Foster define su proyecto para el Bellas Artes como un museo «reciclado» y «reinventado»
El mejor ejercicio de sostenibilidad es «reciclar el edificio, en lugar de construir otro». Así ha defendido Norman Foster a Agravitas, su proyecto de ampliación para el Museo Bellas Artes de Bilbo, cuyas obras han tenido un inicio simbólico con el enterramiento de una cápsula del tiempo.
Una cápsula del tiempo, enterrada en el exterior del Bellas Artes de Bilbo, ha marcado el inicio oficial y simbólico de las obras de ampliación y remodelación del museo vasco más veterano: 114 años, nada menos, han pasado desde la inauguración del Bellas Artes, y esto es lo que se ha enterrado en uno de los jardines situados junto a la fachada acristalada de la alameda Conde Artetxe, para que, se supone, lo abran generaciones futuras: unas monedas en curso, una copia del acta de replanteo que formaliza el último trámite para la ejecución de la obra y las portadas de los periódicos vascos, entre ellos GARA, del pasado día 15, en donde daban noticia del hallazgo de la mano de Irulegi.
En el acto oficial, que ha tenido lugar este jueves al mediodía, ha estado presente una amplia participación institucional, cultural y de la Fundación BBK. No en vano, esta entidad bancaria es uno de los grandes apoyos económicos de la transformación del museo dirigido por Miguel Zugaza, hasta el extremo que la nueva sala de exposiciones temporales que se creará, de más de 2.000 metros cuadrados, se denominará BBK Museoa.
El Monumento a Arriaga
En las intervenciones se podían percibir algunas referencias soterradas a las críticas y denuncias recibidas por el proyecto Agravitas de Norman Foster y Luis María Uriarte desde el movimiento ciudadano Defensa Cívica del Museo de Bellas Artes. Como ha sido el caso de Maite Paliza Monduate, catedrática de Historia del Arte y miembro del Comité Asesor Artístico del museo –«el nuevo hall de recepción de visitantes, focalizado en torno al Monumento a Arriaga de Durrio, está llamado a ser uno de los espacios distintivos de Bilbo», ha dicho–, o del propio Norman Foster.
El famoso arquitecto británico ha recordado la primera impresión que le produjo el edificio original de estilo neoclásico cuando lo conoció por primera vez –«es un gran espacio cívico y muy simbólico», ha dicho– y ha apuntado que, con la nueva remodelación, «el patio de Arriaga, aunque esté cubierto, se convertirá en un lugar abierto y en un lugar de tránsito». Este cerramiento de una de las críticas que, precisamente, ha recibido Agravitas.
Foster ha enfatizado también que la transformación que va a experimentar la centenaria pinacoteca va a permitir «una mejora del 70% del espacio que tenía el museo» y ha destacado las ventajas que tiene, desde el punto de vista medioambiental y de sostenibilidad, «aprovechar el edificio antiguo en vez de construir uno nuevo». Es decir, «tener lo mejor del pasado y del futuro. Porque el museo es como la ciudad, que se reinventa continuamente. Se trata –ha concluido–, de la reinvención del Museo y una celebración de la importancia del arte en nuestra vida y en la vida de la ciudad».
Por su parte, el alcalde, Juan Mari Aburto, ha pedido a la ciudadanía que se «ilusione» con un proyecto «por el que apostamos mucho», ha recalcado. Forma parte de esa visión y de una apuesta de futuro para Bilbo «apoyada en el arte y en la cultura», ha dicho, y ha recordado también que la hoja de ruta de esta transformación arquitectónica quedó fijada en el Plan Estratégico 2019-2022, aprobado por el Patronato del museo en 2018, y que el primer paso para su consecución fue la convocatoria del concurso internacional de proyectos de principios de 2019.
Ahora quedan 22 meses, en los que se ejecutará el proyecto –con fecha de apertura en 2024–, aunque el museo permanecerá abierto durante este periodo.
Incremento de costes
La empresa constructora Urbelan, Altuna y Uria, Campezo y Teusa es la que se encarga de la ejecución de la obra. Ha habido unos cambios, hacia arriba, de los gastos y, esta misma semana, el Departamento de Cultura y Política Lingüística de Lakua ha anunciado que aportará 15 millones de euros para la financiación de la reforma y ampliación del museo en el periodo 2021-2036, una cantidad superior a la inicialmente aprobada (12,6 millones de euros), con la que se pretende hacer frente al incremento ‘sustancial’ de los costes de determinadas materias primas en la industria de la construcción.
Según informó la agencia Europa Press, en una comparecencia posterior a la reunión del Consejo de Gobierno, el portavoz del Ejecutivo y consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, explicó el pasado lunes que el Comité Ejecutivo de la Fundación del Museo de Bellas Artes aprobó en febrero una aportación extraordinaria de 3.589.000 euros (1.196.000 euros por parte de cada Institución miembro de la misma: Ejecutivo autonómica, Diputación de Bizkaia y Ayuntamiento de Bilbo) para proceder a la licitación del proyecto de ejecución de la obra y derivado del incremento del presupuesto inicial.
Las obras de ampliación se llevarán a cabo por Foster+Partners LTd + LM Uriarte Arkitektura SLP que desarrollarán el proyecto Agravitas. Las tres instituciones que integran la Fundación del Museo –Lakua, Diputación y Ayuntamiento– abonarán a la fundación un tercio del importe de la línea de crédito suscrita con la entidad financiera Kutxabank para llevar a cabo estas obras. En total, cada entidad pagará 15 millones de euros hasta 2036.