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Gernika y otros enclaves del 36 serán lugares de memoria junto a Ezkaba o La Cumbre

El acuerdo alcanzado por el Gobierno español y EH Bildu en torno a la Ley de Memoria Democrática incluía como lugares de memoria el fuerte de Ezkaba o el palacio de La Cumbre. Asociaciones memorialistas preparan un inventario más completo en el que lógicamente entrará Gernika entre otros.

Reivindicación de la memoria en uno de los actos de cada 26 de abril en Gernika. (Monika del Valle | Foku)

La villa de Gernika será uno de los nuevos lugares de memoria democrática tras aprobarse la ley en el Congreso de los Diputados el pasado mes de julio, después de un acuerdo entre el Gobierno español y EH Bildu. En un primer momento ya se dieron a conocer algunos de estos sitios de recuerdo, como el fuerte de Ezkaba, escenario de la trágica fuga de 1938, y el palacio de La Cumbre de Donostia, donde actuó el GAL. Pero la lista será ampliada a través de un catálogo que preparan asociaciones memorialistas, familiares de las víctimas, comunidades autónomas...

La nueva norma, que entrará en vigor en septiembre, tras su paso por el Senado y su publicación en el BOE, contempla la creación de un inventario estatal con una finalidad «informativa, conmemorativa y didáctica».

Los nuevos lugares se unirán así a Ezkaba, La Cumbre, el Valle de los Caídos, el Panteón de Hombres Ilustres en Madrid y el Centro Documental de la Memoria Histórica, con sede en Salamanca y en el que se integra el Archivo General de la Guerra Civil, que ya están citados en la ley.

La norma señala que los lugares de memoria democrática serán aquellos espacios, inmuebles, parajes o patrimonios culturales inmateriales donde haya habido hechos de especial relevancia vinculados a la «represión y violencia» sobre la población, como consecuencia de la resistencia al golpe de Estado de julio de 1936, la posterior guerra, la dictadura franquista, el exilio y otras vulneraciones de derechos que llegan hasta 1983.

La competencia para declararlos la tendrá la Secretaría de Estado de Memoria Democrática por iniciativa de la Dirección General relacionada con esta materia o como sugerencia de otras entidades.

El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), Emilio silva, estima, en declaraciones a EFE, que deben de ser muchos más los lugares de memoria democrática y recuerda que varias comunidades autónomas tienen leyes propias de memoria, donde así los reconocen.

En su opinión, deben figurar los lugares de fusilamiento, los centros de detención ilegal, los campos de concentración franquistas y sus presidios, los lugares de tortura y los de homenaje a las víctimas creados con posterioridad por las autoridades o los familiares.

Así las cosas, pocas dudas advierte esta fuente sobre la inclusión de Gernika, bombardeada por la Legión Cóndor al servicio del franquismo destruyendo la villa y provocando un gran número de víctimas mortales, cifrado según las últimas investigaciones en 1.645 muertos y 889 heridos. El 70% de los edificios quedaron destruidos.

Otros enclaves estatales que propondrán estas asociaciones como lugares de memoria son los siguientes:

LA DESBANDÁ

El pasado mes de marzo, la mayoría del Congreso aprobó una iniciativa del PSOE que declaraba como lugar de memoria democrática la carretera de Málaga a Almería en la que se produjo el éxodo de refugiados de la Guerra Civil y la matanza posterior, conocido como la Desbandá.

Sucedió a principios de febrero de 1937, cuando más de 150.000 personas huyeron por carretera hacia Almería, reducto aún republicano, ante la inminente ocupación de Málaga por las tropas franquistas.

Murieron miles de ciudadanos a causa de los bombardeos constantes de la armada y de la aviación militar en una zona en la que la población civil no tenía escapatoria, atrapada en una carretera encajada entre el mar y la montaña.

«Fue una barbarie, un éxodo de 150.000 a 300.000 personas, el mayor en Europa de población civil antes de la Segunda Guerra Mundial», comentó a Efe en febrero el diputado socialista por Almería Indalecio Gutiérrez, uno de los impulsores de la iniciativa, junto a su compañero Ignacio López, de Málaga.

PUEBLO VIEJO DE BELCHITE

El pueblo viejo de Belchite también podría ser declarado como lugar de memoria. Fue el escenario de una de las más cruentas batallas de la guerra y, según los historiadores, murieron unas 5.000 personas en 15 días.

Se inició el 24 de agosto y concluyó el 6 de septiembre de 1937 en el marco de la ofensiva del Ejército Popular sobre Zaragoza, y terminada la guerra, el régimen de Franco decidió no reconstruir el pueblo sino crear uno nuevo al lado, conocido hoy como Belchite nuevo, para lo que utilizó a prisioneros republicanos como mano de obra, unos 1.000 hombres, que se alojaban en un campo de concentración cercano.

Las ruinas del anterior se dejaron intactas como recuerdo de la Guerra Civil y el conjunto se conoce como Pueblo Viejo de Belchite, vallado desde 2013 y en el que solo se admiten visitas guiadas, organizadas por el ayuntamiento.

PLAZA DE TOROS DE BADAJOZ Y TAPIAS DEL CEMENTERIO DE SAN JUAN

La plaza de toros de Badajoz y las tapias del cementerio de San Juan de esta ciudad extremeña también podrían formar parte de este catálogo, ya que se calcula que allí, entre la noche del 14 y la mañana del 15 de agosto de 1936, fueron asesinadas entre 1.800 y 4.000 personas, civiles y militares, por el Ejército sublevado.

Constituye uno de los sucesos más controvertidos de la guerra y nunca hubo una investigación oficial, aunque varias asociaciones de derechos humanos los calificaron como crímenes contra la humanidad y se denunció como genocidio en 2007 ante la Audiencia Nacional, denuncia que no prosperó al haber fallecido los máximos responsables de la matanza y ser un delito que no estaba tipificado cuando se cometió.

Esa matanza se conoció en su momento por los corresponsales extranjeros, aunque los oficiales sublevados negaron la masacre y desaparecieron los archivos relacionados con lo sucedido.

Desde 1986, cada 15 de agosto se lleva a cabo en el cementerio viejo de Badajoz un acto de homenaje a las víctimas. Además, la principal avenida de la ciudad lleva el nombre del entonces alcalde, Sinforiano Madroñero, socialista, también ejecutado.

En 2002 se demolió la antigua plaza de toros para levantar el nuevo Palacio de Congresos, donde hay una escultura en recuerdo de las víctimas, y en 2009 el ayuntamiento retapió los antiguos muros del cementerio, alegando motivos urbanísticos y mal estado de los mismos.

CAMPOS DE CONCENTRACIÓN Y TRABAJOS FORZADOS

Algunos historiadores afirman que nazis de la Gestapo fueron los organizadores de una red de campos de concentración franquistas, unos 300, especialmente Paul Winzer, su jefe en España y al mando del de Miranda de Ebro, en Burgos.

Otros recintos fueron gestionados, al principio, por batallones de voluntarios de Italia.

En 1938 había en esos campos más de 170.000 prisioneros y, al finalizar la guerra, los presos oscilaban entre 367.000 y 500.000 personas, bajo la supervisión del general Camilo Alonso Vega.

Diez años después del comienzo de la guerra, todavía estaban operativos 137 campos de trabajo y 3 campos de concentración, que albergaban a 30.000 prisioneros políticos.

El último campo de concentración en cerrar fue el de Miranda de Ebro, clausurado en enero de 1947 y por el que llegaron a pasar 65.000 presos republicanos, muchos de ellos fusilados por la noche.

Hasta 1953, hubo un centro de instrucción de reclutas hasta que en 1954 fue derribado. Sobre sus terrenos hoy existen diferentes empresas químicas, restos del lavadero, una caseta de guardia y una placa en recuerdo de los prisioneros.

Además, el régimen de Franco constituyó con los prisioneros batallones de trabajadores para trabajos forzados, que hicieron obras públicas, los emplearon en las minas, reconstruyeron edificios e infraestructuras o trabajaron en obras nuevas.

Así se hicieron el canal del Bajo Guadalquivir, la prisión de Carabanchel, el Valle de los Caídos, el arco de la Victoria en Madrid, la Academia de Infantería de Toledo, el Aeropuerto de Santiago de Compostela o carreteras del Pirineo en Nafarroa.