INFO

Las cloacas ficcionales del Estado

CÓDIGO EMPERADOR
Estado español. 2022. 104’. Dtor.: Jorge Coira. Guion.: Jorge Guerricaechevarría. Prod.: Emma Lustres y Borja Peña/ Vaca Films/ Netflix. Int.: Luis Tosar, Alexandra Masangkay, Miguel Rellán, María Botto, Georgina Amorós, Denis Gómez, Aaron Piper. Fot.: Pablo Rosso.

Alexandra Masangkay y Tosar, en una trama de escuchas ilegales. (NAIZ)

No es de extrañar que Jorge Coira se sienta más cómodo dirigiendo a Luis Tosar, porque ambos son gallegos y se entienden. Es un realizador que ha hecho mucha televisión, primero en Galiza y después en series de éxito como ‘El comisario’ (1999) o las recientes ‘Hierro’ (2019) y ‘Rapa’ (2022).

Cine ha hecho menos, y ‘Código Emperador’ (2022) se puede contar como su cuarto o tercer largometraje, según se mire, debido a que ‘El año de la garrapata’ (2004) y ‘18 comidas’ (2010) las hizo en solitario, mientras que la adaptación teatral ‘Eroski Paraíso’ (2019) la codirigió junto a Xesús Ron.

No cabe duda de que su nuevo proyecto supone un salto profesional a un tipo de producción más costosa, probando con un género que todavía no había frecuentado en la gran pantalla, como es el thriller de espionaje. De ahí que haya querido apoyarse en un guion del experimentado Jorge Guerricaechevarría, quien se ha inspirado en noticias reales sobre escuchas ilegales y los casos de corrupción o escándalos políticos con oscuras tramas policiales de fondo. Hay un poco de todo, pero no deja de ser ficción al servicio del entretenimiento.

Un complejo entramado sostenido por la actuación estelar de Luis Tosar, encarnando a un agente del CNI. La película, que inaugura el Festival de Málaga, abunda en subtramas que confunden y diversifican el trabajo del protagonista, y bien podrían haber dado para una serie con capítulos dedicados más en profundidad a cada uno de esos episodios por los que se pasa un tanto de puntillas.

Desde el punto de vista cinéfilo, el personaje de Tosar evoca al Gene Hackman del clásico del género ‘La conversación’ (1974), lo que viene a demostrar una vez más que Francis Ford Coppola se adelantó a su tiempo a la hora de representar las actividades de quienes se mueven en las cloacas del poder.