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El BCE subirá sus tipos de interés gradualmente a partir de setiembre según vaya la inflación

El Banco Central Europeo ha indicado este jueves que «a partir de setiembre será apropiado un ritmo gradual pero sostenido de más incrementos de los tipos de interés». El ritmo de ajuste de su política monetaria dependerá de los datos de inflación.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la conferencia de prensa que ha ofrecido este jueves en Ámsterdam. (Sem VAN DER WAL | ANP-AFP)

El Banco Central Europeo (BCE) comenzará a subir los tipos de interés en 25 puntos básicos en su reunión de julio con el objetivo de frenar la fuerte subida de la inflación, que achaca fundamentalmente a la guerra en Ucrania, y los volverá a incrementar en setiembre, aunque no ha dejado claro en qué cantidad.

«Si las perspectivas de inflación a medio plazo persisten o se deterioran, un incremento mayor será apropiado en la reunión de setiembre», ha indicado la entidad en un comunicado tras la reunión de su Consejo de Gobierno en Ámsterdam.

En la eurozona, los precios registraron en el mes de mayo una inflación del 8,1%, siete décimas más que en el mes anterior, debido al incremento de los precios de la energía y de los alimentos, marcando su máxima desde que hay registros históricos. Mientras, el producto interior bruto (PIB) tuvo un incremento del 0,6% en el primer trimestre de 2022 respecto al último de 2021, de acuerdo a los últimos datos publicados por Eurostat.

A efectos prácticos, el BCE ha mantenido hoy el tipo de interés de las subastas semanales en el 0%, el de la facilidad marginal de crédito en el 0,25% y el de la facilidad de depósito en el -0,25%.

«Senda gradual pero sostenida»

«Más allá de setiembre, sobre la base de nuestra evaluación actual, anticipamos que será apropiado una senda gradual pero sostenida de aumentos adicionales en las tasas de interés», ha comentado la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la rueda de prensa posterior a la reunión.

«Hemos identificado una senda, no un movimiento particular, sino una serie de movimientos en los próximos meses», ha explicado Lagarde, que ha insistido en que esta decisión «no es un paso, sino un viaje que empezó el pasado diciembre» y que ha ido colocando a la entidad en posición de dejar atrás sus medidas no convencionales.

Según ha anticipado, en setiembre, la calibración de la subida prevista dependerá de las perspectivas de inflación a medio plazo, añadiendo que si estas se mantienen en el 2,1% para 2024 o empeoran, la subida de tipos será mayor de los 25 puntos básicos de julio. «La flexibilidad seguirá siendo un elemento de la política monetaria», ha aclarado.

En cualquier caso, ha defendido que el Consejo de Gobierno quiere asegurarse de que la inflación retorna al objetivo del 2% en el medio plazo, después de admitir que las presiones inflacionistas se han intensificado y ampliado.

En este sentido, ha destacado el impacto de la invasión rusa de Ucrania en la confianza, la inflación y el crecimiento, mientras que la situación de la pandemia en China ha empeorado los ‘cuellos de botella’ en la cadena de suministros, al tiempo que ha advertido de que las subidas salariales han comenzado a cobrar impulso en la eurozona.

No tolerará la «fragmentación» en la eurozona

Por otro lado, Lagarde ha asegurado que el BCE cuenta con herramientas, así como con la experiencia y la capacidad de dotarse de nuevos instrumentos si fuera necesario, para combatir la fragmentación de los costes de financiación en la zona euro que impidiese la correcta transmisión de la política monetaria.

«Debemos contar con la correcta posición monetaria pero también tenemos que asegurarnos de que se transmite a toda la zona euro y para eso tenemos que asegurarnos que no hay fragmentación», ha señalado.

A este respecto, ha recordado que la institución dispone de instrumentos como la capacidad de reinversión de la deuda adquirida bajo el programa antipandemia (PEPP), que será reinvertida con total flexibilidad de tiempo y jurisdicciones.

«Como ya hemos demostrado, desplegaremos otros instrumentos existentes o aquellos necesarios para evitar que la fragmentación impida la adecuada transmisión de la política monetaria», ha añadido.

Sobre esta cuestión, Lagarde no ha querido entrar en detalles, señalando que no hay un nivel específico de las primas de riesgo o de los rendimientos de la deuda que pudiera desencadenar la intervención del banco central. «No toleraremos una fragmentación que impida la transmisión de la política monetaria», ha concluido.

Finaliza la compra de activos públicos

Por otro lado, en su reunión de este jueves, el Consejo de Gobierno del BCE ha decidido que las compras netas al amparo de su programa de compra de activos públicos (APP, por sus siglas en inglés) finalizarán en julio.

En los últimos meses, el banco emisor del euro ha estado acometiendo una reducción en el volumen de compras al amparo del APP: en abril adquirió activos por valor de 40.000 millones, mientras que en mayo pasaron a ser 30.000 millones y está previsto que en junio el volumen se reduzca hasta 20.000 millones.

En su reunión anterior, celebrada en abril, el Consejo de Gobierno había indicado que el fin de las compras se produciría en el tercer trimestre, pero todavía no había dado una fecha. En las últimas semanas, tanto Lagarde como el resto de miembros del Comité Ejecutivo habían adelantado que probablemente las compras netas finalizarían en julio.

Esta será la segunda vez que el BCE lleve a cero las compras netas de activos al amparo del APP desde que inició este programa de estímulos en octubre de 2014. El parón anterior se produjo entre enero y octubre de 2019.

Respecto al programa de compras de emergencia contra la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés) no ha habido cambios. Los vencimientos de los activos comprados al amparo del PEPP se reinvertirán hasta finales de 2024.