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La electricidad que viene de los gatos

‘MR. WAIN’ 
GB. 2021. 122’ Tít. Orig.: ‘The Electrical Life of Louis Wain’. Dtor.: Will Sharpe. Guion: Will Sharpe y Simon Stephenson. Prod.: Ed Clarke, Leah Clarke, Guy Heeley y Adam Ackland. Int.: Benedict Cumberbatch, Claire Foy, Toby Jones, Andrea Riseborough, Stacy Martin, Taika Waititi.

El matrimonio Wain, con Benedict Cumberbatch y Claire Foy. (NAIZ)

Debutar con un biopic siempre es arriesgado, porque es uno de los géneros que permite menos libertades creativas. La labor de retratista es complicada en el cine y tiene sus limitaciones, aunque Will Sharpe ha debido considerar que si elegía a un personaje histórico fuera de lo corriente le iba a salir una película biográfica distinta o rara.

Y sí, en efecto, Louis Wain fue un artista muy excéntrico, que se presta a una representación caleidoscópica y barroca de su enloquecido mundo, pero hay momentos de ‘Mr. Wain’ (2021) en que la ambientación parece ser lo realmente bizarro de la función. Porque bastante tiene el gran Benedict Cumberbatch con reflejar los traumas y progresiva demencia del protagonista.

En el fondo, la decadencia de este hombre viene de que se siente desbordado por su entorno más próximo, incapaz de lidiar con los problemas domésticos que limitan su creatividad. Cuando su padre muere ha de cuidar de su madre y cinco hermanas, siéndole muy difícil mantener a la familia con su trabajo de ilustrador. A las diferencias con las mujeres de la casa se suma la mala salud de su esposa y, cuando ésta fallezca, se precipitará su pérdida del autocontrol. La situación empeora con las deudas, por no saber gestionar sus derechos de autor y la comercialización de su obra.

En plena época victoriana, Louis Wain se obsesiona con el invento de la electricidad y con los gatos, animales a los que considera portadores de energía. A raíz de adoptar al gato perdido Peter, ya no pintará ninguna otra cosa que no sean gatos, convirtiendo a los felinos en el tema exclusivo de su obra. Su evolución será técnica y estilística, pero siempre con los mininos como protagonistas, en cuadros que irán cambiando según su estado mental, hasta llegar a formas psicodélicas desatadas.