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Moscú culpa del corte de gas a los «políticos que tomaron la decisión sobre las sanciones»

Rusia ha respondido este domingo a las críticas de la UE por el corte de gas ruso al afirmar que esta medida tiene su origen en las sanciones y las acciones occidentales, al tiempo que ha advertido de que los precios del hidrocarburo pueden subir aún más.

Gazprom, el gigante energético ruso, detuvo ayer las entregas de gas a Europa a través del gasoducto Nord Stream. (Nikolay DOYCHINOV | AFP)

En declaraciones este domingo al programa “Moscú.Kremlin.Putin” de la cadena de televisión pública Rossía-1, tanto el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, como el viceprimer ministro Alexander Novak, encargado de las cuestiones energéticas, han manifestado que la suspensión indefinida del tránsito de gas por el Nord Stream no es culpa de Gazprom.

El consorcio gasístico ruso anunció el viernes que suspendía completamente el flujo de gas a Europa a través de Alemania, debido a una fuga de aceite encontrada en una turbina de la única estación compresora aún en funcionamiento, algo que la UE ha tachado de «falacia» y como una prueba más de que Rusia no es un suministrador fiable.

«Gazprom se ha ganado su reputación como garante confiable de la seguridad energética y proveedor confiable durante muchas décadas. Y estamos convencidos de que Gazprom no ha dado un solo paso que sacude esta reputación», ha sostenido Peskov.

Una decisión «absolutamente absurda»

«Si los europeos toman una decisión absolutamente absurda según la cual se niegan a reparar su equipo, o más bien, el equipo que pertenece a Gazprom, pero que, según el contrato deben reparar, esto no es culpa de Gazprom, es culpa de los políticos que tomaron la decisión sobre las sanciones», ha indicado.

Peskov ha enfatizado que «son estos desafortunados políticos los que ahora están obligando a sus ciudadanos a morir de derrames cerebrales cuando ven las facturas de electricidad». «Y ahora, cuando haga más frío, la situación empeorará aún más», ha predicho.

En términos similares se ha expresado Novak, al afirmar que «se han violado completamente todas las condiciones del contrato de reparación, se han violado las condiciones de transporte de este equipo», ha señalado.

«Tanto Canadá como la Unión Europea impusieron sanciones al equipo relevante, por lo que deben alinear (sus acciones) con los términos del contrato para que este equipo realmente continúe funcionando», ha agregado el viceprimer ministro ruso.

Una de las turbinas reparadas por Siemens en sus instalaciones en Canadá pudo ser devuelta a Alemania pese a las sanciones, pero desde allí aún no ha llegado a Rusia porque Moscú exige garantías legales de que el aparato no está bajo restricciones.

Novak, al igual que Peskov, no descarta nuevas subidas del precio del gas en Europa por las políticas «miopes» de la UE que llevan al «colapso» del mercado energético en el Viejo Continente, según ha opinado.

«La política miope conduce al hecho de que estamos viendo un colapso en los mercados energéticos de Europa. Y este no es el límite, porque todavía estamos en la estación cálida, todavía tenemos invierno por delante, y hay muchas cosas impredecibles», ha advertido.

Preguntado sobre si puede producirse un nuevo aumento de los precios del gas, Novak ha respondido que en su opinión, «es posible».

El precio del gas para entrega en octubre en el mercado TFF de Holanda cerró el viernes con 212 euros por megavatio-hora (MWh), un 1,24% menos que la jornada previa, pero este coste fue el establecido antes de conocerse el anuncio de Gazprom de que corta indefinidamente el tránsito a Europa.

«¡Y se sorprende!»

Por su parte, el expresidente de Rusia y vicejefe del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev, se ha referido a declaraciones del canciller alemán, Olaf Scholz, de que Rusia ya no es un proveedor de energía fiable.

En su cuenta de Telegram, le ha recordado que Alemania es «un país inamistoso, impuso sanciones contra toda la economía rusa y sus ciudadanos y suministra a Ucrania armas letales dirigidas contra nuestras Fuerzas Armadas».

«¡Y se sorprende de que los alemanes tengan algunos problemas menores con el gas!», añade.