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Moscú reprocha a Occidente que le impida terminar «rápidamente» su «operación militar especial»

El Kremlin ha indicado este jueves que la ayuda militar y de inteligencia que Occidente presta a Ucrania está impidiendo a Rusia concluir «rápidamente» su ofensiva pero, no obstante, ha afirmado que alcanzará sus objetivos.

Captura de imagen de un video publicado el miércoles, 4 de mayo, por el Ministerio del Interior de la República Popular de Donetsk que muestra columnas de humo saliendo de la planta siderúrgica de Azovstal en Mariupol. (Marie-Laure MESSANA | Ministerio del Interior de la República Popular de Donetsk-AFP)

En el 71º día de la guerra, las tropas rusas han continuado este jueves su ofensiva en el este de Ucrania, aunque también han atacado numerosos objetivos en el oeste, desde Lviv, cerca de la frontera con Polonia, hasta la región de Transcarpatia, junto a Hungría, en medio de informes contradictorios sobre la evacuación de civiles refugiados en la planta siderúrgica de Mariupol.

No obstante, Rusia ha reconocido que el apoyo a Ucrania por parte de los gobiernos occidentales está ralentizando su «operación militar especial», iniciada el 24 de febrero, aunque ha dicho que eso «no impedirá que logre cumplir sus objetivos».

«Estados Unidos, Reino Unido, la OTAN en su conjunto comparten permanentemente datos de inteligencia con las Fuerzas Armadas ucranianas. Combinadas con los suministros de armas (...) estas acciones no permiten terminar rápidamente la operación», ha declarado a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Peskov reaccionaba de esta forma a las informaciones publicadas por el ‘New York Times’ según las cuales los datos de inteligencia suministrados por Estados Unidos al Ejército ucraniano habrían permitido atacar a varios generales rusos cerca del frente de guerra.

Estas acciones «no son, sin embargo, capaces de impedir» que se cumplan los objetivos de la ofensiva rusa en Ucrania, ha añadido Peskov, tras diez semanas de una guerra que ya se ha cobrado miles de vidas y provocado el éxodo de más de 5 millones de ucranianos, en su mayoría mujeres y menores.

Contradicciones sobre el alto el fuego en la acería de Mariupol

Hasta ahora, Moscú solo ha podido reivindicar el control total sobre una de las grandes ciudades ucranianas, Jersón –capital de la óblast situada al norte de Crimea–, aunque también se da por tomada Mariupol tras dos meses de sitio y bombardeos, a falta de poner fin a la resistencia de los grupos armados que ocupan los subterráneos de la inmensa acería de Azovstal, donde también quedan cerca de 200 civiles, según el alcalde de la ciudad, Vadim Boitchenko.

En este sentido, Peskov ha indicado que los corredores humanitarios «funcionan» para evacuar a esos civles y que el Ejército ruso estaba respetando el alto el fuego en torno a la acería que anunció el miércoles para tres días consecutivos, de jueves a sábado, desde las 5.00 hasta las 15.00 GMT (de 7.00 a 17.00 horas en Euskal Herria).

En cambio, tanto el Regimiento Azov, grupo de orientación neonazi que defiende la instalación siderúrgica, como fuentes de la Policía ucraniana han afirmado que las tropas rusas continúan por tercer día consecutivo con el asalto a Azovstal.

El subcomandante del Regimiento Azov, Svyatoslav Palamar, Kalina, ha indicado que hay combates y «no hay régimen de silencio», es decir, no hay un alto el fuego. En declaraciones a la cadena digital Hromadske, ha agregado que no se están evacuando civiles. Asimismo, ha negado las acusaciones del portavoz del Kremlin de que los combatientes ucranianos retienen a civiles como rehenes y exigen canjearlos por alimentos y medicinas.

También el jefe de la Policía de patrulla de Mariupol, Mijailo Vershinin, ha señalado a la agencia Unian que el asalto continúa: «Están atacando el perímetro tanto como pueden y tratan de avanzar».

Sin salir del sur de Ucrania, se han registrado varias explosiones en Mykolaiv, como han confirmado las autoridades locales, y el Estado Mayor ucraniano ha anunciado que «el enemigo ha perdido el control de varias localidades cerca de las regiones de Mykolaiv y Jersón».

El Ejército ruso afirma haber derribado tres aviones ucranianos

El mando militar ruso, por su parte, ha informado este jueves del derribo de tres aviones de combate de las Fuerza Aéreas ucranianas, así como de 14 drones, en distintas regiones del país invadido.

En su parte matutino, el portavoz de Ministerio de Defensa de Rusia, general Igor Konashenkov, ha precisado que los aparatos (un Su-27, un Su-25 y un Su-24) fueron abatidos con medios antiaéreos.

Además, con misiles de alta precisión disparados desde aviones, habrían sido destruidos un importante arsenal en la ciudad Mykolaiv y un depósito de combustible en la región homónima. También fue atacado el aeródromo militar de Kanatovo, en el centro de Ucrania, sin que Konashenkov especificara el alcance los daños causados por los misiles.

Desde el otro bando, el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) de EEUU ha señalado que un convoy ruso fue destruido el miércoles en los bombardeos ucranianos contra las líneas de aprovisionamiento enemigas y que fueron frustrados varios asaltos rusos en Novosilka (Donets) y Orihiv (Zaporiyia).

El oeste vuelve a ser escenario bélico

El oeste Ucrania, que había permanecido varias semanas alejado de las escenas de la guerra, ha vuelto a ser destino de las bombas rusas, que pretenden dificultar los suministros occidentales.

«Seis misiles de crucero alcanzaron subestaciones eléctricas cerca de estaciones de tren en Lviv y la región de Transcarpacia (suroeste)», que bordean las fronteras con Rumanía, Hungría y Eslovaquia, según ha informado ISW. Citando a un oficial militar estadounidense, ha precisado que en apenas 24 horas se llevaron a cabo entre 200 y 300 ataques rusos contra la infraestructura de transportes de la región.

En el norte, un adulto ha muerto y un niño ha resultado herido en un ataque ruso cerca de Jarkov. Fuentes de ambos bandos han confirmado que una contraofensiva ha hecho retroceder a los rusos a 40 kilómetros de la ciudad.