El pacto educativo impone paridad, no segregación y laicidad a todos los centros
El pacto educativo alcanzado en el Parlamento de Gasteiz impone la paridad, la no segregación y la laicidad a todos los centros del sistema vasco que pretendan recibir financiación pública, además de un modelo plurilingüístico en el que el euskara sea el eje.
El pacto sobre la enseñanza alcanzado el pasado viernes 18 de marzo entre PNV, EH Bildu, PSE y Elkarrekin Podemos-IU recoge los requisitos mínimos que deberá cumplir todo el sistema educativo vasco, tanto los centros de titularidad pública como aquellos que quieran acceder a la concertación. Deberán garantizar la paridad, la no segregación y la laicidad, además de que el euskara sea el eje de un modelo plurilingüístico de modo que al final de la enseñanza obligatoria el alumnado tenga un nivel B2 en euskara y castellano, y el B1 en lengua extranjera.
Según el pacto, al que ha tenido acceso NAIZ, «el Sistema Educativo Vasco aboga por una educación humanista que facilite la equidad, que integre los aspectos formales y no formales, que impulse la autoestima personal y colectiva, que cultive la confianza de cada persona en sí misma y en las demás, que practique la codocencia y que evalúe el sistema de manera conjunta con un profesorado comprometido con el desarrollo personal, profesional y social».
Junto a ello, señala que «aglutinando el compromiso de todos los agentes se conseguirá un futuro Sistema Educativo Vasco progresista, integrador, igualitario, exitoso y de calidad».
La escuela pública, «referencia básica»
El pacto sostiene que «el Sistema Educativo Vasco engloba todos los centros con sede en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Las diferencias en el régimen jurídico entre centros son fundamentales en muchos aspectos y no obstáculo para que desde esa diversidad se reconozca su papel en la sociedad».
Subraya que «el protagonismo de este sistema recae en la escuela pública como referencia básica que garantiza el acceso universal a todo el alumnado y promueve la participación de todos los sectores sociales implicados. Por ello, también es destacable la responsabilidad y el compromiso de los poderes públicos con la escuela pública, dotándola de financiación suficiente y estable para que pueda desarrollar sus funciones con criterios de calidad y eficiencia».
También contempla que «a través de los conciertos educativos, el Gobierno Vasco sostendrá con fondos públicos a los centros que, sin ostentar la titularidad pública, cumplan los principios y objetivos establecidos por la ley, asumiendo los compromisos y las obligaciones que esta les impone».
«Compromisos y obligaciones»
El acuerdo alcanzado por el 90% del Parlamento supone que «todos los centros del servicio vasco de educación se regirán por los principios de no discriminación; transparencia; carencia de ánimo de lucro; atención al alumnado vulnerable y a la diversidad del alumnado; participación democrática de los diferentes sectores concernidos en la educación formal; compromiso contra la segregación, con la inclusión, la equidad y la igualdad de oportunidades».
Añade que también deben tener «respeto al currículo y mecanismos de evaluación establecidos por el Gobierno Vasco; priorización del euskera dentro del sistema educativo, tanto en la actividad educativa como en las relaciones profesionales, así como en las relaciones formales e informales entre el alumnado y el profesorado, y el cumplimiento de los objetivos lingüísticos establecidos». Para ello, «el Departamento de Educación facilitará recursos específicos a los centros que trabajan en entornos sociolingüísticos con escasa presencia del euskera para el desarrollo de sus proyectos educativos».
Todos los centros, sea cual sea su titularidad, deben garantizar «la libertad sexual y de género». Además, dado que el Pacto establece que «el Sistema Educativo Vasco es laico», las escuelas tienen un compromiso con «la laicidad» de forma que «el mínimo establecido por la ley orgánica será el máximo que los centros puedan ofrecer a la asignatura de Religión y garantizarán que no haya adoctrinamiento».
«Los centros que se comprometan al cumplimiento progresivo de estos criterios recibirán financiación pública y, en consecuencia, formarán parte del Servicio Vasco de Educación»
También se prevé que la «gobernanza de los centros que garantice el liderazgo democrático del proyecto educativo, posibilitando la participación democrática de la comunidad educativa; participación en proyectos educativos locales, y procesos transparentes y democráticos de contratación de personal».
En el pacto se señala que «los centros que se comprometan al cumplimiento progresivo de estos criterios recibirán financiación pública y, en consecuencia, formarán parte del Servicio Vasco de Educación». Deberán someterse todos ellos a auditorías y criterios de transparencia.
Gratuidad de la enseñanza
El acuerdo entre los partidos establece «garantías de gratuidad» de la educación y recoge que «la planificación local, los procedimientos integrados de escolarización y la planificación de la matriculación y escolarización del alumnado de centros de distinta titularidad con financiación pública pueden ser instrumentos adecuados para alcanza» los objetivos de lograr una educación de calidad. «El Gobierno Vasco –se señala– garantizará la gratuidad real, eliminando las cuotas de escolarización».
Se recoge también que «el Gobierno Vasco determinará y realizará el seguimiento de los criterios a cumplir por los centros que reciban financiación pública, y regulará las obligaciones y el procedimiento de admisión de los prestadores del servicio educativo».
«Las necesidades del alumnado se financiarán al 100 % y, según criterios de equidad, mediante una política de becas y ayudas públicas»
Sostiene que «las necesidades educativas básicas de los centros se cubrirán en el caso de los centros educativos públicos directamente por la Administración, y mediante el sistema de conciertos en los centros educativos de titularidad privada que lo deseen en el marco establecido».
Añade que «las necesidades del alumnado se financiarán al 100 % y, según criterios de equidad, mediante una política de becas y ayudas públicas, que procurará una mayor ayuda a quienes se hallen en condiciones sociales más difíciles».
En cuanto a la Educación Infantil, el pacto contempla que «aunque esta etapa no sea obligatoria, tendrá una oferta universal, de calidad, viable y gratuita. Para ello, se reforzará el Consorcio Haurreskolak, para convertirlo en un servicio público de oferta universal, de calidad y gratuito».
Además, «la atención temprana se integrará en ella, adoptando las medidas necesarias para satisfacer, de la forma más adecuada, las necesidades del alumnado con necesidades especiales».
«Equidad y lucha contra la segregación»
El acuerdo educativo contempla un plan de actuación que recoge entre sus objetivos la «equidad y lucha contra la segregación» y el impulso de «diálogo activo con la comunidad educativa, con el objetivo de lograr un pacto contra la segregación Escolar en 2023»
Los firmantes del pacto se comprometen a «actualizar la normativa sobre admisión de alumnado que combine la libre elección de centro dentro de un marco garante de la cohesión y de la escolarización equilibrada entre los centros, repensando los criterios de baremación (entre ellos, el mayor peso de las rentas bajas, el peso de la cercanía, la eliminación del punto “dinástico”, el punto “discrecional”, etc.), verificando el cumplimiento de algunas medidas como la reserva de plazas para alumnado vulnerable y promoviendo la implantación de mecanismos como la doble lista u otros que permitan alternativas a los actuales» .
Planificación estratégica del Sistema Educativo Vasco
También habrá que «actualizar la normativa sobre planificación escolar, que considere, al menos, los siguientes criterios».
Por un lado, «la racionalización de la planificación que, en este contexto de bajada de natalidad, haga una oferta ajustada a las necesidades de la demanda, evitando las sobreofertas, y las infra ofertas, que puedan dar ocasión a un aumento de la segregación».
Se deberá lograr también «una distribución equilibrada de la diversidad entre los diferentes centros».
Y deberá atender a que «la elaboración de la oferta que no sea deudora exclusivamente de la demanda, sino que se realizará bajo los principios de planificación educativa, de aseguramiento de una oferta pública suficiente, de participación educativa y de la búsqueda de la cohesión social».
Plan estratégico para la escuela pública
El pacto también recoge «aprobar un plan estratégico para la escuela pública que promueva un conjunto de actuaciones para la mejora de su calidad tales como las medidas encaminadas a mejorar el valor añadido de sus centros, la consolidación de las plantillas actuales, la creación de nuevas figuras educativas, la estabilidad del profesorado, la renovación y mejora de sus infraestructuras».
Asimismo, «promoverá la ampliación de su perímetro por medio de la creación de centros públicos en nuevas zonas urbanas, la ampliación de las plazas públicas, especialmente en las zonas urbanas más densas, por los mecanismos de planificación que se estimen más eficaces para ese fin, y asegurando que toda familia que desee una plaza en una escuela pública pueda acceder a ella. Dicho Plan será presentado en el Parlamento Vasco».
Plurilingüismo con el euskara como eje
El Pacto Educativo apuesta «por proyectos educativos plurilingües, con el euskera como eje, que promuevan una enseñanza efectiva de nuestras dos lenguas oficiales y, al menos, una lengua extranjera, y que propicien asimismo la visibilidad de otras lenguas del alumnado. Todo ello se debe estructurar en el proyecto lingüístico de cada centro, dentro de un marco común. Se dará un tratamiento integrado de las tres lenguas, teniendo en cuenta su función y su situación sociolingüística».
Objetivo lingüístico; «hacer posible que la totalidad del alumnado conozca al acabar la enseñanza obligatoria las dos lenguas oficiales»
También por «hacer posible que la totalidad del alumnado, independientemente del origen familiar, conozca, al acabar la enseñanza obligatoria, las dos lenguas oficiales de Euskadi y tenga conocimientos, como mínimo, de una lengua extranjera» y añade que «todas ellas vehicularán aprendizajes, para incrementar así su efectividad».
Se pretende que alumnos y alumnas sean «capaces de convivir en una sociedad multilingüe y multicultural».
En cuanto al nivel de competencia lingüística que debe adquirir el alumnado, lo pactado fija que «estableceremos como objetivo mínimo los siguientes niveles de competencia: alcanzar el nivel B1 del Marco Común Europeo de Referencia para las dos lenguas oficiales al finalizar la Educación Primaria y alcanzar el nivel B2 al finalizar la Educación Secundaria obligatoria; en cuanto a la lengua extranjera, los niveles A2 y B1, respectivamente».
Además, se aboga por «reforzar el papel del euskera como lengua de referencia y fomentar su uso activo por parte del alumnado».
Y se compromete a que «en el seno del Sistema Educativo Vasco, se potenciará el uso del euskera en las relaciones de actividad entre profesionales, así como en las relaciones formales y no formales entre el alumnado y el profesorado. La formación del profesorado contemplará la mejora en las metodologías de la enseñanza de las lenguas y la cultura vasca».
Este pacto educativo se aprobará en la Comisión de Educación del Parlamento el próximo lunes, 28 de marzo, y en el Pleno del Parlamento probablemente el 7 de abril.