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La falta de gol penaliza a un Osasuna que aguarda a dos rivales en racha

Después de un repunte positivo con las victorias foráneas ante Granada y Rayo, además del meritorio empate contra el Sevilla, Osasuna ha vuelto a las andadas, volviendo a dejar patente una falta de puntería preocupante.

La falta de acierto anotador de Osasuna le ha lastrado en sus dos últimos compromisos. (Andoni CANELLADA | FOKU)

Osasuna saca mucho partido de sus goles. Ubicado en la zona media de la tabla, a once puntos del descenso, el equipo rojillo es, sin embargo, el cuarto menos anotador de la categoría, con 25 goles. Solamente Cádiz, Alavés y Mallorca han sido menos certeros de cara a la portería contraria que el cuadro navarro.

Después de cosechar tres resultados muy favorables –triunfos a domicilio en Granada y Rayo, junto al empate ante el Sevilla–, la falta de puntería ha vuelto a hacer acto de presencia y ello le ha lastrado en las dos últimas derrotas frente a Atlético y Real, en las que los de Jagoba Arrasate han terminado con su casillero a cero.

Un déficit que no parecía pudiera darse en el presente curso, a tenor del importante esfuerzo económico que realizó el club para garantizarse un buen número de goles a favor. De hecho, conformó este pasado verano una tripleta de arietes de sobrada reputación, con dobles cifras en la máxima categoría.

Ante Budimir anotó con la elástica rojilla la pasada campaña una docena de dianas en todas las competiciones, lo que llevó a la entidad rojilla a realizar el mayor desembolso de su historia –ocho millones–, Kike García recaló procedente del Eibar, donde había marcado otros tantos goles, y Chimy Ávila se mantuvo en la plantilla con la esperanza de recuperar a aquel jugador que en la primera vuelta de la 2019-20 ya había materializado nueve tantos.

Aunque todos ellos han colaborado en la tarea anotadora del equipo –suman ahora mismo diez de los veinticinco goles ligueros del bloque rojillo–, lo cierto es que su aportación en este capítulo está siendo bastante más baja de lo que se esperaba de este trío atacante.

No toda la culpa es suya. Ciertamente, y con la única excepción de un David García que es el central más goleador del campeonato, otras líneas apenas han contribuido en esta decisiva tarea. Futbolistas como Rubén García o Roberto Torres, habituales celebrando dianas, no lo están haciendo últimamente.

Aunque algo más recuperado físicamente, el primero no está al nivel de aquel jugador que deslumbró en la campaña del ascenso y el segundo ha pasado a tener un rol más bien esporádico, al haber optado Arrasate por otras alternativas para el flanco diestro, como Kike Barja o últimamente Chimy Ávila.

No todo hay que achacárselo a la ausencia de acierto en los últimos metros. También es verdad que al equipo, en algunos partidos, especialmente cuando es necesario un mayor rigor táctico por la entidad del adversario, también se le ha visto falto de cierto desparpajo en ataque. En Donostia se pudo comprobar que Osasuna quiso, pero no pudo, no solo por el buen hacer defensivo de la Real, sino también porque no hubo velocidad a la hora de combinar, ni precisión en los centros.

Villarreal y Barcelona, dos huesos

No parece que vayan a ser muy propicios, a priori, los dos próximos compromisos del cuadro navarro para volver a sumar, teniendo en cuenta que va a tener que medirse a dos de los contrincantes que ahora mismo se encuentran en mejor momento de forma de la categoría, Villarreal y Barcelona.

El submarino amarillo, que comenzó muy dubitativo la temporada –de ello se aprovecharon los de Arrasate para vencer en La Cerámica en la primera vuelta– por la exigencia añadida de la Champions, están ahora en una fase muy positiva. Desde mediados de diciembre, solo han perdido dos encuentros de los 15 que han disputado y aterrizan en El Sadar tras golear al Espanyol (5-1), con un Yeremi Pino que hizo póker ante los periquitos.

Otro tanto cabe decir del Barcelona, quien en sus dos últimos compromisos ha marcado cuatro tantos en cada uno de ellos y que, tras la eliminación copera en San Mamés a mediados de enero, no ha vuelto a caer derrotado, demostrando una mejoría notable desde la llegada de Xavi al banquillo y de los refuerzos invernales. Visitar el Camp Nou será otra dura prueba para el club rojillo.