Merino, Damián París y José Carlos Conde. Int.: Petra Martínez, Anna Castillo, Ramón Barea, Florin Piersic Jr., Annick Weerts, Marten Dannenberg, Alina Nastase.
No es que le quiera quitar a la película su valor intrínseco, que lo tiene, pero creo que este tipo de producciones que brindan su oportunidad a actrices veteranas merecedoras de un mayor reconocimiento ya valen la pena al cumplir una función tan importante. Y Petra Martínez se luce a placer en ‘La vida era eso’ (2020), gracias a un papel escrito para ella por el debutante David Martín de los Santos. Los premios le están empezando a llegar en cadena, habiendo obtenido el de Mejor Actriz en los festivales de Sevilla o Transilvania, a la espera de que las nominaciones a los Goya, Forqué y Feroz den el fruto deseado. Todo es poco para esta gran mujer descubierta por Jaime Rosales dentro del cine de autor, pero que también goza de una gran popularidad por medio de series televisivas de éxito como ‘Aquí no hay quien viva’, donde hace de la vieja vecina sicópata con su arrollador poderío.
En Petra Martínez ha confiado un David Martín de los Santos, y ha hecho muy bien, que se estrena con su primera ficción, tras una consolidada carrera como documentalista que contiene ‘La isla durmiente’ (2005), ‘Ni vivos ni muertos’ (2011) o ‘¿Generación perdida?’ (2011). También acierta al emparejar a la experimentada actriz con la pujante y juvenil Anna Castillo, consiguiendo a través de sus personajes una interesante relación intergeneracional, no sin dificultades en sus primeros pasos.
María y Verónica, que así se llaman sus respectivos personajes, coinciden en la habitación de un hospital en Gante comopacientes. María lleva muchos años de migrante en Bélgica, lejos de su Almería natal, a la que volverá de nuevo para reencontrarse con un pasado que creía haber dejado atrás. ‘La vida era eso’ (2020) es un homenaje a las mujeres de posguerra, que tuvieron que enfrentarse con una realidad histórica que las discriminaba y las cosificaba.