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Los quirófanos de la CAV volverán a operar por la mañana al liberarse las UCI

Tras consolidarse la bajada de la presión en las UCI, Osakidetza anunció ayer que reabre la actividad de los quirófanos que suspendió tras descontrolarse la onda de contagios en navidades. Será una reapertura paulatina a expensas de una bajada de los casos que se está desacelerando.

Un cirujano interviene en una operacion no urgente tras el parón de la primera ola en Iruñea. (Marison RAMÍREZ | FOKU)

Los datos de la semana pasada permiten confiar en que el pico de presión en las UCI de Hegoalde está ya sobrepasado. Esto se puede afirmar con más rotundidad en la CAV que en Nafarroa, donde el descenso resulta menos significativo. Y así, no es de extrañar que sea la CAV la primera en  anunciar que retoma la actividad quirúrgica no urgente del turno de mañana. La consejera Gotzone Sagardui apuntó que se recuperará entre el 80% y el 100% de estas intervenciones. 

La actividad quirúrgica está estrechamente ligada a la ocupación de las UCI, debido a que, en muchas ocasiones, el paciente recién intervenido debe pasar un tiempo por las camas de cuidados intensivos a su salida del quirófano. Con todo, Sagardui justificó el retorno también en que ahora cuenta con «mayor disponibilidad de personal», tras la vuelta de las navidades.

En su comparecencia de ayer, la consejera subrayó otra vez –lo remarca desde la semana pasada– que el descenso de los casos no está yendo a la velocidad esperada, sino que los contagios están cayendo más lentamente. Sagardui insistió en que los contagios siguen siendo muchos y los ingresos, también.

Según los datos que maneja Osakidetza, no solo la velocidad de descenso no responde a la pendiente brusca que se dibujó en la gráfica sudafricana (no hay que olvidar que allá ómicron golpeó en pleno verano), además, el ritmo de descenso se está frenando paulatinamente (según se refleja en el número R). Y este fenómeno de desaceleración de la bajada no afecta solo a Hegoalde, sino que se está manifestando en todo el Estado.

Puede haber motivos puntuales que expliquen por qué cada vez los casos bajan más lentamente. Principalmente, el retorno de la actividad escolar que se está desarrollando con normas más laxas para confinar aulas que la que había en el primer trimestre, y que está dando muchos problemas a la hora de aplicarse. Los tiempos de comprobación de positivos son muy largos debido a que no existe rastreo escolar y el corsé que impone la confidencialidad de los datos sanitarios de los alumnos lo complica todo. El aumento de incidencia en menores de diez años, apuntala esta teoría.

No obstante, también puede haber explicaciones para la desaceleración de la bajada de otro tipo, como el relajamiento en el cumplimiento de las medidas. 

La curva no está bajando más rápido porque no hay interés en que así sea y, probablemente, este desinterés pueda aplicarse a los políticos, pero fundamentalmente al conjunto de la sociedad. Las medidas de contención que se han establecido en Hego Euskal Herria están a punto de caducar y no se aprecia un clima social demasiado favorable a mantenerlas.

Ayer, Lakua anunció una reunión de –lo que queda de– el LABI para estudiar qué medidas van a regir a partir de ahora. Por su parte, las restricciones en Nafarroa vencen el día 31. Tanto en un territorio como en el otro, la sensación que se palpa es de que las restricciones se van a aligerar.

Sería polémico y poco probable que se mantuviera la orden de llevar mascarilla en los exteriores pues ya fue muy contestada en su momento. Y, también, que no se relajaran en buena medida las restricciones que afectan a la hostelería. 

Las medidas de la hostelería

No se antoja casual que la medida de que regresaba la actividad matutina a los quirófanos de la CAV coincidiera con un nuevo anuncio de ayudas a los hosteleros y, muy en especial, a los del ocio nocturno, que son el sector que más restricciones ha sufrido durante la pandemia. Más bien, pareció que lo que Lakua estaba escenificando ayer es el regreso paulatino a la «normalidad», una situación donde se quiere que las empresas de ocio nocturno recuperen su actividad cuanto antes. 

Las medidas de contención que se aplican al sector hostelero son, a día de hoy, muy importantes. Además de los aforos al 60% y las limitaciones de consumo en barra, cuya efectividad hasta la fecha ha sido muy difícil de medir, existe la orden de cerrar a la una de la madrugada, que sí tiene un impacto más que notable en la forma de socializar de la población. 

Levantar la restricción de la hora máxima de cierre puede tener un impacto importante en la evolución de la onda epidémica. Delta, en el verano pasado, cambió la dinámica debido a contagios masivos de jóvenes. Con un hipotético regreso de la socialización nocturna no tiene por qué suceder lo mismo, pero no conviene olvidar que la combinación de ómicron con el ocio nocturno sin restricciones no se ha testado aún, debido a que la irrupción de esta variante motivó la orden de cerrar discotecas y bares a la una de la madrugada para antes de la nochevieja, es decir, cuando ómicron ni siquiera se había convertido en la variante hegemónica. 

Gobiernos como el de Catalunya han decidido poner fin a. todas las restricciones salvo el ocio nocturno. La CAV, Nafarroa y Aragón están conversando para iniciar la desescalada de forma conjunta.