Momento clave para Mercedes y para la industria vasca
Este lunes se somete a votación el acuerdo alcanzado por CCOO, UGT, Ekintza y PIM con la dirección Mercedes Gasteiz para un nuevo convenio que será decisivo para la fábrica y para la industria vasca. ELA, LAB y ESK llaman a votar en contra, porque la subida salarial no está ligada al IPC.
Tras año y medio de negociaciones enquistadas, el conflicto laboral en la planta de Mercedes-Benz de Gasteiz, acelerado en las últimas semanas por huelgas y movilizaciones, podría llegar pronto a su fin. El acuerdo alcanzado el pasado martes entre los sindicatos CCOO, UGT, Ekintza y PIM (que suman 17 de los 31 representantes del comité de empresa) y la dirección se someterá este lunes a votación entre la plantilla.
Las principales demandas giraban en torno a mejoras salariales que garanticen su poder adquisitivo y la negativa a la mayor flexibilidad laboral que exige la empresa. La larga sombra del acuerdo es una posible inversión de 1.200 millones de euros planteada por la multinacional para que la planta de Gasteiz se vuelque en los vehículos eléctricos mediante la implantación de la plataforma VAN.EA (Van Electric Architecture). Esto, según aseguran, supondría doblar la capacidad actual de la fábrica.
Esta inversión ha sido utilizada como mecanismo de presión por la empresa, que advirtió de que está condicionada a que se alcance «un acuerdo» para el convenio. Los sindicatos ven esto como un «chantaje».
La importancia de esta planta en la economía e industria vascas es evidente y el conflicto laboral ha sido seguido muy de cerca por las instituciones. El diputado general de Araba, Ramiro González (PNV), advirtió a los trabajadores y trabajadoras de que «se juegan la consolidación de sus empleos». Iñigo Urkullu y la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, viajaron el 6 de julio a Stuttgart (Alemania) para reunirse con el CEO de Mercedes. Tapia pidió «el mayor de los esfuerzos» a la plantilla y a la dirección, y señaló que «hay que adaptarse a la nueva situación».
Después de semanas de tiras y aflojas, varios días de huelgas y el inicial rechazo de la dirección a negociar si había mientras hubiera paros, el martes la situación dio un giro. El escenario fue una larga reunión con cruces de ofertas y contraofertas entre la dirección y el comité. Entre otras cuestiones, la parte empresarial cedió a una de las principales demandas de la plantilla, renunciando a una sexta noche de trabajo. Tras casi nueve horas de negociaciones, finalmente se llegó a un acuerdo para un nuevo convenio.
El acuerdo
Este incluye una paga de 4.000 euros brutos no acumulable correspondiente a 2021, un incremento salarial del 6% este año y subidas del 2,25% desde 2023 hasta 2026, así como «otras mejoras económicas y de la organización del trabajo». Aseguraría también otra paga de 1.000 euros anuales, que se cobraría en setiembre y que supondría la eliminación tanto de la aportación a la Fundación San Prudencio como de los 150 euros de los fondos sociales. A ello se añaden otras primas que se cobrarán en función del cumplimiento de objetivos, según los firmantes: una paga de resultados de hasta 2.250 euros al año y otra de 500 euros anuales si la producción supera los 200.000 vehículos al año.
En cuanto a las mejoras organizativas, se renuncia a una sexta noche de trabajo, se anunciará con más antelación el trabajo en sábado, se jubilarán más de 250 personas a través de contratos de relevo, se convertirán 400 contratos temporales en indefinidos (150 de ellos a la firma del convenio) y habrá 150 puestos protegidos según las limitaciones que determinen los servicios médicos de la fábrica.
La dirección de la planta gasteiztarra tuvo, incluso, que consultar a la dirección central de la multinacional en Alemania los términos de la propuesta que puso sobre la mesa la mayoría del comité, dado que lo que pedían sobrepasaba el presupuesto estipulado para esta planta.
El acuerdo está muy ligado a la inversión citada. De hecho, el primer párrafo del documento dice lo siguiente: «El presente acuerdo será vinculante exclusivamente a partir del momento en el que se adjudique la industrialización de la plataforma VAN.EA (Van Electric Architecture) a la fábrica Mercedes-Benz Vitoria». Es decir, que el convenio solo entrará en vigor con la inversión.
Como ya se ha mencionado antes, este ha sido uno de los factores que han marcado las negociaciones y el conflicto, y el director general de la planta, Emilio Titos, ha presionado advirtiendo de que si los empleados no avalan el preacuerdo «supondrá claramente una apuesta hacia el precipicio y el inicio del fin del crecimiento de esta fábrica». Ha señalado que le cuesta «imaginar» que el acuerdo se rechace.
División sindical
CCOO, UGT, Ekintza y PIM firmaron el preacuerdo del martes y desconvocaron los paros previstos. Sin embargo, a LAB, ELA y ESK no les pareció suficiente y, tras una reunión con la plantilla, mantuvieron el llamamiento de huelga de miércoles, jueves y viernes. Esta fue secundada por una mayoría de los trabajadores (alrededor del 75%, según la firma automovilística, y del 95%, según los sindicatos) y que mantuvo parada la producción.
La división sindical es patente. Los firmantes del preacuerdo aseguran que se trata de «una apuesta decidida de la plantilla por el futuro de la fábrica» y insisten en que «no tiene ninguna medida regresiva y todo son mejoras de derechos». La secretaria general de CCOO en la CAV, Loli García, catalogó el acuerdo como «bueno», pero dejó claro que su sindicato no firmará el acuerdo si la plantilla no le da apoyo mayoritario en la votación de mañana.
Para ELA, LAB y ESK se trata de «un mal convenio». Entre otras cosas, porque la subida salarial no está ligada al IPC, que presenta una subida anual del 9,6%. «Además, no se avanza en los mínimos marcados sobre el contrato relevo, la regulación de la movilidad o las condiciones de las y los trabajadores de fines de semana y festivos», añaden desde ELA.
Mikel Diaz de Alda, delegado de LAB, señala que muchas de las mejoras que plantea el acuerdo que se votará mañana «se han conseguido gracias a las huelgas y a la lucha de la plantilla» y considera que este aún se puede mejorar. «Pese a la presión de la dirección para que salga que sí, esperemos que salga que no y que la empresa se siente a negociar los términos que la plantilla está pidiendo, sin imposiciones ni amenazas», explica a GARA.
La votación
El referéndum se desarrollará mañana y se establecerán un total de 22 urnas. Los trabajadores tendrán varias horas para votar en cada turno de trabajo y se prevé que será de madrugada cuando se conozca el resultado. Por primera vez, también se podrá votar telemáticamente.
Pero la organización de esta votación también es objeto de debate. ELA, LAB y ESK critican la «poca transparencia» del proceso, mientras que CCOO insiste en que todos los sindicatos y la plantilla tienen «perfecto conocimiento» de cómo se va a desarrollar la consulta.
5.000 empleos directos y 30.000 indirectos
La importancia y el peso que tiene Mercedes-Benz Gasteiz en la economía y la industria vascas hace que este conflicto laboral, y las condiciones del convenio colectivo que se firme, sea seguido muy de cerca por la sociedad. Se trata de la empresa más grande de la CAV, suponiendo casi un 5% de su PIB, por lo que las consecuencias de lo que ocurra tendrán efecto mas allá de la propia empresa.
Da empleo directo a 5.000 personas (4.500 fijas y 500 eventuales, aproximadamente), pero, además, de manera indirecta, son 30.000 trabajadores y trabajadoras los que dependen de esta planta automovilística. En torno a 600 empresas proveedoras dependen de la actividad de esta factoría, muchas de las cuales trabajan en exclusividad para ella, por lo que se podría vivir un efecto dominó como el que ya se vio durante la crisis de los componentes, cuando muchas empresas tuvieron que parar su producción por los paros en Mercedes.
Aparte de la influencia que tiene en la economía, las condiciones laborales que se establezcan en el nuevo convenio de Mercedes Gasteiz serán una referencia en el resto de las empresas del sector. «Muchos otros convenios están influenciados por el convenio de Mercedes, dadas las dimensiones de esta. Por ello, esperemos que salga un convenio que tenga condiciones dignas para la plantilla. Es muy importante, porque luego otras negociaciones del sector pueden tirar por ahí», señalan desde LAB.