Un aspirante a ertzaina denuncia haber sido eliminado por «ciervo»
Un aspirante a ertzaina denuncia que su eliminación tras el periodo de formación en Arkaute ha estado influido por atribuírsele una ideología cercana a la izquierda abertzale, sector social al que en determinados ambientes de la Ertzaintza se le denomina despectivamente como «ciervos».
Jon (llamémosle así para preservar su anonimato) aspira a ser policía municipal en alguna localidad lo más cercana posible a la zona en la que vive, pero con los cambios legales y las nuevas normas de acceso, tras aprobar la correspondiente oposición, acabó en Arkaute como agente en prácticas de la Ertzaintza. Sin embargo, al final del curso fue eliminado, porque en la «valoración de actitudes» no llegó al mínimo exigido, en especial en el llamado «sociograma», donde obtuvo de sus compañeros 5,5 de los 30 puntos posibles, con valoraciones y descripciones de su actitud que considera rebatibles o abiertamente falsas.
Jon denuncia que tanto en la actitud de sus entrevistadores como en algunos instructores y compañeros ha influido la ideología política que le atribuyen. En conversación con GARA, asegura que en la preceptiva entrevista inicial, al llegar a la academia, le preguntaron por su padre ya fallecido, que fue militante de Herri Batasuna, y si tenía sus mismas ideas. Su entrevista fue más larga que la de sus compañeros y la recuerda como «dura pero cómoda». La aprobó con 19 puntos de los 38 posibles.
Por otra parte, cuando vieron un tatuaje de «independentzia» que lleva en la pierna, algunos de sus compañeros comenzaron a llamarle «ciervo», que es el calificativo con el que determinados elementos de la Ertzaintza, incluidos instructores de Arkaute, denominan despectivamente a miembros de la izquierda abertzale y advierte a los alumnos contra ellos por problemáticos. Al igual que los «moros», también con ese término.
Entiende Jon que desde que entró en la Academia había una determinación de que no aprobara, a la que se fue sumando la actitud de sus supuestos compañeros. Considera que, como se ha demostrado judicialmente en otros casos, varios de ellos se pusieron de acuerdo para desacreditarle por motivos ideológicos. No entiende algunas de sus acusaciones en el «sociograma», donde cada alumno habla sobre otros, porque son abiertamente falsas, pero a la vez irrebatibles en la entrevista final.
Hay otros indicios que hacen que Jon sospeche haber sido sometido a una persecución política. Por ejemplo, fue el único al que pidieron que remitiera personalmente a la Academia un certificado de penales solicitado por él mismo, puesto que en ese documento pueden figurar antecedentes que en los archivos a los que pueden acceder desde Arkaute no aparezcan por estar ya prescritos. Lo envió perfectamente limpio.
Resolución contradictoria
Jon recurrió su exclusión del curso y en la resolución del director general de la Academia se pueden observar algunas contradicciones. Por ejemplo, en la segunda entrevista se le aprueba en el apartado de «relación interpersonal estructurada» dejando constancia de que «accede a la sala y sale al finalizar de manera adecuada». Sin embargo, dos párrafos más adelante, se le suspende en «control emocional» aduciendo que al finalizar la entrevista «se marcha sin despedirse y visiblemente alterado», lo que resulta contradictorio con la anotación anterior.
Pero, además, hay otro elemento desconcertante en esa resolución. En el apartado de «comportamiento responsable íntegro» se le califica con un «insuficiente (2 puntos)» cuando se dice que ha tenido un «cumplimiento adecuado y suficiente de las normas», «acata las instrucciones que se le transmiten, aunque eventualmente no esté de acuerdo con ellas», o que «ha interiorizado los aspectos esenciales de la función/labor policial» y tiene «conocimiento de los aspectos básicos y /o estructurales de la organización a la que va a representar».
Todo ello ha hecho que Jon haya llevado a los tribunales su exclusión de la Academia y entienda que hay motivos ideológicos en la decisión.