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Muere Mario Terán, el militar boliviano que ejecutó al Che Guevara

El militar boliviano Mario Terán, quien ejecutó a Ernesto Che Guevara en 1967, ha fallecido a los 80 años. En su día, el uniformado explicó que, dado su visible nerviosismo antes de cumplir con la orden que le habían dado, el Che le dijo: «¡Póngase sereno y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!».

El cuerpo del revolucionario Che Guevara, tras ser ejecutado por militares bolivianos en La Higuera. (Marc HUTTEN | AFP)

El general retirado Gary Prado Salmón, quien capturó al Che en Bolivia y años más tarde fue acusado de colaborar en un complot para matar a Evo Morales en 2009 –fue absuelto después de que el Ejecutivo instaurado por tras el golpe de Estado de Jeanine Áñez retirara la acusación–, ha confirmado que Mario Terán falleció a primera hora del jueves tras permanecer varios días ingresado en el hospital de la Corporación del Seguro Social Militar (Cossmil) en Santa Cruz.

«Sí, me indicaron que estaba desahuciado, sí, es verdad, falleció. Fue un hombre valiente (...). Mantuve contacto con él, lo que más le preocupaba era por el acoso de la prensa, porque quería mantener el anonimato, porque simplemente cumplió voluntariamente la decisión que vino de la Presidencia», ha contado Prado Salmón.

Ha explicado que Terán arrastraba algunos problemas de salud que probablemente por la edad se han ido agravando hasta su deceso.

El general retirado ha recordado que Terán fue su estudiante en la escuela de Sargentos en 1961 y que lo apreció mucho, incluso le recomendó que tenga un «perfil bajo» tras ser señalado como el autor de la ejecución del Che.

Además, señala que la ejecución de Guevara fue una «disposición que fue tomada en razón del interés nacional» y que Terán simplemente cumplió con la orden del entonces presidente boliviano René Barrientos y de la CIA «sin despedidas, sin discursos» y que fue «rápido».

Una de las frases que se repite en los relatos es la del testimonio que Terán dio a la periodista francesa Michèle Ray, en diciembre de 1967, y que se publicó en la revista ‘Paris Match: «Ese fue el peor momento de mi vida. En ese momento vi al Che grande, muy grande, enorme. Sus ojos brillaban intensamente. Sentía que se echaba encima y cuando me miró fijamente, me dio un mareo. ‘¡Póngase sereno –me dijo– y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!’. Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé», rememoró Terán.

El propio Barrientos asumió su responsabilidad por la ejecución del Che.

El Ejército boliviano capturó al guerrillero internacionalista y el 9 de octubre de 1967 ordenó su ejecución en la localidad cruceña de La Higuera, en el sureste del país.

Los restos del revolucionario fueron trasladados al municipio cruceño de Vallegrande, donde estuvieron enterrados durante 30 años, antes de ser repatriados a Cuba en 1997.