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Recogida de firmas en capitales y pueblos para que las personas migrantes sean regularizadas

Movilizaciones en Donostia, Bilbo e Iruñea han acompañado la recogida de firmas para impulsar una iniciativa legislativa popular y regularizar a las personas migrantes. La iniciativa, que se prolongará todo el fin de semana, se desarrolla también en municipios como Hernani, Orereta o Tolosa.

Concentración para denunciar las ‘citas trampa’ a inmigrantes en Nafarroa. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

Movilizaciones en Bilbo, Donostia e Iruñea unidas a puntos para la recogida de firmas han reclamado este sábado regularizar a las personas migrantes y han denunciado «las fracturas» que producen la ley de Extranjería y el racismo institucional.

La iniciativa, que se desarrolla en las capitales y en localidades como Hernani, Orereta o Tolosa, se enmarca en una movilización general este sábado y domingo en una veintena de ciudades de todo el Estado para dar a conocer la iniciativa legislativa popular (ILP) que impulsan varias organizaciones y colectivos antirracistas.

En el caso de la capital vizcaína, la movilización se ha desarrollado en la plaza del Teatro Arriaga, donde se ha reivindicado la regularización de 500.000 personas migrantes en situación administrativa irregular en el Estado.

«Somos trabajadoras de cuidados remunerados, temporeros, estudiantes, trabajadores de restauración, manteros, politólogas, abogadas, trabajadoras sexuales de diferentes orígenes y territorios», han indicado participantes en la iniciativa, que han resaltado que «los derechos de las personas migrantes y racializadas son los derechos de todos».

«Esta ILP devuelve al Congreso de los Diputados y a la sociedad española esta necesidad urgente de asumir las fracturas producidas por la ley de Extranjería y el racismo institucional», han denunciado.

Han rechazado, asimismo, los pactos europeos que prohíben llevar a cabo procesos de regularización, así como que se relacionen con un «efecto llamada».

Tal y como han subrayado, las perosnas necesitan derechos, «un aparato legal que no nos vulnerabilice ni nos arroje a la explotación, la exclusión o la deportación».

«No somos números ni moneda de cambio partidario sino personas con sueños e historias», han manifestado.