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Erein presenta ‘El país equivocado’, la obra póstuma de José Javier Abasolo

El autor de novela negra José Javier Abasolo terminó antes de morir, el pasado mes de mayo, ‘El país equivocado’, su novela póstuma que este martes ha presentado la editorial Erein. Con su habitual sarcasmo, nos presenta un cadáver y un personaje sorprendente: el policía retirado Steve Beasko.

Amigos y editores de Erein, este martes en la presentación de ‘El país equivocado’, en Donostia. (Gorka RUBIO | FOKU)

Ha sido una presentación extraña y, en cierto sentido, algo dolorosa, porque la muerte al escritor bilbaino José Javier Abasolo le llegó demasiado pronto el pasado mes de mayo, a los 65 años de edad.

Este martes la editorial Erein ha compartido con los medios su última novela, ‘El país equivocado’, un trabajo que el autor si logró supervisar, y al que dedicó en la edición «todo el tiempo» que pudo pese al avance de la enfermedad. También se preocupó de la ilustración de la portada, especialmente de que el protagonista llevara sombrero.

En palabras de la editora Uxue Razquin, quien trabajó estrechamente vía mail con el escritor, se dedicó «en cuerpo y alma» a la novela y a la fase de corrección, un proceso minucioso que exige mucha atención. «Mantuvimos un diálogo muy fructífero, y soy consciente del esfuerzo titánico que hizo» para que saliera un libro «muy bueno», ha destacado. «Me da mucha pena presentar esta novela sin él –ha lamentado–, pero me consuela pensar que la tuvo entre las manos y que vivió este proceso».

Razquin ha destacado la buena voluntad que mostró Abasolo ante las sugerencias de la editorial. Y entre tanto «llegó la mala noticia», un hecho que «condicionó» la edición, porque «a veces un solo cambió implica trabajar todo un día».

Cuando el texto llegó a manos de la editora, en diciembre de 2021, percibió desde el principio la fuerza del personaje principal, Steve Beasko, un policía retirado que ahora trabaja para una compañía de seguros.

Un personaje con casta

La novela ‘El país equivocado’ está ambientada en dos escenarios principales, Nueva York y Bilbo, aunque también aparece Madrid, que sirve como enlace, e Iruñea. En el Estado español corren los primeros años de la dictadura franquista, y en la Gran Manzana John Calvin Van Looy III, perteneciente a una familia muy poderosa de la ciudad, quiere recuperar los restos de su primo segundo Jefferson, abatido durante la Guerra del 36.

Se viven tiempos convulsos; el régimen y el rastro de la posguerra, más viva que nunca, y la corrupción, harán muy difícil esa tarea que le encomendará a su amigo Steve Beasko.

Lo que al principio parece un trabajo sencillo, la repatriación de un cadáver, será un verdadero quebradero de cabeza para el expolicía, porque la muerte de Van Looy esconde un secreto. Lo intentará esclarecer junto a Itxaso Arizmendi, una enfermera que le ayudará en sus pesquisas.

«Me sorprendió mucho el personaje principal», ha destacado Razquin, sobre todo «teniendo en cuento a los anteriores», aunque a todos ellos les une el humor. «El sarcasmo que emana la novela es inherente al autor», ha agregado.

El hecho de emplear diversos escenarios y ubicar al personaje en un entorno que no le pertenece, en cierta forma, ponerlo fuera de lugar, «es todo un acierto», en palabras de la editora de Erein. «Steve Beasko se desenvuelve muy bien en un ambiente que se presenta tosco y corrupto».

Palabras de recuerdo

La presentación ha servido igualmente para reunir palabras de cariño en torno al autor. Iturri, trabajador de Erein; el escritor Jon Arretxe y Asier Muniategi, coordinador de ferias del libro, han coincidido en señalar que Abasolo fue un pionero de la novela negra en Euskal Herria y que todos los demás llegaron después. «A principios de siglo aquí la novela negra no estaba valorada, no había excesiva vocación», han recordado.

Arretxe ha hablado de su sarcasmo, de su generosidad, y de la capacidad que tenía en ayudar a los autores que empezaban su camino. «Javi ha sido el gran especialista vasco en novela negra. Yo empecé hace bastante en esto, y como no había mucho donde elegir, coincidíamos mucho en mesas redondas, y otros encuentros», ha recordado.

«Teníamos un rollo muy ‘guapo’. En este mundillo tan asqueroso, donde todos estamos al ‘qué hay de lo mío, de mi libro’, porque en el fondo todos somos iguales, él era el único modesto, y el que se alegraba de que te fuera bien», ha dicho.

De su larga trayectoria han destacado con nostalgia la saga protagonizada por el agente Goiko, y cómo Abasolo fue capaz de ubicar a Sabino Arana en Londres y hacerlo coincidir con Jack El Destripador.