25 años de ocultación no hacen desistir a la familia de «Basajaun» ni a Egiari Zor
«Solo queremos verdad», tan simple y a la vez tan aparentemente imposible 25 años de la muerte de su hijo, Josu Zabala «Basajaun». Es el mensaje de María Jesús Salegi en el acto celebrado este sábado en Etxarri-Aranatz por Egiari Zor, a cuya reivindicación ha puesto voz Eneko Etxeberria.
El de Josu Zabala «Basajaun» es uno de los casos de militantes de ETA muertos que más opaco permanece, cuando ha pasado ya un cuarto de siglo desde que el cadáver se hallara en Punta Mendata (Itziar). Así lo ha recordado Egiar Zor con un acto este sábado tarde en su localidad, Etxarri-Aranatz.
María Jesús Salegi, la madre de Zabala, ha remarcado la exigencia de verdad. «Es nuestro único objetivo», ha apuntado tras recibir el cariño de los asistentes a este acto de recuerdo y reivindicación.
«Quisiéramos decir algo nuevo, pero no ha habido forma de tirar para adelante. Lo evidente es que Josu no se suicidó. Encerraron la verdad con una versión oficial. Les fue suficiente para dejar de lado el procedimiento judicial. En cualquier caso, hemos tocado todos los estamentos judiciales, porque la verdad es nuestro único objetivo. Es lo que les debemos a quienes lo han dado todo», señaló.
Como ha subrayado el colectivo de víctimas de la violencia estatal, que ha proyectado un vídeo sobre el caso, «la versión oficial emitida sobre su muerte [suicidio], antes incluso de la práctica de pruebas, se desmoronó por los resultados de las pruebas practicadas durantes los siguientes días. El proyectil causante de la muerte no fue encontrado en el lugar donde apareció el cuerpo sin vida. Según el informe técnico-policial, la pistola encontrada junto al cuerpo de Josu Zabala no presentaba rastro alguno de sus huellas, ni restos orgánicos de ningún tipo».
Hay más: «En el lugar donde aparece el cuerpo no se encontraron restos de sangre, a pesar de la herida de bala, con orificio de entrada y salida, que presentaba el cuerpo». Y por si todo ello fuera poco, «los restos de tierra en su calzado presentaban distinto color y diferente composición mineralógica con respecto a las muestras de tierra correspondientes al lugar donde fue hallado».
¿Quién disparó y dónde ocurrió? son dos de las preguntas procedentes y que siguen sin respuesta en la actualidad. No hay dato alguno sobre los cuatro días transcurridos desde la última que se le vio, en Bilbo en la jornada final de Korrika, hasta el 26 de marzo en que «Basajaun» fue hallado muerto. La verdad sobre la violencia estatal aparece sellada a cal y canto una vez más.
«Coartada para tapar»
Una de las vías por las que pudiera aflorar luz, ha recordado Egiari Zor, es la Ley de Secretos Oficiales, que todavía mantiene vigente su versión franquista, en la que ni siquiera hay plazos de desclasificación de documentos.
Lo ha recordado en nombre del colectivo alguien que también es víctima directísima de esa opacidad: Eneko Etxeberria, hermano de José Miguel Etxeberria «Naparra», desaparecido desde 1980. «La supuesta seguridad nacional no se puede utilizar como coartada para tapar la vulneración de derechos humanos ni para impedir que se asuman responsabilidades», ha dicho.
Con todo, Egiari Zor ha dejado claro que no tirará la toalla y seguirá perseverando para lograr la verdad, comenzando por difundir estos casos, como viene haciendo en actos sucesivos estos últimos meses.