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Un informe revela la muerte de 201 bebés en un hospital inglés que «pudieron haberse evitado»

El Gobierno británico ha pedido disculpas este miércoles después de que un informe haya revelado que la muerte de 201 bebés desde el año 2000 en un hospital de Shrewsbury, en noroeste de Inglaterra, podría haberse evitado si hubieran recibido mejores cuidados al nacer.

Sajid Javid, ministro británico de Sanidad, en Downing street. (Tolga AKMEN | AFP)

«A todas las familias que han sufrido tanto, lo siento», ha señalado el ministro británico de Sanidad, Sajid Javid, en el Parlamento. El informe, que ha puesto de manifiesto la magnitud de un escándalo que abarca dos décadas, «deja claro que fueron víctimas de un servicio que estaba ahí para ayudarles».

El informe encargado por el Gobierno apunta a que desde el año 2000 se produjeron en el hospital Shrewsbury and Telford 201 decesos de bebés que «pudieron haberse evitado». Remarca, por ejemplo, que «el rechazo obstinado a realizar cesáreas y la falta de cuidados adecuados provocaron la muerte evitable de decenas de neonatos».

El informe se encargó en 2017 y se han analizado un total de 1.592 casos, en su mayoría entre 2000 y 2019.

Nueve madres también perdieron la vida «debido a la mala atención», mientras que otras se vieron «obligadas a dar a luz de forma natural cuando se les debería haber ofrecido una cesárea».

El hospital «no investigó, no aprendió, no mejoró», ha apuntado en una rueda de prensa Donna Ockenden, que dirigió la investigación.

El informe, de 250 páginas, incluye casos de recién nacidos con cráneos fracturados, huesos rotos y problemas cerebrales tras la falta de oxígeno en el momento del nacimiento. También se encontraron fallos «significativos o importantes» en una cuarta parte de los 498 casos de mortinatos estudiados.

«La combinación de una obsesión por los partos naturales en lugar de las cesáreas, junto con una sorprendente falta de personal, capacitación y supervisión de las salas de maternidad, dio como resultado una cultura tóxica en la que las madres y los bebés morían innecesariamente durante 20 años, mientras que los ‘fracasos repetidos’ se ignoraban una y otra vez», añade el documento.

En el 40% de los casos, no se llevó a cabo ninguna investigación interna sobre la causa de la muerte.

«A lo largo de nuestro informe final, hemos destacado cómo las fallas en la atención se repitieron de un incidente a otro. Por ejemplo, el monitoreo ineficaz del crecimiento fetal y una cultura de renuencia a realizar cesáreas dieron como resultado que muchos bebés murieran durante el parto o poco después del nacimiento», apunta el texto.

En otros muchos casos, a pesar de no resultar muertos, «los bebés y las madres han sufrido consecuencias de por vida».

En un primer informe publicado en 2020, Ockenden señaló que la tasa de cesáreas del hospital en los últimos 20 años había sido sistemáticamente entre un 8% y un 12% inferior a la media de Inglaterra, cifra que el establecimiento presentó como algo positivo.