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«¡No a la guerra!», desde Gernika hasta Ucrania pasando por guerras más olvidadas

Con motivo de la agresión de Rusia contra Ucrania y coincidiendo con el 85º aniversario del bombardeo de Gernika, se han realizado concentraciones ante los ayuntamientos de las cuatro capitales del sur del país convocadas por la iniciativa ‘Euskal Herriak Gerrari Ez!’.

La concentración de esta tarde ante el Ayuntamiento de Iruñea. (Idoia ZABALETA | FOKU)

El manifiesto difundido el pasado mes de marzo por la iniciativa ‘Euskal Herriak Gerrari Ez!’ gira en torno a «cuatro proclamas» lanzadas «con toda humildad» desde Gernika «para Euskal Herria pero también mirando al mundo». Cuatro palabras encabezan cada uno de esos puntos: diálogo, paz, vida y soberanía.

En las concentraciones realizadas este martes, a las siete de la tarde, ante los ayuntamientos de Bilbo, Donostia, Gasteiz e Iruñea, se ha dado lectura, de forma resumida, al texto elaborado por esta plataforma, que engloba a más de 500 firmas a título personal y más de 25 colectivos.

Siendo hoy 26 de abril, comienza recordando que «han transcurrido 85 años desde que los fascistas lanzaron sus bombas sobre Gernika», como hicieron en Durango, en Legutio, en Otxandio... «y en los años siguientes ocuparon toda Euskal Herria, de norte a sur».

También señalan que han pasado 36 años «desde que Euskal Herria le dio un ‘no’ rotundo a la OTAN», subrayando que no es habitual «que al pueblo se le pregunte directamente sobre una cuestión fundamental». «Y las y los ciudadanos vascos no quisimos dejar pasar la oportunidad de decir que no queríamos formar parte de una alianza militar para la guerra imperialista», indican.

Añaden que «ese carácter antimilitarista tomó también el camino de responder al servicio militar mediante la insumisión». Dos «actitudes» que «siguen teniendo plena actualidad hoy en día».

«Ha estallado la guerra»

La actualidad, claro está, pasa por la agresión de Rusia sobre Ucrania. «Ha estallado la guerra y, como consecuencia de ello, se han producido miles de muertes y se cuentan por millones las personas desplazadas o que se han visto obligadas a abandonar sus hogares o huir del país».

En este punto, se trae a colación que también «son miles las personas que han perdido la vida en Siria, en Yemen, en Palestina, en Sahara, en Kurdistán, en Afganistán y en otras guerras o conflictos olvidados».

Sin olvidar los éxodos de «quienes llegan huyendo de la violencia, el expolio y la pobreza desde Senegal, Mali, Nicaragua, Ecuador y otros muchos países del globo».

«La vida de algunas de esas personas se ha perdido en nuestro Bidasoa, convertido en muro para esa huida. Las vidas de todas esas personas importan, y todos esos pueblos merecen la paz», resaltan.

Tampoco falta la denuncia de «la opresión añadida que sufren las mujeres, obligadas a permanecer en un segundo plano, condenadas a determinados roles, sin derechos y blanco de violencias de todo tipo» en el marco de  las «guerras libradas por hombres a fin de impulsar su histórica dominación heteropatriarcal».

De las heridas a las proclamas

En cuanto a Euskal Herria, el manifiesto recoge que la guerra y la ocupación fascista siguen frescas en la memoria, a lo que se suma la preocupación por «las ideas de odio y las llamadas a la confrontación de las nuevas ultraderechas».

«Tenemos muy viva, todavía sin cerrar, la herida del conflicto violento que hemos vivido en Euskal Herria en las últimas décadas», se declara también.

«Desde las heridas que tenemos en nuestras carnes y en nuestros corazones, y también por nuestros deseos de vivir, lo que queremos para nuestro pueblo lo queremos también para los demás pueblos», concluyen antes de repasar las cuatro proclamas citadas.

A continuación recogemos varios extractos de cada una de ellas.

Diálogo: «Reivindicamos el diálogo y el acuerdo para parar la guerra y encauzar los conflictos que puedan subyacer bajo ella. La solución que queremos para Euskal Herria la queremos también para los demás pueblos». «La justicia tiene que ser la base».

Paz: «La paz es un objetivo en sí mismo, porque los países y los pueblos necesitan la paz para decidir libremente, desarrollar su propio proyecto político y materializar los proyectos vitales de la gente. Necesitamos paz para que todos los derechos sean posibles para todas las personas». «Que Euskal Herria sea lugar de paso seguro o la parada elegida para quienes lo necesiten».

Vida: «La guerra es la situación más cruel contra la vida, pues suspende todos los derechos. Queremos reivindicar la vida, también ante la guerra y tras la guerra». «Es inmoral enriquecerse aquí con la guerra de allí, o hacer negocio aquí con el miedo de la gente de aquí». «La vida tiene que tener como eje la libertad y la igualdad, y queremos reivindicar esa posibilidad de vivir».

Soberanía: «En el centro de muchas guerras y conflictos está la vulneración y no respeto de la soberanía de los pueblos. Especialmente y por ello, ese debe ser el núcleo de la solución».