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Interview
Ángela Iturriza
Animadora y docente en la U-Tad

«Trabajábamos seis estudios en una misma serie de Batman»

Comenzó su andadura en la animación por casualidad, en el estudio madrileño Lápiz Azul, y se le abrieron mil posibilidades. Gracias a la serie de Batman, que cumpre 30 años, más adelante le resultó más fácil animar el musculoso cuerpo de Hércules cuando trabajó para Disney.

Diseño de personaje de Batman. (Warner Bross)

Aunque hay decenas de super héroes que podríamos enumerar, hay unos pocos que forman parte del imaginario colectivo, y solo uno que no cuenta con ningún superpoder, siempre y cuando la abundancia económica no se tenga en cuenta. Nos referimos a Batman, un personaje recurrente que en las carteleras de las últimas décadas.

En su honor, cada tercer sábado de setiembre los amantes del caballero oscuro celebran en ‘Batman Day’. Así, hoy fans de todo el mundo recordarán su película o cómic favorito. Y no podemos olvidar una serie que se grabó en las retinas de todo milenial, que cumple 30 años, ‘Batman, La serie Animada’ (1992). Muchas manos trabajaron en el Gotham que acaparó nuestras pantallas durante tres años. Dos de ellas pertenecían a Ángela Iturriza.

Ángela Iturriza en la actualidad. (U-Tad)
Ángela Iturriza en la actualidad. (U-Tad)

¿Cómo termina una donostiarra dibujando a Batman?

Terminé en Madrid por la separación de mis padres. Mi madre es madrileña y nos vinimos aquí, y aquí hice mis estudios. Empecé en la animación por casualidad y me quedé. Trabajaba para un estudio que se llamaba Lápiz Azul que cogía mucho trabajo de fuera, y entre ellos surgió el de Batman. Fuimos el único estudio occidental en trabajar en la serie.

Estabamos muy contentos, con muchas espectativas porque el estilo de la serie era totalmente distinto a lo que habíamos hecho. Era mucho más oscuro, lo llamaron "Dark decó", se inspiraba mucho en el cine negro y el art decó de los años 20 y 30. Era un estilo muy particular. Los guiones eran más adultos. Se inspiraron mucho en el Batman de 1986, de Tim Burton, y de hecho la música de la intro es de Danny Elfman, que es el compositor estrella de Burton. Era un proyecto que nos entusiasmó mucho.

Los personajes estaban hechos de tal manera que era lo más sofisticado que habíamos hecho hasta entonces.

¿En qué consistía su trabajo?

Yo estaba en el departamento de animación y básicamente lo que hacía era dibujar los personajes que nos mandaban desde Estados Unidos. La preparación venía hecha, los planos estaban hechos, y teníamos que mover los personajes y dejarlos con la línea final. Trabajabamos con un lápiz azul –del cual cogió el nombre el estudio en el que trabajaba– y con él se delimitaban sombras y luces, y luego añadíamos la linea negra que ves al final en pantalla.

En Estados Unidos otro departamento se había ocupado, por ejemplo, de decidir cómo debía ser Batman. Queremos que sea distinto, más escultórico, más sólido. Vamos a trabajar cómo va a girar la cabeza, cómo va a mover los brazos, dónde le llegan las sombras, cómo funciona la máscara, cómo son las manos para luego moverlas... todo eso ya venía indicado. Ten en cuenta que eramos 6 estudios diferentes para una misma seríe, tenía que haber una coherencia y era gracias al trabajo preliminar que venía de Estados Unidos con las hojas de modelos, proporciones, altura... todo lo teníamos perfectamente definido.

Iturriza en el estudio Lápiz Azul en la época de Batman. (Ángela Iturriza)
Iturriza en el estudio Lápiz Azul en la época de Batman. (Ángela Iturriza)

¿Como se coordinaban los estudios?

En nuestro caso, si no recuerdo mal, tuvimos tres episodios. Trabajamos sobre todo en la trama de Dos Caras. Entonces no había internet así que la documentación llegaba por paquetería. Venían enormes paquetes de dibujos protegidos con cartones, bien embalados. Era bastante complicado. Ahora te mandan cualquier cosa con un clic en el ordenador, es fantástico.

¿Cómo fue la experiencia?

Estabamos encantados. Habíamos trabajado en cosas más infantiles como ‘Patoaventuras’ con Disney, así que el cambio a un personaje más adulto, un poco más oscuro y con una estética sacada del cómic (y en la animación hay mucho friki del cómic), nos gustó muchísimo. Lo que no sabíamos era que esto se iba a convertir en lo que se ha convertido, ¡la Batmanía! Solo pensábamos que la serie molaba.

Dibujo de Batman antes del entintado negro. (Warner Bross)
Dibujo de Batman antes del entintado negro. (Warner Bross)

¿Qué sacó de esa experiencia que le haya servido después?

Aprendí mucho el movimientop de un personaje tan macizo como es Batman. Tiene una constitución muy escultórica. Cuando fui a París a trabajar en Disney, por ejemplo me sirvió mucho en el personaje de Hércules porque era prácticamente igual: una espalda ancha, hombros impresionantes, músculos. Me acordé mucho de Batman, me vino muy bien. Son personajes muy difíciles de mover, tienen mucha masa.

También aprendí mucho del estudio de luces y sombras. Luego hice story board, que es la preparación en biñetas de lo que es una secuencia, y ahí tienes que estudiar las luces y las sombras, y la serie de Batman ha sido una inspiración en ese aspecto.

Para mi los mejores personajes del universo Batman son los villanos. ¿Cuál es su personaje favorito?

Mi favorito, pero porque trabajé en él, es Dos Caras (risas). Siempre me han tocado villanos, he trabajado mucho con los malos. Dos Caras me recordaba mucho al malo de ‘Mazinger Z’, que también tenía una doble cara, la mitad de hombre y la mitad de mujer. Este tenía una mitad de la cara normal y la otra totalmente asquerosa por efecto de los productos químicos. Me parece muy interesante.

Indicaciones de cómo debían dibujar a Batman. (Warner Bross)
Indicaciones de cómo debían dibujar a Batman. (Warner Bross)

Ha mencionado su etapa en París con Disney. ¿No es ese el sueño de todo animador?

No lo tomes como algo pretencioso, pero estar ahí era como estar en lo más alto de la animación en aquel momento. Pixar estaba todavía dando sus pasitos, Dreamworks no existía. Disney era lo más de lo más. Eramos felices haciendo cosas que no nos podíamos ni imaginar. Y todo fue gracias a haber trabajado antes en ‘Patoaventuras’. Empecé haciendo ‘Goofy e hijo’, y luego un corto en el que Mickey se hace malo. Es que lo mío son los malos (bromea). En "El jorobado de Notre Dame" trabajé en el malo malísimo, Frolo; en ‘Hércules’, en Hades; y en ‘Tarzán’ trabajé en Tarzán, ahí no me tocó el malo. En ‘Atlantis’ trabajé muy poco y en ‘Hermano oso’ era el que se sacrificaba.

He tocado algunos malos y son muy divertidos. Trabajabamos con las voces originales, y en el caso de Hades la voz del actor James Woods es impresionante. Construyeron el personaje en torno a esa voz porque era muy rica, cálidad y con mucha guasa.

Después de su periplo en los estudios, ahora trabaja en docencia.

Cuando yo empecé no había ninguna escuela de animación. Entré por casulidad cuando estaba en mi último año en Bellas Artes y acompañé a mi amiga y me dieron  la opción de probar. Me dije: vengo de vez en cuando, hago dibujos que son dibertidos y encima me pagan. Mi generación, prácticamente toda empezó así. Luego me formé en docencia y ahora trabajo en U-Tad, una universidad de artes digitales, que además tiene grados online, por si alguien quiere y no se anima por la distancia. Doy clases de story board, de guión visual, de anatomía y proyectos. Además es un buen momento porque la animación está en plena ebullición. Hay muchos proyectos en marcha.

La animación se ha considerado por mucho tiempo algo infantil. ¿Está ganando prestigio últimamente?

Totalmente. Para nosotros la animación es una técnica que usamos para hacer cine. Sí hubo polémica el año pasado en los Óscar cuando Disney dijo que las películas eran para niños. Los que trabajamos en esto dijimos que las hacemos para todo el mundo, pues es un medio para contar una historia. En Pixar siempre ha habido una doble lectura para que disfruten tanto los niños como los padres, con referencias para ellos. Nosotros reivindicamos que la animación es cine, y como tal, cada película tiene su edad recomendada, como en el cine de acción real.

En las películas hay unos indicativos de edad que cuesta mucho obtener, y luego cuando esas películas llegan a las casas la gente pasa de todo y ponen la que sea. En principio, diriges tu película a una franja de edad y eso influye en la película final. ‘El jorobado de Notre Dame’, por ejemplo, iba a ser mucho más oscura. Tuvieron que batallar para que les dieran la califiación de todos los públicos. Como de por sí es una historia muy oscura, tuvieron que aligerarla.

El personaje de Dos Caras, el favorito de Iturriza. (Warner Bross)
El personaje de Dos Caras, el favorito de Iturriza. (Warner Bross)


¿Cómo ve el panorama de la animación en Euskal Herria y el Estado español?

En general, parece que es un buen momento. Al lado de la universidad tenemos un estudio que se llama Skydance que es americano. Ha venido a trabajar Brad Bird (‘Los increibles’, ‘El gigante de hierro’) y tenemos la suerte de tenerlo aquí al lado. También está teniendo muchi éxito ‘Tadeo Jones’, y en Euskal Herria sé que hay gente que se mueve mucho. Hay un festival de cine de animación en Deba, Animadeba, y tiene mucho éxito. Hay mucha gente de Euskal Herria en el cine de animación, yo misma soy una de ellas, estoy muy contenta de decir de dónde soy, estaban hartos de oirlo en París. Entre mis alumnos tengo a mucha gente de ahí.

Se comenta que van a surgir más cosas. Está el estudios Spa de Sergio Pablos, el ya mencionado Skydance, Lightbox, en las Islas Canarias hay muchísimo movimiento. A ver si de una vez podemos dejar instalada una industria, no solo para estas generaciones sino para las que vengan. La nuestra era nómada y también es bueno trabajar en casa.