INFO

El cineasta iraní Jafar Panahi inicia una huelga de hambre para exigir su libertad

El director de cine iraní Jafar Panahi ha comenzado una huelga de hambre para denunciar su encarcelamiento desde el pasado julio, cuando fue detenido tras denunciar el arresto de otros dos cineastas en el país persa.

Jafar Panahi, en una imagen de archivo. (Atta KENARE | AFP)

«Rechazo comer o beber cualquier alimento y medicinas hasta que sea liberado. Permaneceré en este estado hasta que quizás mi cuerpo sin vida sea liberado de prisión», ha dicho Panahi en una carta publicada en redes sociales por su familia en las últimas horas.

El autor de la premiada ‘Taxi’ y ‘No Bear’ ha calificado el tratamiento de la Justicia iraní y de las fuerzas policiales de ‘ilegal e inhumano’ y su arresto lo ha definido como «secuestro».

Panahi ha afirmado que mientras se arresta, condena y ejecuta a «la inocente juventud» del país en menos de 30 días, en referencia a los ahorcamientos por las protestas que han sacudido el país en los últimos meses, su caso tardó más de 100 días en ser transferido de un tribunal a otro.

«Hoy, como mucha gente que está atrapada en Irán, no tengo más remedio que protestar por el inhumano comportamiento con mi posesión más preciada, es decir, mi vida», ha asegurado.

Panahi fue arrestado en julio del año pasado por protestar por la detención de los cineastas Mohamad Rasoulof y Mostafa Ale Ahmad, que habían sido encarcelados por criticar la represión de unas protestas desatadas por el derrumbe de un edificio en el sur del país que dejó decenas de muertos en 2022.

Su arresto reactivó una condena de 2010 a prisión de seis años por ‘atentar contra la seguridad nacional’, pena que había sido suspendida en su momento.

Entre los numerosos y prestigiosos premios de una extraordinaria carrera internacional, Panahi ganó en 2015 el Oso de Oro de Berlín con ‘Taxi’, y el mejor guion en Cannes por su película ‘Three Faces’ en 2018.

Su última película es ‘No bears’, un aplaudido alegato contra la falta de libertades en Irán y la disección de un país excesivamente aferrado a las tradiciones, que se alzó en Venecia con el Premio del Jurado.