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Estudios indican que el teletrabajo podría aumentar la brecha salarial entre hombres y mujeres

Estudios recientes revelan que la desigualdad de género, que ya existe entre los sueldos de los trabajadores, se ha visto incrementada con el teletrabajo que, aunque la tendencia indica que se está volviendo a la presencialidad, hoy sigue siendo casi el doble del registrado antes de la pandemia.

El teletrabajo ha aumentado con motivo de la pandemia. (GETTY IMAGES)

Pasado el boom inicial de la imposición del teletrabajo por parte del Ejecutivo español como medida para atajar la pandemia, la tendencia actual indica que se está volviendo a la presencialidad, según informa la Universitat Oberta de Catalunya (UOC): si bien el teletrabajo alcanzó el 16,2% durante el segundo trimestre de 2020, la cifra actual es la más baja desde que se inició el confinamiento. 

A pesar de este descenso, hoy el teletrabajo sigue siendo casi el doble del registrado antes de la pandemia, que era del 4,8% en diciembre de 2019, según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad.

Desde el auge del teletrabajo se le han atribuido numerosas virtudes –especialmente relacionadas con la conciliación laboral—, pero desde hace un tiempo no son pocas las voces que se expresan en el sentido contrario y alertan de que puede dilatar aún más la brecha salarial y de responsabilidades entre hombres y mujeres.

Es el caso de Ana Isabel Jiménez Zarco, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, quien asegura que las mujeres que trabajan desde casa buscan compaginar su actividad profesional con las labores domésticas.

«Esto significa que desaparece la conciliación laboral y que el número de horas de trabajo es cada vez mayor», concluye Jiménez Zarco, investigadora del i2TIC (Grupo de Investigación Interdisciplinaria sobre las TIC).

Algunos estudios, como el realizado por la Fundación Eurofund, corroboran las palabras de la experta. La investigación llevada a cabo por esta institución refleja cómo el teletrabajo ha multiplicado las responsabilidades de las mujeres en el hogar y ha dificultado la conciliación entre su vida profesional y la familiar.

Eva Rimbau, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y miembro del grupo de investigación DigiBiz (Digital Business Research Group), cree que «la eficacia de las teletrabajadoras podría verse amenazada debido a las constantes interrupciones, al extra de trabajo exigido y a la carga mental que deben soportar mientras trabajan también desde casa».

Brecha salarial

La cuestión que se está planteando en las últimas semanas es si, además de mermar su calidad de vida, también se puede percibir una disminución en el sueldo de las trabajadoras. Rimbau advierte de que «el teletrabajo es el contexto ideal para reducir la brecha salarial de género, ya que en esta modalidad laboral lo importante son los resultados de cada persona, no su nivel de presencialidad o sus horarios».

Sin embargo, parece ser que una cosa es la teoría y otra muy distinta, la práctica: según un informe mencionado por la experta y titulado ‘Equal pay for equal work’, la brecha salarial de género que ya existe en los trabajos presenciales se incrementa en los trabajos a distancia.

De la misma forma, las mujeres que trabajan a distancia a tiempo completo son menos optimistas que los hombres de que vayan a recibir una promoción o un aumento de sueldo.

Por el contrario, las mujeres que nunca trabajan a distancia son un 26% más optimista de conseguir una promoción que las mujeres que siempre trabajan a distancia.

Según los datos publicados por la Comisión Europea el pasado mes de noviembre, en la Unión Europea las mujeres ganan un 14,1% menos por hora que los hombres. Esto se traduce en que, por cada euro que ganan los hombres, las mujeres solo ganan 86 céntimos.

Asimismo, en la Unión Europea las mujeres trabajan dos meses gratis al año en comparación con los hombres. Si se reduce el foco al Estado español, según la Encuesta de estructura salarial del INE (2021), la brecha salarial es de un 21,42% (5.726,30 euros).

Una vez dibujado este escenario, la profesora Ana Isabel Jiménez considera que, en sentido estricto, y haciendo referencia solo a las horas dedicadas a la actividad profesional, «el teletrabajo no ha afectado a la diferencia salarial. Es decir, los sueldos no se han tocado: no cobramos ni más ni menos por estar teletrabajando o por estar de forma presencial en la oficina».