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La guerra en Ucrania estalla con movilizaciones generales y ataques

La excusa para que Rusia ataque o para que EEUU confirme que tenía razón en sus acusaciones está servida y se desarrolla en el epicentro de la pugna geopolítica entre Occidente y Rusia. Ucranianos y rebeldes pro-rusos movilizan sus tropas y se acusan mutuamente de ataques en la línea del frente.

Civiles de Donbass esperan su evacuación junto a un miliciano rebelde pro-ruso. (Andrey BORODULIN | AFP)

Las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk han anunciado a primera hora de hoy sábado el estado de movilización general, lo que supone la activación de todos los reservistas y la transformación de la economía con vistas a un conflicto armado.

«Hago un llamamiento a todos los hombres de la república que puedan portar armas para que defiendan a sus familias, a sus hijos, a sus esposas y a sus madres. Juntos lograremos la victoria que todos queremos y necesitamos»,  ha anunciado el líder de la República Popular de Donetsk, Denis Pushilin.

Un decreto similar ha sido firmado por el líder de la República Popular de Lugansk, Leonid Pasechnik.

Los llamamientos tienen lugar después de que ambos territorios rebeldes y pro-rusos situados en la región oriental del Donbass declararan ayer la evacuación de sus ciudadanos a la región rusa de Rostov.

Según sus respectivos gobiernos, Lugansk habría comenzado a desplazar a 35.000 civiles, mientras 6.603 personas, incluidos 2.436 niños, habrían sido evacuadas de Donetsk.

El Ministerio de Emergencia de Rusia ha puesto en marcha seis trenes de diez vagones cada uno para evacuar a los civiles a Rostov, donde las autoridades han habilitado alojamientos temporales para unos 13.000 desplazados que han llegado en las últimas horas, «una tercera parte de las cuales son niños».

Soldado ucraniano muerto

El Ejército ucraniano ha anunciado hoy la muerte de un soldado tras un bombardeo con artillería pesada en torno a las 9 de la mañana a las posiciones ucranias en la línea del frente.

Los enfrentamientos en la últimamente olvidada guerra en el Donbass, que estalló en 2014 tras la revuelta pro-occidental del Euromaidan, se han intensificado desde el pasado jueves hasta culminar en una sucesión de violaciones del alto el fuego en vigor  sin precedentes en los últimos meses, tanto por una parte como por la otra, y tal y como ha confirmado  la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)

Un oleoducto estalló ayer en llamas el por la noche debido a una fuerte explosión en la zona rebelde de Lugansk y que Moscú atribuye a sabotajes ucranianos.

La ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW) ha condenado los ataques recientes contra varias áreas residenciales y una guardería en la zona controlada por Ucrania y de los que responsabiliza a los rebeldes pro-rusos.

Los rebeldes del Donbass que, como la población de la península de Crimea, se levantaron contra Kiev tras el derrocamiento del presidente pro-ruso Viktor Yanukovich y la llegada al poder del nacionalismo ucranio y la aprobación de leyes contra el idioma ruso, cuentan con el apoyo, militar y político de Moscú, que ha denunciado que el Ejército ucraniano está concentrando tropas y armamentos en la línea del frente para una inminente invasión.

El Ministerio de Exteriores de Ucrania, por su parte, ha negado estas acusaciones, «alejadas de la realidad», y ha justificado sus movimientos de tropas en el frente en clave defensiva.

Acuerdos de Minsk

En las últimas horas, Ucrania ha denunciado el despliegue de sistemas de artillería calibre 122 mm, morteros de calibre 120 mm y lanzagranadas y ametralladoras pesadas en múltiples poblaciones de Donetsk y Lugansk, contrarias a la normativa de los acuerdos de Minsk que regulaban el, hasta ahora, más que precario alto el fuego en la región.

Sorprende que Kiev apele a los acuerdos de Minsk, que incluyen una autonomía para esos enclaves, además de la amnistía, cuando hasta la fecha se ha mostrado renuente a aplicarlos y se niega a negociar directamente con los rebeldes, tal y como le exige Rusia.

Y sorprende que el Kremlin, tan hostil por principio a las rebeliones, internas y extranjeras, apele a la negociación como solución a los problemas políticos.

Mientras el Ejército ruso anuncia repliegues parciales de sus contingentes en la frontera con Ucrania y reitera que no tiene planes de invadirla, el inquilino del Kremlin, Vladimir Putin preside hoy mismo unas maniobras con misiles balísticos y de crucero que, aseguran, estaban previstas hace tiempo, y que movilizan a las flotas del Norte y del mar Negro, junto a Ucrania.

Putin mantiene abierto el canal diplomático y conversará telefónicamente mañana domingo con su homólogo francés, Emmanuel Macron, quien a su vez llamará al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.

Conferencia de Munich

Pese al repunte de la guerra, Zelenski mantiene su viaje a la Conferencia de Seguridad de Munich, donde será recibido por la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris. el canciller alemán, Olaf Scholz, y el primer ministro británico, Boris Johnson.

Presente en Munich, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha amenazado, en caso de invasión rusa, con un «robusto paquete de sanciones económicas y tecnología de última generación (…) con un alto coste y graves consecuencias a los intereses económicos de Moscú».

La política alemana ha garantizado la seguridad energética de la UE en el caso de que Rusia decidiera cortar como represalia el suministro de gas. «Diversificaremos», ha anunciado, «proveedores y fuentes para que la UE sea más independiente en el terreno energético».

«El peligroso pensamiento del Kremlin, procedente de un oscuro pasado, puede costar a Rusia un futuro próspero», ha advertido Von der Leyen.