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Chivite niega su intervención en la compra de mascarillas y pide una solución negociada

La lehendakari navarra, María Chivite, ha asegurado en el Parlamento que no tuvo intervención directa en el acuerdo entre Sodena, CEN y Albyn Medical para la compra de mascarillas destinadas a pymes, micropymes y autónomos, y para las que ha pedido una solución negociada que «no puede demorarse».

Chivite ha pedido una solución para las mascarillas compradas por Sodena con la CEN. GETTY IMAGES

Chivite ha negado este miércoles en el Parlamento navarro cualquier intervención en la compra de las mascarillas que acordaron Sodena, CEN y Albyn Medical, y para las que ha pedido una solución negociada que «no puede demorarse». Y ha criticado a NA+ por querer «embarrar absolutamente todo».

Según Chivite, que ha comparecido en el legislativo a petición de esa coalición, Navarra Suma pretende además «un enfrentamiento» en el Gobierno entre PSN y Geroa Bai a costa de este asunto, y «sembrar sospechas por todos los flancos que han podido», pese a que «no han descubierto absolutamente nada».

Tras insistir en el contexto de emergencia sanitaria que había, con problemas de abastecimiento de EPIs cuando Sodena firma el acuerdo con CEN y Albyn Medical, Chivite ha sostenido que había que ayudar a las empresas y que cuando supo del stock acumulado, «insté en todo momento a una solución entre las partes para dar salida a esas mascarillas».

Una solución, ha puntualizado, que «tenía que pasar por un acuerdo que vinculara a las tres partes, como posteriormente ha afirmado la Cámara de Comptos», y ha agregado que «esa ha sido la instrucción y la preocupación, porque hay un esfuerzo importante de dinero público que debe retornar a la sociedad», pero se actuó «con transparencia y publicidad».

Según la lehendakari, «las tres partes siguen negociando una salida» y «saben que existen informes que dicen cosas distintas en torno a la responsabilidad», pero «el sentido común nos conduce a afirmar que quienes firmaron aquel acuerdo son los que tienen que entenderse para firmar otro que solvente una situación que no estaba prevista, pero que se tiene que solventar».

«Hay un hecho relevante y es que hay un material que tenemos que procurar que sea utilizado, porque a todas las partes interesa que así sea. Difícilmente podría explicarse que por no ser capaces de acordar, se pierda ese material», ha subrayado, y apuntado que entre las partes «hay voluntad de acordar», pero «el tiempo apremia y la solución no puede demorarse».

Y para el futuro, ha indicado que la pandemia ha enseñado que «los acuerdos conviene detallarlos y acotarlos bien para evitar vacíos o situaciones no previstas que generen problemas a posteriori como el que tenemos ahora», aunque Comptos, ha comentado, «no ha encontrado evidencia de que Sodena actuase deliberadamente de forma contraria a lo establecido en la normativa».

Javier Esparza, portavoz de Navarra Suma, ha criticado que a día de hoy no haya una solución para las mascarillas almacenadas, puesto en duda que Chivite no tuviera información de «un desastre de acuerdo» y cuestionado que estando almacenadas 1,7 millones de mascarillas se permitiera a Salud comprar casi otros 6 millones por 3,5 millones de euros.

Ha asegurado además que tanto el consejero de Desarrollo Económico como la consejera de Economía y Hacienda han «mentido», ha subrayado que hay números que «no cuadran» y ha destacado que Salud «echa la culpa» al consejero Mikel Irujo, pero fue Salud el que «salió del acuerdo» y es el que «genera el problema de verdad».

Ha aseverado asimismo que, en su opinión, «alguien tenía interés en la compra de mascarillas a Efficol» y que la lehendakari «no ha querido meterse» cuando se actuó «de forma negligente», por lo que ella es «la máxima responsable».

«De los bulos y mentiras que desmienten los hechos ha pasado a la acusación», algo «muy grave», le ha reprochado Ramón Alzórriz, del PSN, que además ha criticado a Esparza que no se haya atrevido a dar nombres cuando habla de «interés» en la compra a Efficol.

Tras recordar el «agujero» del circuito de Los Arcos, ha defendido que la operación fue «legal y transparente», como ha confirmado la Cámara de Comptos, y sostenido que ahora hay que dar salida a esas mascarillas «con un acuerdo a tres» para donarlas y que tengan una utilidad.

Mikel Asiain, de Geroa Bai, ha dicho que cuando se firmó el acuerdo, había prácticamente «pirateo» de mascarillas en el mercado, y señalado que ahora hay que darles una salida, pero esta no puede ser una prevaricación por parte del Gobierno como supondría renunciar a cualquier derecho en la materia, como ha planteado la CEN en algún momento.

«Se trata de un tema al que no se puede dar carpetazo», ha afirmado el portavoz de EH Bildu, Adolfo Araiz, para quien queda por aclarar el papel de Osasunbidea, «porque alguien no está diciendo la verdad», y también el cese de la directora gerente de Sodena, al tiempo que ha reclamado una salida para esas mascarillas y constatado la pérdida de fondos públicos, que habrá que «repartir» entre las partes.

Mikel Buil, de Podemos, ha aseverado que son «errores en un contexto de emergencia» que conllevan «una responsabilidad compartida», defendido la necesidad de implicar a la CEN en la solución y señalado que se firmó un convenio «flojo» que habrá que ver si permite a la administración recuperar algo de dinero.

Para Marisa de Simón, de I-E, este fue «un pésimo acuerdo» en el que «quedan por dirimir las responsabilidades», y ha cuestionado la «falta de garantías» para la Administración en una operación en la que no tiene por qué ser la única parte que asuma pérdidas.