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Una gran superproducción de Netflix une a Allan Poe con las brujas vascas

‘Los crímenes de la Academia’, una de las últimas grandes producciones de Netflix, contiene una referencia a Euskal Herria. Aparece un libro sobre la cacería de brujas en Lapurdi, escrito por Pierre de Lancre, el alto funcionario responsable de quemar vivas a decenas de mujeres a inicios del XVII.

Escena de ‘Los crímenes de la Academia’, donde aparece el texto de Lancre. (NAIZ)

Christian Bale investiga una serie de muertes en la academia militar de West Point que denotan un móvil ocultista en los primeros compases. Ayudado por un joven Edgar Allan Poe, interpretado Harry Melling, tratará de resolver el caso.

Sus pesquisas les llevan hasta un libro que, según señala el personaje que se lo presta a Allan Poe, fue escrito por Pierre de Lancre, quien «ejecutó a 600 brujas vascas» antes de escribir ese «extraordinario volumen».

¿Cuánto hay de cierto en esta escena? Más de lo deseable. Lancre dejó cuatro obras: ‘Tableau de l'inconstance et instabilité de toutes choses’, ‘Tableau de l'inconstance des mauvais anges et démons’, ‘Incrédulité et mescréance du sortilège plainement convaincue’ y ‘Du sortilège’.

Es este segundo, también conocido como ‘Tratado de Brujería Vasca: Descripción de la inconstancia de los malos ángeles o demonios’, el que más impacto causó. También en lo que al cine y la literatura se refiere. La película ‘Akelarre’, de Pablo Agüero, toma ese texto como base fundamental. 

No fueron tantas las mujeres a las que quemó aquel fanático trastornado como las que se citan en la película. Quemó decenas de brujas –solo en Iparralde, al menos 60– para extirpar el demonio, decía, antes de que contaminara todo el reino de Francia.

Lancre, acompañado de una vidente de tan solo 17 años llamada Morguy, creyó haber dado con el ‘stigma diaboli’, la marca del diablo. Y toda aquella desgraciada a la que el inquisidor consideraba marcada era tachada de bruja. Fueron unas 3.000 personas señaladas en cuestión de meses. 

Las matanzas y las torturas masivas de Lancre terminaron cuando los arrantzales labortanos volvieron de las campañas en Terranova y vieron el terror desatado por aquel temible funcionario. La amenaza de una revuelta de envergadura en 1609 hizo que París trasladara a Lancre y le retirara de estas funciones. 

Tres años después de su destitución, en 1612, se fechó la aparición del grimorio de Lancre que, 400 años después, sigue dando pie a historias de terror, como la novela homónima de Luis Bayard en la que se basa ‘Los crímenes de la Academia’. 

Para quien lo quiera consultar en castellano, Txalaparta lo tradujo en el año 2004. En francés se sigue reeditando con regularidad.