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Andalucía entra en campaña con la derecha al alza y la izquierda a la espera de un milagro

Casi siete millones de electores decidirán el nuevo Parlamento en unas elecciones anticipadas que reforzarán el nuevo dominio conservador y el declive de la hegemonía socialista de antaño. Sánchez, Feijóo, Ayuso y Abascal, volcados a la campaña.

Juanma Moreno Bonilla, bien colocado para la reelección, en la feria de Alcalá de Guadaira. (JCA)

El arranque este viernes de las dos semanas de campaña formal para renovar el Gobierno andaluz es sólo un paso formal. La actividad proselitista ya viene a tope en las últimas semanas, y como muestra de ello basta ver las visitas realizadas días pasados a esa comunidad autónoma por el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, por el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y hasta por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

Estos comicios son especiales por varios motivos: no sólo se trata de la comunidad autónoma más grande del Estado español (están llamados a votar 6,7 millones de ciudadanos, 302.000 más que en 2018) y que por táctica electoralista el PP decidió adelantar seis meses, sino que será el primer match electoral de Feijóo, estrenando así en las urnas su liderazgo opositor, el mismo mes que el PSOE cumple cuatro años al frente de Moncloa.

Novedades: Los partidos, salvo el PSOE, estrenan liderazgos estatales, y la izquierda transformadora llega partida en dos

También hay otras peculiaridades: todos los partidos que van a las urnas tienen nuevos liderazgos estatales, salvo el PSOE. Y esta vez la izquierda transformadora va partida en dos: Adelante Andalucía rompió con Podemos y ahora el electorado progresista será dividido en tres. Y por si fuera poco, un elemento más: el 19-J debutará la España Vaciada con su marca Jaén Merece Más.

Todos los partidos excepto Vox han cumplido el ritual anoche de la pegada de carteles tradicional, ya que la campaña legal comenzaba a la medianoche de este 3 de junio y concluirá a las 23.59 del 17 de junio. El presidente de la Junta y candidato a ser reelegido, Juanma Moreno Bonilla, comenzó a pedir el voto en el parque Balsa de Málaga, capital de la provincia por la que es cabeza de lista.

El candidato socialista, Juan Espadas, exalcalde de Sevilla, lo hizo en Jaén -feudo del PSOE-, mientras que la ultraderecha citó a sus militantes la mañana de este viernes en el mismo sitio en que Santiago Abascal inició la campaña a las andaluzas en 2015, la primera vez que se presentaron, en una calle del Barrio de Los Remedios, bastión del conservadurismo de Sevilla y en donde las derechas suelen arrasar.

Juan Espadas, candidato del PSOE. (Juan de Dios Ortiz | Europa Press)

Inma Nieto, de la confluencia Por Andalucía (que suma a Podemos, Izquierda Unida, Equo, Más País y dos formaciones pequeñas locales), lanzó su campaña en la ciudad de Algeciras, localidad natal de la candidata, en tanto Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía (formación heredera de Anticapitalistas y que se escindió de los morados al estar en contra de integrar la coalición en Moncloa) hizo la pegada de carteles en Jerez de la Frontera.

Los liderazgos estatales estarán muy presente en esta campaña y eso eleva su relevancia en el impacto político que tendrá el día después. Fuentes del PP confirmaron que Feijóo participará en al menos cinco jornadas (incluido el cierre) de los mitines, cuyo principal está previsto para dentro de una semana en la malagueña Antequera.

Además, el miércoles pasado bajó Díaz Ayuso a Jerez y a Algeciras a respaldar al candidato de su partido. El objetivo es dar la batalla cultural contra Vox y cautivar a votantes que se identifican más con el discurso tabernario y trumpista que con los intentos de moderación del líder estatal. Un juego de pinzas que Casado intentó con Cayetana Alvarez de Toledo y le fue fatal. El barón gallego reintenta la fórmula pero con la baronesa castiza, con un argot callejero y sin ínfulas intelectuales.

Por su parte, los socialistas ya cuentan con Sánchez desde hace días. El sábado pasado el presidente del Gobierno se subió al escenario de la caseta municipal de Dos Hermanas y dio un espaldarazo al candidato regional. Era el tercer fin de semana consecutivo que desembarcaba en territorio andaluz (acompañado de nada menos que ocho ministros, todos andaluces) y se espera que esté como mínimo otras tres jornadas durante la campaña formal.

Cabe recordar que Espadas ejerce un liderazgo nuevo al frente del PSOE-A: fue electo en noviembre de 2021 como secretario general sustituyendo a Susana Díaz, quien ganó las elecciones en 2018 pero no pudo sumar mayoría parlamentaria para retener el Palacio de San Telmo. Curiosamente, su supervivencia política perduró tres años más gracias a que entró en sintonía acrítica con Sánchez, con quien mantuvo un duelo feroz antes de la moción de censura que echó a Rajoy.

Las encuestas sonríen a la derecha

El panorama electoral dista de expectación, ya que tanto el CIS como las encuestas privadas muestran un escenario similar: consolidación de la mayoría conservadora y tres izquierdas divididas y estancadas, dependiendo de la movilización del electorado. La tendencia es una creciente penetración del PP en las provincias orientales y cuanto más cercano a la costa, mientras que el PSOE mantiene sus mejores resultados en el interior y sobre todo en Sevilla y Jaén. La ultraderecha se dispara en Almería, Cádiz y Málaga y Ciudadanos y Adelante Andalucía pugnan por subsistir.

Cabe recordar que a fines de 2018 las elecciones autonómicas fueron la gran irrupción institucional de Vox, que sorprendió con 12 escaños y 400.000 votos, a caballo del conflicto soberanista en Catalunya y con la exaltación de la derecha político-mediática derivada de la moción de censura y medidas como el traslado del cuerpo del dictador fuera del Valle de los Caídos. Y otra clave de aquellos comicios fue la buena performance de Ciudadanos, que obtuvieron 21 escaños y sin embargo ahora caerían a entre 1 y 3, según el CIS (el piso electoral para obtener un diputado es del 3% por circunscripción).

El CIS de este jueves sitúa al PP bastante cerca de la mayoría absoluta (55), con entre 47 y 49 escaños, mientras que la suma de PSOE (32-36), Por Andalucía (9-10) y Adelante Andalucía (1-2) obtendría como máximo 48. La extrema derecha que lidera Macarena Olona, portavoz del grupo Vox en el Congreso, podría arañar hasta los 21 escaños.

De hecho, el poco desgaste que presenta Moreno Bonilla tras tres años y medio de gestión y el temor de algunos conservadores moderados a una coalición con Vox estarían apuntalando el llamado «voto útil» hacia el PP, algo que provoca preocupación en las filas del Partido Socialista. El presidente de la Junta abiertamente ha pedido el voto a los votantes desencantados del PSOE.

El 68,2% de los andaluces asegura que le pesarán más los temas propios de Andalucía frente a un 20% que se inclina por los asuntos del Estado, y un 53% manifiesta que le influirá bastante en su voto la gestión de la Junta con respecto a la pandemia. Al respecto, el gobierno de coalición PP-Cs estuvo bien ponderado y no sería una buena noticia para las izquierdas, que hacen foco en la precarización a su criterio de los servicios sociales y en contra de las rebajas de impuestos que favorecieron a la clase media alta y alta.

Por primera vez una candidata defiende «prioridad nacional» en el acceso a ayudas públicas, una medida abiertamente xenófoba

Los sondeos muestran que el PP y Vox se han tragado a Ciudadanos, que en estos lares tiene un discurso más centrista que lo que se puede escuchar en Madrid o Catalunya. Olona, quien comenzó su campaña con las presuntas irregularidades sobre su empadronamiento en Andalucía, lleva la retórica ultra a un extremo superior y por primera vez un candidato de la ultraderecha defiende públicamente que haya una «prioridad nacional» en el acceso a las ayudas públicas, una medida abiertamente xenófoba.

Macarena Olona, agasajada en un acto del partido ultra. (Vox)

Desglosando las previsiones según las ocho provincias, Sevilla (la más poblada) podría ser la gran noticia del 19-J al darle el triunfo al PP por primera vez en su historia. Eterno feudo socialista, los de Moreno Bonilla casi triplicarían los escaños y dejarían al PSOE en segunda posición. Si se mira en perspectiva, el retroceso socialista es casi catastrófico: en 2015 alcanzaban el 40% de los votos y en dos semanas pueden llegar a tener la mitad. Algo similar ocurrirá en Jaén, que el PP ganaría y donde el PSOE retrocedería. Allí la novedad de la España Vaciada está lejos de ser el éxito que fue en Teruel y Soria y el CIS le otorga un posible escaño y el 7% de intención de voto.

La izquierda, dividida

El CIS no arroja muchos datos alentadores para las fuerzas a la izquierda del PSOE. Por Andalucía no sobresale en ninguna circunscripción: tendría un escaño de todas y sumaría dos en Sevilla. Los de Teresa Rodríguez cruzan los dedos por conseguir un asiento también allí y en Cádiz, en donde el tirón es gracias al alcalde de la capital.

Fuentes de Podemos Andalucía comentaron a NAIZ que las grietas que hubo en un principio por los problemas administrativos en la inscripción de la plataforma ya quedaron de lado y han sido zanjadas, y además, anticiparon la presencia de la vicepresidenta Yolanda Díaz en al menos tres mitines de campaña. Está previsto, de hecho, que haya al menos un acto en que estén también la secretaria general del Podemos, Ione Belarra, y el líder de Más País, Iñigo Errejón.

Los de Por Andalucía intentarán desmarcarse de Adelante Andalucía, cuya marca electoral y su candidata es mucho más famosa en esta comunidad autónoma. «Ellos son trotskistas, y el trotskismo nunca tuvo representación parlamentaria ni mucha implantación territorial. Son una especie de la CUP andaluza mientras que nosotros representamos un andalucismo confederal con vocación de gobernar y no de ser la oposición perfecta», resume una fuente morada.

Teresa Rodríguez, candidata de Adelante Andalucía. (Europa Press)

Además, desde la campaña de Inma Nieto rechazan que el electorado andaluz se haya derechizado y aseguran que eso es un intento desde los medios por crear un marco favorable al PP. La clave para ellos es movilizar a los 600.000 votantes (un 10% del padrón) que en 2018 no fueron a votar y que provocaron la caída de la izquierda.

Un miembro de la campaña de Por Andalucía comentaba a NAIZ fuera de micrófono la peculiaridad de la sociología andaluza, que no es tenida en cuenta en las encuestas, realizadas en forma más centralista. «Hay una memoria muy fuerte de la miseria, que se transmite de padres a hijos, de una tierra muy maltratada por el franquismo. En 1982 había casi dos millones de analfabetos en Andalucía. Eso está presente y va a impactar en las urnas», señala. Por ahora, que acabe siendo posible una coalición progresista parece un milagro.