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Interview
Rosa García Loire
Directora de "Anwar (Lleno de luz)"

«Queremos concienciar sobre lo que puede suponer para una persona el hecho de tener luz»

Este sábado se estrena en el Euskalduna de Bilbo la película documental "Anwar (Lleno de luz)" protagonizada por el alpinista vizcaíno Alex Txikon y dirigida por Rosa García Loire. Rodada en Nepal, Sierra Leona y Pakistán, la película tiene tres ejes: alpinismo, solidaridad y energía renovable. 

Rosa García Loire en la rueda de prensa sobre el documental "Anwar" en el Palacio Euskalduna de Bilbo. (Oskar MATXIN | FOKU)

Ha sido la primera experiencia de Rosa García Loire como directora de una película y afirma a NAIZ sentirse «muy contenta», tanto por la experiencia como por el resultado. Todo el equipo ha quedado «satisfecho» y cuentan las horas para el preestreno internacional que tendrá lugar en el Palacio Euskalduna de Bilbo este sábado (19.30). Luego, la intención es que la película haga una gira entre distintos festivales de montaña. 

El documental producido por 601 Producciones nos sumerge en la primera ascensión no contaminante, alimentada por paneles solares en colaboración con la Fundación EKI, que proporciona sistemas de energía solar en Sierra Leona. El deseo de Alex Txikon es replicar esa idea en una escuela muy especial en el valle Diamer, en Pakistán. 

¿Cuestan más estos últimos días antes del preestreno que todo el montaje y la grabación?

Yo creo que cuando empiezas con el proyecto te parece que está todo súper lejos. Es como que vas grabando tranquilamente. Además, esta película se ha grabado en época de covid y en tres países diferentes. Han sido tres rodajes muy espaciados en el tiempo, no es que hayamos tenido una fecha de inicio y una fecha final muy pegadas en el tiempo. Se grabo en enero del 2021, luego en junio y después en setiembre. Entre un rodaje y otro tenías tiempo de ir preparando. Y ahora quieres que todo quede perfecto y siempre te apetece mejorar cosas… Son momentos diferentes. 

¿Cómo surge la idea de "Anwar"? 

Nosotros solemos trabajar con la Fundación EKI que es la que le presta las placas a Alex [Txikon] para poder hacer una expedición sostenible. A través de la Fundación conocemos a Alex y él sí que tenía la idea de unir tres territorios diferentes. A nosotros nos pareció que allí había una historia muy bonita que une aventura, energía sostenible y solidaridad. Pensamos que ahí había un documental y nos pusimos a trabajar entre todos. 

Tiene tres ejes: alpinismo, solidaridad y energía renovable. 

Sí, porque a Alex no le vemos en la montaña a lo largo de toda la película, no es puramente una película de alpinismo pero sí que es una película de aventuras. Lo que pasa es que hay un componente solidario importante y al final hablamos mucho de energía renovable. 

«En Pakistán no se trata de hacer cumbre, se trata de trabajar con la comunidad que vive allí»

Porque el objetivo de Txikon fue replicar en Pakistán el trabajo desarrollado por Eki en Sierra Leona, ¿no?

Él, de alguna manera, cuando ve que en una expedición invernal, habiendo las condiciones que hay y teniendo que subir a las alturas que subes se pueden utilizar placas solares, piensa que eso se puede trasladar a cualquier parte del mundo. El viaje a Sierra Leona sirve para aprender porque allí es donde la Fundación Eki tiene varios proyectos y es una forma de ver de cómo funcionan, qué ventajas ofrecen para los usuarios… Y Pakistán es un lugar muy especial para Txikon, el lugar concreto al que se llevan las placas. Es como un deseo de replicar una experiencia en otro sitio que para él es especial. En Pakistán no se trata de hacer cumbre, se trata de trabajar con la comunidad que vive allí. Fue exitoso. 

Viajó a Pakistán. ¿Era la primera vez? ¿Cómo fue la experiencia?

Sí, era la primera vez. La experiencia fue buena pero es cierto que siendo mujer hay momentos que te sientes bastante invisible. Cuesta entender que es una mujer la que dirige, que es una mujer la que toma las decisiones sobre todo también por estábamos fuera de la capital [Islamabad] que son comunidades mucho más pequeñas y que entienden el papel de la mujer en la sociedad de otra manera. 

¿Cuál ha sido el momento más duro?

Se produjo una situación en una ciudad más pequeña que íbamos varios miembros del equipo y yo a hacer unas compras de última hora que necesitábamos para un tema de la cámara. Me baje del coche con un compañero, no había ninguna otra mujer en la calle ni en las tiendas. Hubo una persona que nos saludó, yo estaba en medio de dos chicos y no me miró a la cara. Saludó a uno, saludó al otro y pasó de mí. Esa sensación de que no existes. Luego ellos me explicaron que por una cuestión cultural no suelen interactuar con mujeres que no conocen pero te choca, claro que te choca. 

¿Y el momento más bonito, especial?

Precisamente por ser mujer, ya estando muy cerca del campo base de Nanga Parbat, estábamos en una comunidad en la que había mujeres –no las veíamos por el monte pero estaban– y con el guía que entablé bastante relación, me invitó a su casa y en su casa había varias mujeres; estaba su mujer que acababa de dar a luz, había niñas… Fue muy bonito porque fue algo que pude hacer yo, mis compañeros no por el hecho de ser hombres porque ellos no tienen acceso a una casa en la que haya mujeres. Y aunque ellas no hablaban inglés, yo obviamente no hablo su idioma, el guía nos fue traduciendo y fue un momento muy bonito. Casi no puedes hablar pero de alguna forma te miras, te entiendes y sí que tienes la sensación de estar teniendo acceso a un lugar al que normalmente los alpinistas no tienen. 

¿Y qué le ha aportado este viaje? Tanto el viaje literal como el viaje que ofrece la película porque usted define la película como un viaje también. 

Sí. Es como muy obvio que es una película de viajes porque Alex viaja. Pero también es verdad que yo creo que hay un viaje de conocer una cosa, intentar entenderla mejor y ponerla en práctica. Hay un aprendizaje detrás de todo esto. Todos sabemos que suceden cosas en el mundo, que nosotros somos unos privilegiados, que hay lugares que se vive peor… Pero creo que hay cosas que hasta que no las ves con tus propios ojos no sabes cómo son realmente, no sabes cómo es la vida de esas personas y cómo puede cambiar a veces el hecho de tener luz. Aunque nos parece algo tan obvio, tan simple como encender la bombilla de noche o cargar el móvil, pero a su vez, el no tenerlo, te restringe el acceso a la educación, a la sanidad… 

Por otro lado, en Pakistán yo tuve la sensación de que creemos que vivimos en un mundo súper global y tal vez sea algo global para los que vivimos aquí y tenemos acceso a internet y un montón de información. Pero cuando vives en un valle en el que no hay energía de ningún tipo, obviamente no tienes acceso a internet, tu vida es lo que transcurre en ese valle. Y si además eres una mujer, es probable que nunca salgas de allí, es lo que te cuentan los demás, los que visitan ese valle. A veces damos muchas cosas por supuestas porque vivimos donde vivimos pero cuando viajas a ciertas partes del mundo ves que para esas personas la vida es otra cosa. 

¿Y cómo puede ayudar esta película? ¿El objetivo es concienciar?

El objetivo es concienciar de que la llegada de la luz, y no hablamos de manera masiva sino que a veces pueden ser pequeñas estaciones, puede mejorar la vida de muchas personas y es algo que se ve en Sierra Leona, por ejemplo. Es darnos cuenta de que la pobreza energética tiene sus consecuencias, con la crisis ya hemos visto aquí también, pero en ciertos lugares estamos hablando de cambios de vida muy sustanciales. La sanidad y la educación, en el momento en el que tienes salud y estás formada, te abre muchas puertas; te abre puertas a poder encontrar trabajo, a poder salir de la pobreza, de salir de ciertas situaciones de exclusión social… Queremos concienciar sobre lo que puede suponer para una persona el simple hecho de tener luz. 

¿Le dio Txikon alguna que otra indicación sobre lo que quería? ¿Y usted a Alex?

No, al final Alex conocía el espacio, sobre todo en Pakistán y sí que nos fue dando pistas de cómo eran los sitios. Y yo Alex le di las pautas que das en cualquier documental: qué buscas, tipo de reflexiones… Pero no ha habido ningún papel escrito que él tuviera que leer. Trabajas una escaleta, tienes una idea de lo que quieres que sea el documental y sobre eso se va construyendo. Hay muchísimas horas de material grabado, muchísimas, y es en edición cuando decides cómo cuentas esto. 

«Alex [Txikon] es una persona muy comunicativa y hemos optado a veces por ir más a lo esencial»

¿Y cómo ha decidido contarlo? 

Alex es una persona muy comunicativa y hemos optado a veces por ir más a lo esencial. Ha habido situaciones que estaban muy bien grabadas pero por una cuestión de hilo argumental no han podido aparecer en la película. 

Personalmente, pasa del documental de "El Drogas" a dirigir "Anwar". ¿Cómo ha sido el cambio?

En El Drogas hice producción ejecutiva, luego hice de producción ejecutiva y ayudante en dirección en un documental que se llama Ainarak que es una coproducción de 601 Producciones y Maluta Films que está pendiente de estreno. Y como allí hice de ayudante de dirección, aquí pase a la dirección. Me ha gustado mucho. Generalmente hago producción y pasar a dirigir es una cosa que realmente me apetecía porque muchas veces en proyectos pequeños las cosas no están tan definidas y te gusta aportar, la parte creativa… Y aquí vimos que era una historia y un momento que se podía dar el paso y la verdad es que estoy muy contenta.