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Europa también envió armas a Rwanda, Yugoslavia o Albania

Con Ucrania y el envío de armas por parte de Occidente en el punto de mira, tres precedentes que no salieron bien: Rwanda, Yugoslavia y Albania.

El extenista Sergiy Stakhovsky, armado en Kiev con un Kalashnikov. (Sergei SUPINSKY | AFP)

La Comisión Europea activó una partida de 500 millones de euros del llamado Fondo Europeo para la Paz: 450 para material ofensivo y 50 para suministros y otro material «no letal». En total, 21 de los 27 estados miembros ya envían armas a Kiev, cinco han anunciado envíos que no contienen armamento y Malta no ha anunciado ningún tipo de envío.

«Por primera vez en la historia, la Unión Europea financiará la compra y entrega de armas y otros equipos a un país bajo ataque», anunció la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La Unión Europea sí, pero no Europa, que tiene amplio curriculum a la hora de armar civiles de países en guerra.

Repasamos tres casos que ponen en entredicho la estrategia de «paz» del club europeo: Rwanda, Yugoslavia y Albania.

Hutus armados por Mitterrand

1994 es la fecha marcada por el mundo occidental para el genocidio de Rwanda. En apenas tres meses murieron más de 800.000 ruandeses. Sin embargo, aquello fue el resultado de décadas de violencia. Primero, tras la Primera Guerra Mundial, la Sociedad de Naciones entregó el territorio a los belgas y tras la Segunda Guerra Mundial la ONU, con ayuda belga, pasaría a dominar el territorio. Los belgas hicieron de la cuestión étnica el rasgo definitorio del país africano, educando en una doctrina de superioridad racial, creando discursos mutuamente exclusivos entre hutus y tutsis.

El conocido genocidio estalló con la muerte del presidente y miembro del movimiento Poder Hutu Juvenal Habyarimana que gobernó dictatorialmente Rwanda desde 1973 hasta ser abatido por un misil el avión particular en el que viajaba junto al presidente de Burundi en abril de 1994. Durante su mandato tuvo su mayor apoyo exterior en el presidente francés François Mitterrand, que además nutrió de armas al movimiento que acabaría con cientos de miles de personas. Una comisión de historiadores creada por el actual presidente francés, Emmanuel Macron, destacó en sus conclusiones, hechas públicas hace ahora un año, «la entrega de considerables cantidades de armas y municiones al régimen de Habyarimana, así como la amplia participación de los militares franceses en el entrenamiento de las Fuerzas Armadas ruandesas del Gobierno».

Esas armas acompañaron en el mayor genocidio desde el protagonizado por los nazis. Las milicias hutus, junto con los machetes que fueron símbolo de la «limpieza étnica», cargaban armamento francés, además del recibido desde Egipto y la Sudáfrica del Apartheid.

Albania, 650.000 armas «extraviadas»

La historia bélica de Albania forma parte de la historia europea. Mirando al pasado reciente y de forma breve, la República Popular Socialista de Albania colapsó en 1990, y el Partido del Trabajo de Albania fue derrotado en las elecciones de marzo de 1992. La crisis alcanzó su punto máximo en las revueltas de 1997. De ser una república socialista pasó a ser miembro de pleno derecho de la OTAN en 2009. A su vez, el país está solicitando unirse a la Unión Europea.

Pero, regresando al año 1997, este podría ser catalogado como uno de los más trágicos en la historia moderna de Albania: entre febrero y marzo el orden público se quebró completamente.

Junto a toda la economía del país, las instituciones militares se desvanecieron, el servicio de seguridad se disolvió y la población irrumpió en los depósitos militares para robar y apropiarse de todo tipo de armas, incluyendo fusiles de asalto Kalashnikov y tanques. Se estima que unas 650.000 armas fueron tomadas, mientras que los muertos alcanzaron a unas 1.500 personas al final de las revueltas. Las armas, cuyo origen, en la mayoría, eran otros puntos de Europa, nunca fueron recuperadas.

De Yugoslavia a ‘Charlie Hebdo’

Junto con el asalto a los armamentos de Albania, hay otra fuente que sigue alimentando el mercado negro armamentístico de Europa con viajes de ida y vuelta: la guerra de Yugoslavia. De hecho, dos de los atentados más importantes que se han producido en los últimos años en el Estado francés guardan relación con las armas enviadas a Yugoslavia y cuyo rastro se perdió.

Según las sentencias, dos de las armas utilizadas en los atentados de la discoteca Bataclan de París de 2015 eran del tipo Zastava M70, procedentes de la antigua Yugoslavia. También el rastro de las armas usadas en los ataques a la revista ‘Charlie Hebdo’ llevaba a los Balcanes. En este caso, a las enviadas desde otros lugares de Europa.

Según un estudio del Flemish Peace Institute de Bruselas, la mayor parte de armas ilegales son importadas desde los Balcanes a otros países europeos. Unos Balcanes que fueron armados por Europa contra la órbita comunista.

Son solo tres casos llamativos dentro de una historia que a la postre sale cara, pero que se repite ahora en Ucrania y en el que la beneficiaria directa es la industria armamentística. Según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las empresas armamentistas a nivel mundial han aumentado sus ganancias en un 10%, con beneficios concretos de 82.000 millones de dólares solo en las últimas tres semanas, una situación que solo se relacionó históricamente antes con el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York.