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Irán asegura que no superará en ningún caso el 60% del enriquecimiento de uranio

Irán promete que no superará el umbral que permite la construcción de arsenales atómicos. Incluso si fracasa el intento de revitalizar el acuerdo nuclear, del que los EEUU se retiraron en 2018, tres años después de su firma.

Ejercicios militares de la Guardia Revolucionaria iraní. (AFP)

El director de la Organización de Energía Atómica de Irán, Mohammad Eslami, ha asegurado que la República Islámica no superará el nivel del 60% de enriquecimiento de uranio, aunque los esfuerzos negociadores que se desarrollan en Viena para resucitar el acuerdo nuclear y levantar las sanciones estadounidenses fracasen.

«Todas nuestras actividades nucleares se llevan a cabo según los acuerdos, estatutos y reglamentos de la Agencia Internacional de Energía Atómica», ha dicho Eslami a la agencia rusa Sputnik, al responder negativamente a la pregunta de si Irán planea sobrepasar el citado nivel en el caso de que las conversaciones naufraguen.

Además, ha insistido en que el programa nuclear de la nación persa tiene como objetivo apoyar las necesidades de la producción industrial y de los consumidores iraníes.

Ayuda de Rusia

Por otro lado, Eslami ha recordado que «Irán ya puede producir combustible nuclear» y que, gracias a los acuerdos firmados con Rusia, confía en poder usarlo en la central de Bushehr.

La construcción de Bushehr es el mayor proyecto energético ruso-iraní. El primer reactor se conectó a la red eléctrica de Irán en 2011 y la construcción del segundo bloque está en marcha, mientras que ya se ha firmado el contrato para la tercera unidad. Hasta ahora, Moscú ha venido suministrando a Teherán el combustible nuclear necesario para el funcionamiento del primer reactor.

Nueva cita para el lunes

Las conversaciones en Viena sobre la reactivación del acuerdo nuclear de 2015 se retomarán el lunes y lo harán tras cerrar la ronda anterior con «buenos progresos», según el negociador jefe de la República Islámica, Alí Baqeri Kani.

Irán y EEUU, con el aval del G-5 (Rusia, China, Gran Bretaña, Estado francés y Alemania) alcanzaron un acuerdo histórico para limitar la actividad nuclear de la Republica Islámica a cambio de la retirada de las sanciones internacionales, pero tres años después Washington, con Donald Trump en la Casa Blanca se retiró dando al traste con lo firmado.

Los contactos para lograr que tanto Washington como Teherán vuelvan a sus compromisos previos se retomaron el 29 de noviembre en Viena después de una suspensión por las elecciones presidenciales iraníes, en las que el principalista Ebrahim Raisi se impuso a las escasas candidaturas reformistas autorizadas por el régimen.