INFO

Una madre y su hijo, al borde del desahucio en Donostia, piden una nueva prórroga

Una madre y su hijo, menor de edad, viven en Donostia una situación de «completo desamparo» al vencer este pasado 31 de diciembre la segunda prórroga que evitaba su desahucio. Ambos víctimas de malos tratos, han pedido un nuevo aplazamiento para evitar abandonar el piso de alquiler social.

La madre y su hijo han acreditado la situación de extrema vulnerabilidad. (Gorka RUBIO | FOKU)

Una madre donostiarra y su hijo, menor de edad, viven desde el pasado mes de abril bajo la amenaza de un desahucio que han conseguido atrasar hasta en dos ocasiones. La última prórroga expiró el pasado día 31 de diciembre, por lo tanto la situación vuelve a ser de una vulnerabilidad extrema.

Ambos son víctimas de malos tratos y conviven en un piso de alquiler social en la capital donostiarra. La mujer ha solicitado una nueva prórroga que le evite abandonar la casa, según ha informado Efe tras consultar fuentes cercanas al caso.

Con este fin, su abogada, Beatriz Rodríguez Aparicio, ha acreditado ya la situación de «vulnerabilidad» por la que atraviesan Rosa (nombre ficticio) y su hijo, con una coyuntura económica precaria tras la quiebra durante la pandemia del negocio de hostelería que regentaba la mujer en Donostia.

Asimismo, la letrada ha presentado ya ante el juzgado encargado del caso una solicitud de aplazamiento del desahucio (en el que está inmersa por una deuda de 17.363 euros en concepto de rentas impagadas al Gobierno de Lakua), acogiéndose al también prorrogado decreto de medidas del Ejecutivo español para hacer frente al covid-19 en el ámbito social y económico.

Tercera prórroga y juicio por malos tratos

Esta es la tercera ocasión en la que Rosa solicita una prórroga de estas características, la primera de las cuales venció el pasado 30 de septiembre.

La segunda le permitió después pasar las fiestas de Navidad en su casa pero, tras expirar este sábado, 31 de diciembre, le ha dejado ahora en una situación de «completo desamparo», informan fuentes conocedoras del caso.

Un contexto que, a pesar de la voluntad de Rosa de «seguir peleando», le coloca en una situación «límite» ya que, en paralelo, afronta junto a su hijo un procedimiento judicial como víctimas de malos tratos, en el que su marido ha sido procesado recientemente por el juzgado de Violencia Sobre la Mujer como posible autor de un total de ocho delitos cometidos en el ámbito de la violencia machista. Su caso se encamina ya hacia el juicio.

Orden de protección

«Puta de mierda, zorra, golfa, te voy a cortar el cuello y a joderte la vida», son algunas de las expresiones a las que tuvo que hacer frente durante su matrimonio, mientras su pareja presuntamente propinaba «puñetazos, patadas y golpes a puertas, paredes y a otros objetos del domicilio», en ocasiones en presencia de su hijo menor de edad, según recoge la orden de protección de la que goza Rosa.

Esta orden detalla también las presuntas «agresiones físicas de carácter más grave» que padeció por parte de este hombre, quien «ocasionalmente» habría golpeado y vejado también a su hijo a raíz de su físico.