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Darío Gómez, rodado y dispuesto a estirar aún más el camino más largo

El de Ezcaray, que viene de superar tres previas, tendrá que jugar ocho partidos para llegar a la final de un Manomanista que oficialmente arranca hoy en Bastida.

Darío Gómez no ha dado opciones a sus rivales en las previas de Aspe. (Jaizki FONTANEDA/FOKU)

El Manomanista arranca oficialmente esta tarde en Bastida, si bien ya hay un pelotari, el riojano Darío, que disputará su cuarto partido a vida o muerte, más de los que la mayoría de titulares disputará en el campeonato por mucha liguilla que hayan impuesto como novedad para esta edición. A la sombra de un Parejas que se encontraba en su fase decisiva, el de Ezcaray se deshizo de Elordi por 22-6 el 21 de marzo, una semana después hizo lo propio con Danel Elezkano (22-10) y ganarse su presencia en el cuadro de competición tras dejar el domingo pasado en 2 Peio Etxeberria. En ese trayecto, el delantero llegó a afirmar, en tono de broma, que casi era más complicado superar las previas que jugar el campeonato, una visión que comenzó a cambiar el día de la presentación en Chillida-Leku.

«Luego ya ves el campeonato y la gente que hay y cambias un poco la idea, pero sí que ha sido complicado entrar. Tres previas, tres oportunidades para marchar a casa, al final he conseguido estar aquí y era un poco el objetivo principal. Ahora tengo un partido difícil y a ver si consigo ponerle en problemas a Mikel», apuntó el riojano.

Eso sí, el pelaire cuenta con una ventaja respecto al resto, que llega rodado a estos octavos de final y con la seguridad de que está en un buen estado de forma, pues entre tres rivales que, por condiciones y pasado, tranquilamente podían haber sido titulares, solo han sido capaces de hacerle 18 tantos entre los tres. «Llego bien, pero te la vuelves a jugar a un partido e intentaré llegar lo mejor posible e intentar ponerle en complicaciones a Urrutikoetxea».

En el pueblo del abuelo

Como todos los pelotaris inmersos en estos cuartos de final sin red, la eliminatoria ante el de Zaratamo será dramática y, en su caso, supondría asegurarse siete partidos manomanistas en apenas dos meses, un gran esfuerzo físico al que no teme en particular. «No te preocupes que, si entro en la liguilla, estaré muy contento».

El sistema de competición escogido para esta edición, con acumulación de esfuerzos y sin posibilidad de aplazamiento, ni siquiera de una semana, para la final, ha creado recelos, pero Darío prefiere centrarse en superar esta eliminatoria de cuartos. «Veremos cómo responde el físico y las manos. Puede que haya gente a la que se le haga largo por el tema de las manos, es una modalidad muy exigente, pero ya veremos cómo llegamos».

En esta primera criba oficial contará además con el favor del público, no ya solo por la cercanía, sino porque tiene un vínculo especial con Bastida. «Es el pueblo de mi abuelo, me ha tocado jugar allí alguna vez y voy muy gusto allí, es como jugar en casa», apuntó.

Eso sí, el rival no se lo pondrá nada sencillo. «Mikel también desde aficionados ha sido muy buen manomanista y ha demostrado, en todas las modalidades, lo que es capaz de hacer y cuando está bien más aún. Ahora lo está y lo tendré muy complicado», apuntó el de Aspe.

Será un duelo de manomanistas, bastante clásicos, aunque «Mikel dio un cambio y ahora mismo rematando es uno de los más puntilleros, por lo que tendré que plantear un partido duro», apuntó el pelaire.

Urrutikoetxea, a recuperar el camino

Desde sus primeros pasos en esto de la pelota, Mikel Urrutikoetxea ha sido un manomanista «de libro». De hecho, antes incluso de debutar, Aimar Olaizola lo empleaba de sparring para preparar sus finales de la especialidad. Es más, no de la forma más ortodoxa, pero su primera txapela profesional llegó en esta modalidad, tras vencer a su mentor en la final de 2015.

Sin embargo, tras alcanzar la final en 2019, en la que cayó por 22-20 ante Irribarria, sus dos últimas experiencias con la modalidad no han sido nada satisfactorias, cayendo a las primeras de cambio ante Jaka –2020– y Artola –2021– en ambos casos en Bilbo.

Pero tras haber recuperado sensaciones y juego en el acotado y el Parejas, el de Zaratamo regresa a su modalidad dispuesto a recuperar la buena senda, eso sí, con un juego algo más agresivo y menos clásico, dominando mucho más el juego y el remate de aire.