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La creación del euro digital como moneda pública, a debate en el Estado español

El Congreso de los Diputados ha aprobado este martes una proposición no de ley para instar al Gobierno de Pedro Sánchez a impulsar el estudio de un euro digital como moneda pública, ante la paulatina desaparición del dinero en efectivo y el auge de nuevas formas de pago como las criptomonedas.

El dinero en metálico se utiliza cada vez menos para realizar pagos en la Unión Europea. (Luis JAUREGIALTZO/FOKU)

La proposición no de ley (PNL) sobre el euro digital ha sido aprobada este martes por el Pleno del Congreso con los votos a favor de 184 diputadas y diputados –entre ellos los de PSOE, que fue quien presentó la iniciativa, Unidas Podemos, Cs, PNV o ERC–, 52 en contra –los de Vox– y 98 abstenciones –entre ellas las del PP–.

La diputada del PSOE Patricia Blanquer ha sido la encargada de defender la propuesta con la que se pide impulsar, en colaboración con el Banco de España, la creación de un grupo de estudios para evaluar el desarrollo de un euro digital con el objetivo de «ofrecer una mayor estabilidad financiera tanto a la economía española como al conjunto de la eurozona y recuperar el carácter del dinero como bien público y bajo control democrático».

Durante su intervención, ha señalado que esta PNL es un proyecto de especial interés en un contexto de transformación digital y lleno de desafíos, que evidencia la necesidad de una mayor regulación europea sobre el actual sistema monetario.

El PP, al igual que otros grupos como el PNV, han acusado al PSOE de hacer de esta PNL un «plan de marketing», ya que es una cuestión que se está debatiendo actualmente en Europa y el impulso de este grupo de trabajo solo requeriría la voluntad del Gobierno estatal, sin necesidad de llevar el texto ante el Congreso.

Ni nacionalización ni estatalización

En la exposición de motivos recogidos en la PNL, el PSOE alude al debate sobre la posibilidad de crear nuevas monedas digitales públicas (CBDC, en sus siglas en inglés, por Central Bank Digital Currency, o Moneda Digital del Banco Central), señalando que más de un 80% de instituciones consultadas en 2020 por el Banco de Pagos Internacionales de Basilea ya trabajan en proyectos de este tipo.

Entre sus motivos, citan el auge de nuevas formas de pago, como las criptomonedas, la llamada ‘banca en la sombra’ –ajena al sistema bancario y su regulación–, sus posibilidades de inclusión financiera y también el declive del uso del efectivo, algo que mejora el rastreo de operaciones y limita las posibilidades de fraude.

No obstante, se alerta en la PNL, esta desaparición provocaría que todo el dinero en circulación fuese bancario y privado. «Implicaría una mayor inestabilidad, que justamente trató de minimizar la creación de los bancos centrales tal y como los conocemos», se indica en el texto, en el que se aboga por el dinero público digital, intangible, respaldado por el Estado, y depositado en una cuenta directamente en el banco central. «Un privilegio, por el momento, restringido a los bancos», señala.

En su escrito, el PSOE matiza que este dinero digital público no conllevaría ni la nacionalización del sistema bancario ni la estatalización del crédito, pues tanto en una variante de moneda pública directa, hasta otras híbridas o intermedias, no desaparecería la actividad privada de crédito.

Es más, argumenta que sería más segura, en la medida en que estaría completamente separada de los depósitos de los ahorradores, y que así también la creación de dinero dejaría de depender de la expansión crediticia, aminorando el riesgo de un sobreendeudamiento privado.