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La fiscal del caso por el doble crimen machista en Gasteiz: «No quería que fueran libres»

El juicio por el doble crimen machista en Gasteiz en abril de 2018 ha llegado a su última sesión antes de dar inicio a las deliberaciones del jurado. La fiscal ha mantenido que el acusado mató a su exmujer y a su exsuegra porque no quería que fueran libres y pide para él 50 años de cárcel.

Imagen del juicio por el doble crimen machista de Gasteiz. (Iñaki BERASALUCE | EUROPA PRESS)

La fiscal del juicio contra el acusado de matar a puñaladas su exmujer y a su exsuegra en Gasteiz en abril de 2018 ha mantenido que este las mató para «dominarlas» porque no quería que fueran libres y que actuó siendo plenamente consciente de lo que hacía y asegurándose de que ambas vieran cómo mataba a la otra.

Este martes las partes han presentado sus informes finales en el juicio con tribunal de jurado que arrancó la semana pasada en la Audiencia de Araba y en el que la Fiscalía ha decidido sumarse a las acusaciones particular y popular y añadir el ensañamiento a los dos delitos de «asesinato con alevosía» con las agravantes de razones de género y parentesco que imputaba al procesado al inicio del juicio.

La fiscal ha mantenido la petición de 50 años de cárcel para el acusado (25 por cada crimen) mientras que la abogada de la familia de las víctimas reclama 55 años y la acusación popular representada por la Asociación Clara Campoamor, 60. La defensa ha ratificado que pide 8 años de cárcel por dos delitos de homicidio con la atenuante de trastorno mental transitorio.

Durante su informe final, la fiscal ha mantenido que durante el juicio se ha probado que el acusado no aceptó el divorcio, que acosó y presionó a su exmujer, que manipuló a sus hijos (el matrimonio tuvo dos) y que quería dominarla para impedir que fuera libre.

También ha defendido que acabó con la vida de su exsuegra por posicionarse a favor de su hija y no apoyarle a él en la separación, y que con su muerte se garantizó hacer daño a toda la familia de su expareja porque ella era el apoyo «emocional» y «logístico» de todos ellos.

Respecto a cómo las mató el 20 de abril de 2018, la fiscal ha asegurado que se ha acreditado que actuó con alevosía, de manera repentina, sin una pelea previa. Acudió al domicilio de su exmujer con varios cuchillos, «preparado para matar» y no le bastó con apuñalar a su expareja sino que también acabó con la vida de la madre de esta cuando ya estaba desvalida; en ambos casos lo hizo con ensañamiento, asegurándose de que cada una viera a la otra morir, ha añadido.

«¿Hay algo peor que ver cómo matan a tu madre o a tu hija y no poder hacer nada?», ha preguntado la fiscal a los miembros del jurado.

La representante del Ministerio Público ha remarcado que los siquiatras que han declarado en la vista han mantenido que el acusado no sufría ninguna enfermedad mental y tampoco un trastorno transitorio; «mató de forma consciente». Tampoco actuó por un arrebato porque llevaba unos cuchillos: era algo «premeditado», ha puntualizado.

La abogada de la familia de las víctimas ha argumentado que el acusado es una persona «perfectamente cuerda» que ha cometido un hecho «repugnante» y ha puesto el foco en que actuó con un «sadismo gratuito e innecesario» alternando las agresiones para que ambas estuvieran vivas cuando asestaba la puñalada mortal a la otra.

«Máster en violencia de género»

«Mari Jose se quiso librar de un lastre y ese lastre acabó arrastrándola a ella y a su madre a la tumba» y lo hizo de una manera «especialmente diseñada» para causarles el mayor daño posible, ha subrayado la letrada de la acusación particular, quien ha resumido que el procesado «asesinó a dos mujeres vitales, amorosas», que han dejado un «vacío irreparable» en su familia.

«Hemos asistido a un máster en violencia de género», ha añadido el abogado de la acusación popular, quien ha afirmado también que el acusado solo sufre «egoísmo» y que quería «venganza».

El abogado de la defensa ha pedido al jurado «objetividad», que se ajusten a las pruebas, y les ha recordado que ante la duda hay que posicionarse a favor del reo. Así, ha negado el ensañamiento y ha calificado de «elucubración» que se diga que quiso que una viera morir a la otra porque no hay ninguna prueba que así lo demuestre.

El ataque tuvo una «duración muy corta», lo que «casa mal» con el ensañamiento, ha indicado el letrado, que también ha dicho que no hubo alevosía porque existió una discusión previa y ellas trataron de huir.

Ha negado asimismo la agravante de género porque los testigos que han declarado no han descrito una relación de dominación de él sobre ella. El letrado ha reconocido que la relación se enturbió por las divergencias en la pareja por la pensión que debía abonar él por los hijos y que esa diferencia de opinión no es violencia de género.

Ha matizado que el divorcio supuso un «trauma» para el acusado, que se acentuó con el tema económico, que el acusado dio muestras de que algo no iba bien en su salud mental y que eso ha quedado recogido en informes médicos que dicen que sufría depresión y «trastorno adaptativo».

En su derecho a la última palabra, el procesado ha dicho que se «culpa», que se «arrepiente» y ha pedido «perdón» a las familias y «especialmente» a sus hijos.

Este miércoles está previsto que el jurado comience las deliberaciones para emitir un veredicto sobre el que el tribunal dictará sentencia.