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Alertan de que solo el 40% de los niños de la CAV consume frutas y verduras a diario

Save the Children ha alertado de que solo el 40% de los niños y niñas entre 4 y 14 años de la CAV consume frutas y verduras a diario. En un informe que ha elaborado sobre la nutrición infantil, también pone el acento en que uno de cada cuatro tiene exceso de peso.

Save the Children ha alertado de que solo el 40% de los niños entre 4 y 14 años de la CAV consume frutas y verduras a diario. (Idoia ZABALETA/FOKU)

Solo el 40% de los niños y niñas entre 4 y 14 años de la CAV consume frutas y verduras a diario, y uno de cada cuatro tiene exceso de peso, ha alertado Save the Children en la presentación de un informe que ha realizado sobre nutrición infantil.

Según ha explicado a través de una nota, la ONG realizó en el conjunto de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa una encuesta en setiembre de 2021 a 112 padres y madres (2.000 a nivel estatal) para entender el impacto de la crisis del covid-19 en la nutrición y la salud de los niños y niñas del Estado.

De acuerdo con sus conclusiones, un año y medio después de la declaración del estado de alarma, el porcentaje de niños, niñas y adolescentes (4-16 años) que tenían exceso de peso (sobrepeso u obesidad) en la CAV era del 24,7%, cifra muy similar a la de antes de la pandemia, que se situaba en el 25% de 2017.

Según se destaca en su informe ‘Adiós a la dieta mediterránea: nutrición y hábitos saludables de la infancia en Euskadi’, esta situación se puede ver agravada por el aumento de precios en verduras y frutas como consecuencia de la reciente inflación desbocada.

«La obesidad y el sobrepeso infantil son un grave problema de salud pública actual y futura. Los niños y niñas con exceso de peso tienen una gran probabilidad de convertirse en adultos obesos o con sobrepeso, y un mayor riesgo de sufrir enfermedades (cardiovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer), peor calidad de vida o morir de forma prematura. Adquirir buenos hábitos en la infancia es un seguro de vida para el futuro», ha señalado Charo Arranz, directora de Save the Children en la CAV.

La renta, factor decisivo

En las conclusiones del informe se destaca que los principales factores determinantes de la obesidad y el sobrepeso en la infancia son la calidad de la alimentación, la actividad física que realizan o el número de horas que pasan durmiendo o frente a una pantalla, además de cuestiones ambientales, culturales y biológicas (si sus padres y madres son obesos tienen más posibilidades de sufrir exceso de peso).

Pero, como apunta el estudio, es sobre todo el nivel socioeconómico el que determina la salud nutricional del niño o niña y sus hábitos saludables.

La última Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales (EPDS) mostraba que el principal problema tenía que ver con el deterioro observado en el acceso diario de los grupos más desfavorecidos de la población menor de edad a comidas saludables.

Los datos confirmaban un importante aumento en el año 2020 de la proporción de niños y niñas en la CAV con problemas de acceso a una alimentación proteínica (3,4%), y al consumo diario de frutas y verduras (2,8%).

Ese año, el 22,5% de los niños y niñas que vivían en situación de pobreza real en la CAV no tenían acceso a una comida proteínica diaria, y el 20,4% no podía acceder a fruta y verdura cada día. Estas problemáticas afectaban, respectivamente, al 7% y 4,8% de la población menor en ausencia de bienestar.  

Con la pandemia, «se ha reducido el porcentaje de niñas y niños que consumen frutas y verduras», destaca Save the Children. Si en 2017 lo hacían a diario más del 75% de entre 4 y 14 años, en septiembre de 2021 este valor se redujo hasta el 40%.  

En contrapartida, descendió también el consumo de productos nocivos. El consumo a diario de alimentos grasos se ha reducido en casi un 60%. La ONG apunta al respecto que «una hipótesis acerca de esta reducción radicaría en las restricciones de movilidad y al cierre comercial y de espacios de ocio».

Además, el informe destaca que vivir en un hogar con renta baja en la CAV dispara la probabilidad de sufrir obesidad o sobrepeso en la infancia. «Los hogares con menores ingresos cuentan con menos posibilidades de acceder a los alimentos necesarios para una dieta equilibrada, de sufragar actividades extraescolares o de ocio no sedentario o tratar problemas de salud como los trastornos de conducta alimentaria o las patologías bucodentales, estrechamente relacionadas con patrones alimentarios inadecuados», explica Arranz.

Más horas de pantalla y menos de sueño

Sobre el uso de pantallas y las horas de sueño, la ONG recuerda que la OMS recomienda un máximo de dos horas al día frente a una pantalla para conseguir un desarrollo físico, psicológico y social adecuado. Sin embargo, tras el covid-19, «vemos que casi se ha duplicado el porcentaje de niños y niñas que pasa más de dos horas al día frente a una pantalla, aumentando del 16% de 2017 hasta el 28% en 2021». La tasa es mucho mayor en los hogares pobres, donde uno de cada dos niños y niñas superan el máximo de horas recomendado por la OMS.

Las horas dedicadas a estos dispositivos afectan a las horas de sueño, reduciendo la cantidad y calidad del mismo. Tras la pandemia, «los niños, niñas y adolescentes vascos duermen 37 minutos menos de media», alerta Save the Children. Esto supone una reducción del 6,5% en las horas medias de sueño, en comparación con 2017 (9,5 horas).

Además, en 2021, casi el 92% de los niños y niñas en la CAV duermen menos horas de las recomendadas por la Asociación Española de Pediatría (AEP) (diez horas diarias de sueño entre los 3 y 18 años de edad), un 22% más que antes de la pandemia.

Asimismo, se reduce la posibilidad de realizar ejercicio físico, de tal manera que «más de la mitad de los niños y niñas que pasan más de tres horas al día delante de una pantalla no hace ejercicio físico nunca».
 
Si esta cuestión se analiza bajo el prisma de las desigualdades de renta, «vemos que en el 70% de los hogares de renta alta, los niños, niñas y adolescentes practican actividades físicas o deportivas regularmente varias veces a la semana o al mes. Sin embargo, este nivel de actividad sólo se consigue en un 30% de los hogares de renta baja».

Más implicación de las autoridades

Tras este análisis de la situación, Save the Children recoge en su informe una serie de recomendaciones y buenas prácticas para revertir los porcentajes de obesidad y sobrepeso infantil.

En este sentido, indica que «es necesario llevar a cabo una evaluación de la Estrategia de Prevención de la Obesidad Infantil en Euskadi, y trabajar en el ámbito fiscal, por ejemplo, aplicando una fiscalidad más estricta a alimentos perjudiciales para la salud y una más beneficiosa a la alimentación saludable, porque ya se ha demostrado que funciona».

En el ámbito escolar, pide ampliar la oferta de comidas diarias al desayuno, impulsando campañas de formación e información nutricional y programas de prevención del sobrepeso y la obesidad infantil en las escuelas, así como financiar actividades deportivas extraescolares para familias vulnerables.

Además, en el terreno sanitario se plantea regular la figura de la persona dietista y promover la creación de equipos multidisciplinares para la lucha contra la obesidad infantil «para conseguir unos hábitos alimentarios y estilos de vida saludables que repercutan en más calidad de vida para toda la infancia».

Arranz concluye que «luchar contra la gordofobia y los estereotipos es clave para generar una sociedad más inclusiva para los niños, niñas y adolescentes. Lo cual no está reñido con fomentar los buenos hábitos y la salud nutricional, considerando el exceso de peso como uno de los factores a tener en cuenta».