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Conferencia de presidentes como preludio de restricciones serias

La Moncloa convoca una nueva conferencia de Presidentes la próxima semana, que será telemática. Con el PSOE y el PP a la greña, de este foro nunca salen medidas de consenso. Más bien, suele significar que Madrid ya ha tomado una decisión. Urkullu apuesta por medidas uniformes en todo el Estado. 

Urkullu solicitó por carta a Sánchez convocar una Conferencia para concretar medidas comunes. (IREKIA)

Toda Europa se mueve por el predecible aumento incontrolado de casos en las próximas semanas. El Estado español no es una excepción. En los Países Bajos vuelven a confinamientos duros (cierre de comercios no esenciales y toques de queda) y en Reino Unido se discute sobre medidas cortas y drásticas. Nadie sabe muy bien qué hacer.

El Estado español llega a este punto con los hospitales en mejor situación que la mayoría de sus vecinos, pero en Hegoalde ya hay apuros de camas y la tendencia es preocupante. La CAV ha cambiado el escenario y ha aumentado su capacidad de camas de UCI en otras 146 más, hasta llegar a 427. Y en Nafarroa, se han suspendido las vacaciones del personal sanitario y se han comenzado a desprogramar las intervenciones no urgentes.

Pese a activar planes de contingencia, Lakua y Nafarroa han andado timoratos a la hora de adoptar nuevas medidas para la población, centrándose en la implantación de un pase sanitario que tiene un potencial de control de la epidemia muy limitado y, además, genera contestación.

Hasta hace unas semanas, ambos gobiernos prometían medidas dirigidas únicamente a los no vacunados, pero la severidad del empeoramiento de la epidemia hace inviable controlar la enfermedad con medidas dirigidas a un 10% de la población mayor de 12 años. 

Iñigo Urkullu ha movido ficha antes de que arranque Conferencia de presidentes. Quiere que sea La Moncloa la que imponga restricciones en navidades y asuma el coste de decisiones que pueden ser impopulares y que pillan a la sociedad ya muy cansada. El lehendakari fijó postura en una carta a Sánchez donde exige que las medidas «sean comunes» a todos los territorios. 

Que la ciudadania adopte restricciones para navidades sin obligatoriedad puede ser complejo. En Nafarroa se había optado por repetir la mecánica del verano y que funcionó relativamente bien. Salud no prohibe, sino que recomienda a los ayuntamientos que dejen de organizar actividades de riesgo. Contra esta decisión levantó la voz entonces Navarra Suma, que gobierna numerosas localidades, pero en líneas generales, se cumplió.

Para entender que una «recomendación» hoy se puede quedar corta, basta ver lo sucedido con la asociación que organiza la cabalgata de los Reyes en Iruñea. Dicha asociación ya ha manifestado que, si no se lo prohíben expresamente, ellos van a salir a desfilar. Les dan igual, por tanto, los criterios que fija la autoridad sanitaria en Nafarroa y, lo que es peor, tampoco les importa discrepar de las recomendaciones y socavar la autoridad sanitaria en público.

No es fácil prever con qué llegará Sánchez a la Conferencia de presidentes, más allá de unas cuarentenas más estrictas para los vacunados, cosa lógica, pues el virus que se hará dominante tiene mayor capacidad de reinfección. Sí se puede adivinar que, diga lo que diga, no va a gustar a las comunidades que lidera el PP y que esta contraofensiva tratará de desarmarse con filtraciones a medios más afines al Gobierno, en las que, por otra parte, se evidenciará que Sánchez va a la conferencia a contar cosas, no a escuchar o contrastar opiniones. 

Los apoyos parlamentarios de Sánchez en Hegoalde y Catalunya pueden ser otra vez determinantes de cara a que el Gobierno pueda aplicar medidas más serias. Al estar la situación hospitalaria tan tensionada en estos territorios y siendo, finalmente, La Moncloa la que asuma el coste de medidas poco agradables y de aplicación uniforme, probablemente todo va a depender de hasta dónde se atreva a ir Sánchez, que hasta ahora no ha sido uno de los líderes europeos más decididos. 

Pero, fundamentalmente, la clave está en si lo que se decida será suficiente o tendrá que endurecerse en cuestión de semanas o días.