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Entre guerras y pobreza, en Afganistán asoma la poesía

Aunque en el país centroasiático la mayoría de la gente es analfabeta y no tiene casi educación, Afganistán tiene una de las concentraciones mayores de poetas del mundo. Muchos de ellos lanzan mensajes de paz y amor en un país lastrado por décadas de injerencia extranjera, guerra y odio.

El poeta Pir Mohammed Karwan, en el centro de la imagen. (Filippo ROSSI | AFP)

«El país de Karwan duerme en la oreja del elefante?» cita una línea de un poema aún inédito de Pir Mohammed Karwan, el más grande poeta de la literatura pastún contemporánea. Él mismo lo lee, sentado con las piernas cruzadas, colocándose un par de anteojos en la nariz y sosteniendo en la mano un cuaderno con notas literarias. Es un dicho pastún, crítico, que se pregunta si Afganistán es consciente de que el mundo esté decidiendo por él: ¿destruirlo o mejorarlo?

Quizás esta sea la pregunta más difícil de responder, por filosófica. Si hay un verdadero demiurgo en Afganistán, ¿lo quiere destruir o lo quiere mejorar? Demasiadas teorías, difíciles de entender.

Pero la única verdad es que nadie tiene una respuesta y los afganos han tenido que encontrar trucos para sobrevivir. Entre ellos, la poesía: «el arte de la creación y de la belleza, el arte de educar y ayudar a las personas a seguir el camino del amor y la bondad», como lo describe Karwan. El poeta es un mito viviente para la población pastún, tanto en Afganistán como en Pakistán. Autor de decenas de libros, querido por sus lectores y su pueblo. Es un hombre cálido, muy sencillo, que lucha por la paz de su país solo con la pluma.

Recibe a sus invitados sobre una toallita y unos toshak (típicos cojines) colocados al costado de los muros marrones que protegen su casa, con la mirada puesta en los trigales y los frondosos arrozales que separan las casas vecinas de su pueblo en la provincia de Khost, en el este de Afganistán.

Preludio político

Después del chai (té) y las discusiones políticas sobre los talibanes, las políticas gubernamentales, los estadounidenses y sus fechorías, todos tienen sitio en la sala de invitados para expresar su pasión por la poesía. «Nunca te he tocado, solo mi corazón está conectado contigo» / «A veces es una paloma, a veces una serpiente» / «La vida se convierte en un enemigo, pero a veces es como la persona que amas».

Todos se sientan. Zamir, un amigo, comienza a cantar los poemas de Karwan. Lo mira con ojos que brillan, al igual que los de los invitados que se iluminan. A veces no reprimen la emoción, gritando y haciendo ruidos de aprobación, seguidos de un «zz, zz, zz» con la lengua entre los dientes, que logra transmitir la belleza de sus pensamientos. Es la victoria del amor.

«En un país y en una cultura donde el amor está fuertemente prohibido y donde no se puede hablar de pasión, solo se puede soñar con ella», comenta Karwan. «El amor está conectado con Dios y con la naturaleza, y nuestra mayor ambición es la victoria del amor en nuestro país».

«La poesía de Karwan está escondida dentro de él, tal como la energía que nutre el cuerpo está escondida en una manzana», comenta el Dr. Qurbani, uno de los invitados.

La poesía es un vehículo muy poderoso. En un país donde la mayoría de la gente es analfabeta y donde muchos no han experimentado en la vida más que la miseria y el dolor de la guerra, se vuelve fundamental para transmitir un mensaje de unidad y paz, revivir los valores culturales y los grandes héroes del pasado que todos los afganos tienen en común.

«Con la poesía puedo transmitir un mensaje de paz, mostrando los efectos brutales y negativos de la guerra y de quienes nos han ocupado y quienes nos utilizan. Como cualquier poeta, transmito mi mensaje con amor y positividad para inspirar sus mentes y tratar de eliminar los recuerdos de la guerra, las divisiones étnicas, religiosas y de pensamiento. Considero cada uno de mis poemas como un hijo. Durante la guerra, si la madre de un talibán o la de un soldado del ejército republicano sufrían por igual, hacían llorar al país de la misma manera. En lugar de poner un arma en la mano de todos, les pongo una flor para que triunfe el amor. Nuestro país no tendría que experimentar guerras durante siglos. Tiene que prosperar y la poesía ayudará a hacerlo», exclama Karwan.

Sus palabras y versos logran mezclar ese amor humano tan prohibido, convirtiéndolo en amor por su país: «Si alguna vez veo tu voz, me gustaría besarla porque me encanta» / «Los ojos de Karwan son rojos»/ «Porque tus cejas los rozaron» / «Todos los enemigos quieren hacer lo mismo aquí» / «Como caníbales alrededor de mi amada (patria) / Ay Dios, sálvala, puesta en medio como si fuera una lengua entre los dientes».

Pero en la historia, no todos los poetas han usado la poesía para enviar un mensaje de paz. Muchos políticos han utilizado la poesía para hacer propaganda de sus partidos. Desde los muyahidines hasta los talibanes, muchos son los que han empleado la poesía para transmitir su mensaje de propaganda o resistencia. E incluso hoy, en forma de resistencia silenciosa, algunos jóvenes poetas se oponen al nuevo gobierno de esta manera. Como Bahram, de 26 años, un joven poeta tayiko: «Muchos poetas y artistas huyeron con la llegada de los talibanes, pero otro  se quedaron dispuestos a resistir», comenta.

Su poesía, aunque también llena de amor, tiene un trasfondo más partidista y político. «No me opongo a los soldados talibanes y a los que lucharon por su país. Después de todo, también fueron usados. Pero me opongo a quienes los gobiernan y controlan», dice.

«Los jóvenes y los viejos oran por ti / Levántate y lucha, Dios está contigo / Lucha, porque esta es la batalla por la libertad / Estarás vivo y lucharás por siempre, mientras haya agua y comida en este mundo». Bahram ha estado escribiendo poesía durante los últimos 10 años. Sus poemas tienen un fuerte significado, pero también expresan la ironía de la sociedad, especialmente contra la injerencia de los talibanes en la vida de las personas. El arte en Afganistán se ha convertido en una herramienta poderosa para la revolución y la información. Los de Bahram, también víctima de muchas amenazas actuales, son mensajes de paz, pero también de revuelta. «Escribí contra la violencia de los talibanes porque nunca tuve los elementos para criticar a los extranjeros y su violencia. Los medios censuraron todo lo que hicieron».

«Si hablamos de política, guerra, crisis, el tejido conector de todo es siempre el amor. Es el amor lo que guía la poesía afgana, lo que la hace especial. En medio de todas las calamidades, es el amor lo que hace vivir y continuar la lucha de los afganos por un mundo mejor».

«Un día me robaron el móvil», recuerda Bahar, periodista y poeta de Khost. «Cuando llamé, el ladrón me contestó y me dijo hasta veces que me lo iba a llevar en un lugar. Pero siempre sin presentarse. Le llamé exhausto, diciéndole que se estaba burlando de mí. En lugar de insultarlo, pronuncié una línea poética de Karwan: ‘Yo deambulo por montañas y ciudades buscándote. Como el agua que viene hacia ti, oh flor’. Me preguntó si yo era poeta. Dije que no, pero que me encantaba la poesía. Después de unas horas, una persona vestida con una bufanda y con mi teléfono reapareció avergonzada donde me habían robado el móvil. ¡Este es el poder de la poesía! ¡Resalta el alma humana de las personas!».