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El monólogo o discurso ante los académicos

EMILIA
Estado esañol. 2022. 80’ Dtor. y guion: Miguel Ángel Calvo Buttini. Prod.: Miguel Ángel Calvo Buttini (Salto de Eje), Juan Poeveda (Twin Freaks Studio) y Maribel Ruiz. Int.: Pilar Gómez, Nerea Aresti, Xulia Santiso, Eva Acosta. Fot.: Isabel Ruiz. Mús.: Alicia Morote. Mont..: Juan Poveda.

Retrato de Doña Emilia (arriba) y la actriz Pilar López (abajo). (NAIZ)

La trayectoría cinematográfica de Miguel Ángel Clavo Buttini empezó en la ficción, con ‘El lunar (dos rivales casi iguales)’ (2007), ‘Mami Blue’ (2011) y ‘Donde el bosque se espesa’ (2017), según la obra teatral de Laila Ripoll y Mariano Llorente. Con constantes problemas de prducción y de financiación, esa primera etapa no acabó de cuajar, por lo que ha terminado por probar suerte, con más éxito, en el género documental. Y gracias al impulso dado por ‘El siglo de Galdós’ (2020), con lo que el repaso a la obra de Don Benito le ha servido para hacer lo propio con la de doña Emilia Pardo Bazán. Antes, con motivo del centenario de su muerte, se estrenó otro documental realizado por Blanca Flaquer y Núria Barreiro bajo el título de ‘Emilia Pardo Bazán, inclasificable’ (2021), y contando con la voz de la actriz Charo López en la narración.

Aunque ‘Emilia’ (2022) es un documental que, como la mayoría de los que se hacen en la actualidad, emplea diversos recursos expresivos y técnicos, posee un punto de partida original. La película se basa en el monólogo que la actriz Pilar Gómez representó en el Teatro de Barrio, cuyas autoras son Noelia Adanez y Anna R. Costa.

Parte de los sucesivos intentos fallidos de la escritora por entrar en la RAE, sin que sus muchos méritos literarios y humanos fueron tenidos en cuenta por el mero hecho de ser una mujer en una sociedad tan patriarcal como la decimonónica. Por lo tanto, se trata de un discurso pensado y dicho frente a esos académicos que le niegan un escaño, y que en la pantalla vuelve a contar con la presencia de Pilar Gómez, cuya imagen se aleja de los retratos y caricaturas de la época, que representaban a Doña Emilia como una mujer de talla grande a la que le apretaba el corsé.

Su talante conservador no le impidió, sin embargo, ser una pionera en la defensa de los derechos de las mujeres a lo largo de sus viajes y charlas.