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Feijóo tiene el día de votación que deseaba en una jornada con poco entusiasmo

El presidente de la Xunta, a pesar de ser el único candidato a conducir el PP, insistió en que se realicen las primarias para elegir compromisarios. Acabó teniendo menos afiliados inscritos que avales para su candidatura. En diez días será ungido en Sevilla en el congreso extraordinario.

La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, vota en la sede del PP. (Ricardo RUBIO | EUROPA PRESS)

Alberto Núñez Feijóo se ha dado el gusto y ha tenido su jornada electoral como protagonista absoluto al ser el único candidato que se ha presentado para presidir el Partido Popular y ser electo en el próximo Congreso Extraordinario. Pero la falta de competencia y un final conocido de antemano han llevado a que el día del voto de los afiliados sea con poco entusiasmo y una cifra que lo expone: el presidente de la Xunta ha logrado juntar más avales que inscritos con voluntad de votar.

Según los números difundidos por el PP, solamente 41.681 afiliados se habían inscrito para participar de las primarias del partido que han tenido lugar este lunes. Paradójicamente, el propio Feijóo logró una cifra mayor de apoyos al presentar su candidatura, con 55.580 avales. Un porcentaje muy menor del total de afiliados nacionales ha decidido ser parte del baño de masas que quiso darse el nuevo líder.

Según ha informado el presidente del comité organizador, Esteban González Pons, un total de 36.974 afiliados, el 88,05% del censo, han acudido a votar este lunes. «Con 36.781 votos, un 99,63% de los votos válidos emitidos, y a falta de incorporar los votos del PP en el exterior, Alberto Núñez Feijóo se convierte en el candidato más votado de la historia del PP a la presidencia nacional de nuestra formación».

Fuentes del PP gallego habían dicho días atrás a NAIZ que la intención de Feijóo era pasar sí o sí por las urnas y tener el aval de los afiliados a pesar de ser el candidato único que se presentará en el congreso del 1 y 2 de abril en Sevilla, convocada para elegir al sucesor de Pablo Casado. Los estatutos partidarios permitían que ante un solo postulante se pudiera evitar la votación pero él pidió que se realizara igualmente. La jornada electoral, llevada a cabo en el medio de una tormenta informativa entre la guerra en Ucrania y el fin de semana de protestas, ha pasado sin más.

En las redes sociales los dirigentes y barones regionales del PP a lo largo y ancho de todo el Estado han ido posteando fotos de su votación con urnas siempre luciendo bastante vacías. Al lado de las destinadas para Feijóo ha habido una segunda urna dedicada para la elección de los compromisarios que irán al congreso en Sevilla. El sistema en el PP es de doble vuelta: una de voto directo de los afiliados y luego con el de los compromisarios elegidos.

Cabe recordar que esta es la segunda vez que los afiliados votan directamente autoridades. En 2018 gracias a este sistema de doble vuelta, Soraya Sáenz de Santamaría ganó las primarias pero no por mayoría y luego los compromisarios de Cospedal y Casado pactaron y ungieron al ya depuesto líder de los últimos cuatro años.

La campaña de Feijóo fue maratónica y, cabe decir, bastante sosa, debido a que no confrontaba contra nadie. No hay otro candidato y para mas inri le tocó hacerlo con el foco mediático puesto en Ucrania. El seísmo que tuvo el partido alfa del conservadurismo español en febrero hizo que no haya mucho debate en torno a Feijóo, el dirigente que más garantiza la unidad y el consenso tras una guerra interna cruda y sin precedentes.

Desde el PP gallego señalaban hoy que el presidente de la Xunta recorrió 11.260 kilómetros durante su campaña, visitando 14 ciudades y convocando a unos 20.000 afiliados en mitines. Recibió el apoyo de todos los barones territoriales y tuvo su cumbre con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, la que en cierta forma determinó la salida de Casado y la llegada de Feijóo.

Camino al poder

Fuentes del PP señalaron a NAIZ que es posible que «hasta el verano» no haya cambios en el grupo parlamentario y que seguiría Cuca Gamarra, nombrada coordinadora general del partido hasta que surja el nuevo presidente.

Mientras tanto, comienzan a garbear algunos nombres posibles para sustituirla o para ocupar puestos importantes en la nueva Ejecutiva que comenzará el mes próximo. Uno del que no duda nadie es Esteban González Pons, portavoz del grupo del PPE en el Europarlamento y de máxima confianza de Feijóo.

Más allá de este nombre seguro, nombres ascendentes son los diputados en las Cortes, José Antonio Bermúdez de Castro (Salamanca), Carlos Rojas (Granada) y Mario Garcés (Huesca). Este último fue uno de los primeros en sublevarse el mes pasado contra García Egea pidiendo públicamente su dimisión.

Toda la danza de nombres tiene un problema: hasta ahora no se conoce ninguna política mujer que esté considerando Feijóo para conducir el grupo parlamentario o la Ejecutiva. Quizás esa ecuación es la que juegue a favor de la continuidad de la diputada riojana. El PP ha intentado en los últimos cuatro años que la portavoz principal de su grupo parlamentario sea una mujer (Montserrat, Álvarez de Toledo y Gamarra), que matizara el hecho que la cúpula del partido era ocupada por tres hombres (Casado, Egea y Maroto). Después del 2 de abril, se develará el misterio.