Trabajadoras de residencias de Nafarroa exigen un convenio digno, porque «no somos esclavas»
Ataviadas con bolsas de basura, como las EPIs que llegaron a usar en la pandemia, y con «cadenas» en las muñecas en su tercera jornada de huelga de esta semana, trabajadoras de residencias de mayores de Nafarroa han exigido, una vez más, un «convenio digno», porque «no somos esclavas».
En su tercera jornada de huelga de esta semana, trabajadoras de residencias de mayores de Nafarroa han vuelto a exigir un convenio digno, porque «no somos esclavas, somos empleadas».
A convocatoria de ELA, UGT y LAB, se han concentrado ante la sede de la patronal LARES en Iruñea detrás de una pancarta en la que se podía leer «Residencias en lucha, borrokan! Reconoced nuestro trabajo, convenio ya! Lan baldintza duinen alde». Durante la concentración se han podido escuchar otros lemas, como «Residencias públicas y dignas», «Nosotras les cuidamos, vosotros les robáis», «Más personal, mejor servicio».
Las trabajadoras llevaban unas bolsas de plástico para denunciar que fueron las particulares EPIs que llegaron a utilizar durante la pandemia y unas «cadenas» con bolas para evidenciar sus draconianas condiciones laborales.
Estas últimas han sido calificadas por Josetxo Mandado, de ELA, de «semiesclavitud» por la «total precariedad» y unos horarios y salarios «lejos de la realidad actual del sector en Navarra».
Mandado ha recordado que «exigimos la profesionalización», porque «estas trabajadoras no se merecen que se les trate como están haciendo la patronal y el Gobierno. Nuestro objetivo es mejorar las condiciones con el espejo enfrente del Gobierno de Navarra». Al Ejecutivo le ha reprochado «el servicio mínimo del 100 por cien impuesto, vulnerando un derecho fundamental como el de la huelga».
Desde UGT, Carmen Iglesias ha insistido en que «la patronal nos ofrece unas condiciones de trabajo infrahumanas, unos salarios miserables, una jornada abusiva y una carga de trabajo inmensa».
Carga física «enorme»
En este sentido, ha recordado que la jornada diaria de trabajo es de una carga física «enorme», ya que, por ejemplo, «en el turno de mañana tenemos que atender a grupos de entre 12 y 15 residentes cada una. Tenemos que levantarlos, ducharlos, vestirlos y dejarlos en perfecto estado en un promedio de hora y media».
Por ello, «exigimos al Gobierno de Navarra que aumente los ratios de personal, pero se alinea con la patronal y no lo conseguimos». Sin embargo, ha asegurado que «no nos vamos a dejar vencer y lucharemos hasta conseguirlo».
Ese espíritu combativo ha sido plenamente compartido por Ana Rey, de LAB, quien ha recordado que «estamos en lucha por un convenio que iguale las condiciones de las 4.500 trabajadoras que hay en Navarra, donde el salario es pésimo, de 1.066 euros mensuales, y no podemos coger una baja por los descuentos. Estamos completamente explotadas».
También ha puesto el acento en «las sobrecargas de trabajo exageradas» y ha pedido una mejora de los ratios, algo en lo que «el Gobierno no está haciendo nada. Contamos con el apoyo parlamentario, pero no nos está sirviendo para que veamos esas mejoras».
Por ello, ha asegurado que «vamos a seguir en la calle, en la lucha, hasta que se consiga el convenio provincial de Navarra».
Dentro de esas movilizaciones, los sindicatos convocantes han recordado que el próximo viernes día 20 a las 17.30 horas comenzará en la Casa de Misericordia una manifestación a la que animan a sumarse a la ciudadanía.
Esa marcha tendrá lugar prácticamente una semana antes de que, el 26 de enero, se celebre una nueva reunión con la patronal en la que esperan conocer su respuesta «a estos días de huelga. A ver si empiezan a dar algo, alguna mejora».