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El parque solar de Amurrio recibe el informe favorable del Gobierno de Lakua

El Gobierno de Lakua ha dado el visto bueno a la implantación del parque solar fotovoltaico Ekiola de Amurrio. En el informe se valora positivamente que se llevará a cabo en una zona sin interés naturalístico o geológico, sin necesidad de construir nuevos caminos para su acceso.

Presentación de los parques solares de Ekiola, el pasado mes de febrero. (IREKIA)

El parque solar fotovoltaico Ekiola de Amurrio ha recibido el informe ambiental favorable del Gobierno de Lakua aunque su construcción está todavía condicionada a la aprobación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana de la localidad –que está en la recta final– y a que la Diputación declare la instalación de interés público.

El Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) publica este miércoles la resolución favorable del director de Calidad Ambiental y Economía Circular del Ejecutivo autonómico a la implantación de una instalación solar fotovoltaica para generar 1,7 MWp en una parcela de 20.828 metros cuadrados próxima al polígono industrial Aldaiturriaga.

El informe de Lakua «valora el impacto positivo que una planta de estas características genera frente a otras alternativas energéticas», puesto que se estima que se dejarían de emitir una 420 toneladas de CO2 a la atmósfera, y subraya que el parque no producirá «efectos adversos significativos sobre el medio ambiente».

Señala que en este sentido que el parque no estará en un espacio natural protegido ni en un área de interés naturalístico o geológico, que su creación no implicará «movimientos de tierras significativos ni cimentaciones» y que no se contempla construir nuevos caminos ni pistas de acceso a la planta.

También destaca, entre otros argumentos favorables, que la parcela es atravesada por una línea eléctrica a la que está previsto conectar la planta fotovoltaica, con lo que no se generarán «nuevos tendidos aéreos, evitando así los posibles impactos generados por ellos».

El Gobierno autonómico indica en todo caso una serie de medidas «protectoras y correctoras» durante las obras para evitar que el proyecto deba ser sometido a una evaluación ambiental adicional, como minimizar los movimientos de tierras, revegetar lo antes posible con especies autóctonas y dar un tratamiento químico a las placas para evitar un «efecto llamada» sobre las aves.