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Los sindicatos de enseñanza anuncian un seguimiento récord en la huelga en Ipar Euskal Herria

La huelga de enseñanza llamada hoy para denunciar las condiciones del protocolo escolar está teniendo un gran seguimiento en Ipar Euskal Herria. Los datos ofrecidos por los sindicatos y las instancias públicas son muy dispares. Unas 1.000 personas se han reunido en la protesta de Baiona.

 

Una manifestación ha recorrido las calles de Baiona. (Bob EDME)

Tal y como lo indicaban las previsiones, un gran número de centros escolares están cerrados este jueves para denunciar las condiciones del nuevo protocolo sanitario. El llamamiento hecho desde todos los sindicatos de enseñanza está teniendo un seguimiento del 75%, según el sindicato mayoritario en primaria, SNUipp-FSU, y del 38,5% según el Rectorado de Burdeos.

Un gran número de centros de enseñanza han cerrado hoy sus puertas, por lo que se han tenido que establecer servicios mínimos por parte de los ayuntamientos para acoger a los alumnos de las escuelas cerradas. A la huelga, además de los centros públicos y las ikastolas, se han sumado también las escuelas privadas católicas, algo extraordinario.

La protesta prevista ante la Subprefectura de Baiona se ha acercado a la sede de la Inspección Académica y al ayuntamiento, para volver al lugar donde ha comenzado. Se han reunido alrededor de 1.000 personas y representantes de diferentes sindicatos han sido recibidos en la Subprefectura. 

Datos dispares

Los sindicatos de enseñanza hablan de un seguimiento récord. Según SNUipp-FSU, el sindicato de enseñanza más importante en primaria, el seguimiento ha sido del 75%; en cambio, el Rectorado de Burdeos en el que se incluye la gestión de las tres provincias del norte habla de un 38,5%.

El sindicato mayoritario en secundaria, Snes-FSU, habla del 62%, frente al 24,08% de la Academia de Burdeos. El sindicato también ha hecho pública la participación de los asistentes escolares y ayudantes, que sería del 80%.

Un dato incontestable ha sido la diversidad de participantes en la protesta, ya que junto con los profesores esta vez también han participado directores, responsables de centros de enseñanza e incluso inspectores de la Inspección Académica. También se han sumado algunas madres y padres, e incluso algunos alumnos.

Servicios mínimos



Debido al gran seguimiento que está teniendo la huelga y el gran número de centros escolares que están cerrados, algunas localidades se han visto obligadas a establecer un servicio mínimo.

En Baiona, por ejemplo, de las 25 escuelas de la ciudad se había anunciado que 12 de ellas estarían cerradas, por lo que el Consistorio ha establecido un servicio para los alumnos que no tienen posibilidad de quedarse en casa. 



Donibane Lohizune, Angelu, Bidarte y Ziburu también han organizado un servicio mínimo para acoger a los alumnos de los centros que no han abierto hoy sus puertas.

En los centros que han permanecido abiertos, una parte del profesorado también ha hecho huelga, por lo que han debido de organizarse horarios alternativos.

Como ejemplo, la organización que se ha establecido en el colegio Piarres Larzabal de Ziburu, donde algunas clases no se impartirán por la tarde, por lo que se ha propuesto a los familiares de los alumnos que no tendrán clase que acudan a buscarlos antes del horario normal.

Estado francés

Las medidas tomadas desde el Gobierno han sido muy criticadas en todo el Estado francés. Las previsiones de profesorado en huelga y de escuelas cerradas auguraban un gran seguimiento. Las cifras difieren mucho entre los sindicatos y el Ministerio de Educación

Según SNUipp-FSU, sindicato de enseñanza más importante en primaria el seguimiento ha sido del 75%, en cambio, el Ministerio de Educación habla de un 38,5%.

El sindicato mayoritario en secundaria, Snes-FSU, habla del 62% frente al 23,73% del Ministerio. El sindicato también ha hecho público la participación de los asistentes escolares y ayudantes, que sería del 80%.

Algunos datos ya se van confirmando, por ejemplo, en París, 200 escuelas estaban cerradas esta mañana.

Vuelta al cole tras las vacaciones navideñas

La vuelta a las aulas tras las vacaciones de fin de año ha sido todo menos tranquila en Ipar Euskal Herria. El ministro de Educación francés, Michel Blanquer, optó por esperar a la víspera del arranque de las clases, el lunes 3 de enero, para anunciar el protocolo sanitario ideado para hacer frente al aumento exponencial de casos de covid-19 y, al tiempo, cumplir con el objetivo principal de mantener las escuelas abiertas.

Las clases se reanudaron el 3 de enero con un 5% del profesorado de baja y entre el 10 y el 15% del alumnado en casa, según niveles y centros.

Se acabó la regla que ha marcado anteriores etapas de la pandemia, y que llevaba  al cierre de clases tras aparecer un caso positivo.

Ahora se optaba por establecer un sistema de triple testado (1 prueba de farmacia + dos autotest) con el objetivo de permitir a los casos contacto seguir acudiendo a las aulas.

El atasco en las farmacias y laboratorios se convirtió en la gota que colmó la paciencia de las familias y, por descontado, de los enseñantes.

Ante el colapso, el primer ministro Jean Castex salió a socorrer a Blanquer exponiendo en prime time televisivo su idea de «agilizar» un protocolo que no duró ni una semana.

Se caía la prueba en farmacia aunque se proponía a las familias hacer tres test en días alternos a los chavales para tratar de obtener el ansiado negativo con el mantener la rutina escolar.

Los docentes, cansados

El anuncio no ha calmado a los sindicatos y FSU 64, SE-UNSA 64, FNEC-FP-FO 64, SNUipp-FSU y LAB secundan así la jornada de protesta, que cuenta con el apoyo de las principales asociaciones de padres. De hecho las «Apas» llaman expresamente a las familias a que no lleven a sus hijos a los centros escolares.

Barthélemy Mottay, cosecretario del sindicato SNUipp-FSU a escala departamental confiesa en declaraciones al digital Kazeta.eus que el cuerpo de docentes se siente «cansado» por la pandemia y que el último protocolo ideado desde París «es inaplicable y poco eficaz».

«Pese a presentar un test negativo es posible que el alumno sea testado positivo en los días siguientes, con lo que el riesgo de contagio sigue ahí», explica.

En un contexto electoral, el interés del Gobierno, considera, se centra en la batalla de la comunicación. «El ministro Blanquer podrá alardea de que en Francia las escuelas siguen abiertas, pero la realidad es que las clases están vacías», añade Mottay.

Medidas incoherentes

Critica «el alto grado de incoherencia» que, a su entender, ha marcado la política sanitaria aplicada en los centros educativos. No se han cubierto bajas y cuando los sindicatos han insistido en pedir refuerzos de plantilla, en ver de contratar profesores «el Ministerio ha optado por movilizar a docentes jubilados, es decir a personas vulnerables».

Aun compartiendo el objetivo de que los colegios sigan abiertos, los sindicatos estiman que ello implica habilitar los medios necesarios para que la actividad docente pueda desarrollarse en condiciones asumibles por los distintos actores de la comunidad educativa.

En la segunda semana desde el arranque de las clases, ni los test, ni las mascarillas, ni menos aun los medidores de CO2 prometidos han llegado a las escuelas.

De ahí que los sindicatos expliquen en su llamada a la movilización que «la de hoy es una huelga que obedece a un malestar generalizado».

Esperan que se pongan en marcha medidas a la altura del reto que plantea mantener las clases presenciales cuando la tasa de incidencia por covid-19 se situó entre el 2 y el 8 de enero en 2.852,7 casos por 100.000 habitantes en el departamento que incluye a Ipar Euskal Herria.